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Abanca se suma a la oleada de despidos tras integrar Bankoa y Novo Banco

Las salidas afectarán finalmente a 350 trabajadores, un 5% del total y un 40% menos de lo previsto inicialmente

Abanca se suma a la oleada de despidos   tras integrar Bankoa y Novo Banco

Una sucursal de Abanca | Abanca

Abanca se suma a la ola de despidos del sector financiero con un plan de ajuste de personal, una vez terminada la integración tecnológica de Bankoa el pasado fin de semana y en vísperas de cerrar la adquisición del negocio de Novo Banco en España. La entidad ha convocado a los sindicatos para el día de hoy con el fin de ofrecer los primeros detalles y dar el pistoletazo de salida al periodo de negociaciones.

Abanca, en la reunión, ha planteado un recorte de personal de 350 trabajadores, es decir, en torno a un 5,7% del total en nuestro país, menos de las cifras manejadas inicialmente, que ascendían a una horquilla de entre 500 y 600. Abanca tendrá, una vez que asuma los empleados de Novo Banco a principios de diciembre, casi 6.000 personas en el territorio nacional. Si se suman los ubicados en Portugal y otros mercados en los que opera, el grupo de las antiguas cajas de ahorros empleará a un total de 6.400 empleados. Distintas fuentes han señalado a THE OBJECTIVE, que las salidas serán para los mayores de 58 años y que obedecen a cuestiones organizativas y de producción, ya que existe solapamiento de red en 15 provincias.

De esta forma, de todas entidades relevantes solo Bankinter habrá decidido mantener el número de empleados para mejorar la eficiencia y la rentabilidad, ya que el resto ha lanzado despidos masivos a través de expedientes de regulación de empleo (ERE), planes de prejubilaciones y cierres de sucursales. Los analistas señalan que a Bankinter no le quedará otra que seguir los pasos de toda la competencia, sobre todo después de haber perdido un 20% de los ingresos con la desconsolidación de Línea Directa y su salida a bolsa. Así, por ejemplo, Unicaja está inmerso en negociaciones para despedir a 1.500 personas (el 15%) en el marco de su fusión con Liberbank, y Kutxabank ha planteado la clausura de un 2,5% de la red para este mes de diciembre. 

La última vez que Abanca puso en marcha un ajuste de personal fue en 2020, fruto de la absorción de Caixa Geral España. Entonces, redujo 190 trabajadores a través de jubilaciones anticipadas. Ahora va a utilizar la fórmula de un ERE para rebajar sus costes de explotación y obtener las sinergias esperadas con las compras de Novo Banco y Bankoa, que rondan en ambos casos el 20%. Hay que tener en cuenta que es la entidad que presenta una de las peores eficiencias del sistema, con un ratio que supera el 60%.

Crecimiento vía compras

El grupo que preside el venezolano Juan Carlos Escotet ha sido una de las entidades que más ha crecido desde su constitución mediante adquisiciones. Escotet desembarcó en nuestro país en la pasada crisis financiera con la toma de Banco Etcheverría. Posteriormente se hizo con Novagalicia (unión de las antiguas Caixa Galicia y Caixanova). Con ambos negocios creó Abanca y desde su constitución ha asumido la financiera de consumo del extinto Popular, la filial portuguesa de Deutsche Bank, además de las actividades de Caixa Geral y Novo Banco en España y Bankoa. En el camino, eso sí, no se pudo hacerse con la división española de Deutsche Bank, Liberbank o el luso Eurobic.

Desde su desembarco en el panorama financiero ibérico, la intención de Escotet ha sido aprovechar cualquier oportunidad de adquisición para reforzar la entidad con el propósito de que sea uno de los principales agentes del mercado. Nunca ha ocultado sus deseos. Tras todas estas operaciones y el crecimiento tradicional, Abanca ya acumula un volumen de negocio superior a los 100.000 millones de euros.

Aunque el presidente y propietario del banco gallego señaló en primavera que «no está en los planes el cierre masivo de oficinas ni reducción de plantilla», el auge de la digitalización y la necesidad de reducir los gastos ante la persistente coyuntura de tipos de interés en negativo han obligado a cambiar la hoja de ruta. De hecho, el banco ha llevado a cabo a lo largo de 2021 la clausura de casi un 10% de su red física comercial en Galicia, su zona de influencia, donde tiene en la actualidad 437 oficinas de las 631 que dispone en todo el territorio nacional. Estos cierres han provocado diferentes movilizaciones de protesta en la comunidad autónoma este verano, ya que muchas poblaciones se han quedado sin oficina financiera.

Las mismas circunstancias que han modificado los planes de Abanca son las que han impulsado al resto de entidades a ejecutar sus proyectos de ajuste desde finales del pasado ejercicio. Los primeros que lanzaron ERE fueron el Santander, el Sabadell e Ibercaja. El primero redujo su personal en 3.500 empleados; el segundo, en 1.800; y el tercero, en 750. Después BBVA lanzó un ERE para más de 2.900 personas y CaixaBank, de casi 6.500, en el marco de la integración con Bankia. Este otoño, además de los expedientes de Unicaja, en proceso de negociación, el Sabadell ha alcanzado un acuerdo para disminuir en otros 1.380 trabajadores su plantilla. Estos recortes y el proyectado por Abanca, supondrán la salida de casi 19.000 trabajadores aproximadamente en el sector bancario, el 12% del total.

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