Telefónica se gastará 6.700 millones en siete años para costear 12.000 despidos
La plantilla se reduce en un 46% desde el año 2015 hasta previsiblemente cerrar en las 15.500 personas al finalizar 2022
Telefónica España está punto de cerrar su tercer plan de salidas incentivadas en menos de siete años. Una reducción de plantilla que ha significado una factura total de 6.700 millones de euros, el dinero que la operadora ha tenido que provisionar en sus cuentas para costear el pago a los casi 12.000 empleados que se han acogido -y se acogerán a partir de enero- a estos sucesivos acuerdos.
La cifra es mareante y representa más de la mitad de los 12.401 millones que Telefónica facturó en España en 2020, su principal mercado, pero es justificada por la operadora en los costes que se ahorrarán en este periodo: unos 3.000 millones desde 2015.
Una factura para reducir la plantilla en un 46% respecto de lo que había hace siete años y dejar el total de los empleados de la operadora en nuestro país en poco más de 15.500. A comienzos del año 2000 en todas las sociedades de Telefónica en España había al menos 37.000 trabajadores.
Este martes, la compañía firmará el tercer Plan de Suspensión de Empleo (PSI) desde 2015 y lo hará con el objetivo de que salgan un máximo de 2.950 empleados. El coste de este plan supera los 1.600 millones de euros, según la provisión que realizará la operadora y que ha confirmado THE OBJECTIVE, con unos ahorros de 220 millones al año a partir de 2022.
Las fuentes consultadas hablan de un elevado interés de la plantilla por acogerse al que, creen, será el último gran plan de salidas que aprobará la compañía, lo que se traduciría en que casi todos los cupos puedan cubrirse. Una cifra que, sin embargo, solo se conocerá durante el primer trimestre del próximo año, cuando se cierre el proceso.
Primer PSI
En los PSI de 2015 y de 2019 se acordó el pago del 68% del salario para los que se adscribieran manteniendo todos los beneficios de la empresa, como plan de pensiones o seguro médico. En el plan cerrado el lunes se limitó este 68% solo a los nacidos en 1967, mientras que el resto solo podrá cobrar el 65% de su salario.
Mantener estos beneficios supone una elevada factura para la operadora, pero que compensa tener que seguir pagando el 100% de los salarios a todos los trabajadores que abandonan la compañía.
En 2015 la compañía ya provisionó 2.900 millones de euros y luego destinó una partida adicional de 856 millones de euros, cuando lo amplió otro año más. En cuanto a la racionalización de costes, el objetivo era ahorrar 1.400 millones de euros durante los próximos cuatro años a partir de su primer curso de aplicación.
Poco más de 6.500 personas abandonaron Telefónica en el plan de 2015 que la operadora mantuvo en marcha desde enero de 2016 y que se prorrogó hasta el 31 de diciembre de 2018.
Después del plan, sindicatos de la operadora estiman que la plantilla de Telefónica de España SAU, donde se agrupa el grueso de los trabajadores de la compañía, llega a 16.070 trabajadores al cierre de diciembre. A ellos habría que sumar otros 4.000 trabajadores de Telefónica Móviles y 1.000 de Telefónica Soluciones.
Sustituyen los ERE
En 2019 se cerró el segundo PSI. En esa oportunidad salieron 2.636 personas con una provisión de 1.600 millones de euros. Se mantuvieron algunos de los beneficios sociales, la antigüedad y el pago de la Seguridad Social por parte de la empresa.
El objetivo de Telefónica con estos tres planes es reducir de una manera menos traumática la plantilla en España después de sucesivos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Entre 2003 y 2007 se adhirieron 13.870 empleados a este tipo de procesos, mientras que el plan entre 2011 y 2013 acarreó el despido de 6.830 trabajadores. Esto supone que en veinte años la plantilla se ha reducido en un 60%, solo en España.