Vodafone se niega a ceder su gestión en España en caso de fusionarse con Orange o MásMóvil
La operadora británica ya rechazó la oferta por su filial italiana de 11.250 millones presentada por Iliad y Apax Partners
El grupo Vodafone recela de cualquier fusión en España que les deje fuera de la gestión de la compañía resultante. Según ha confirmado THE OBJECTIVE, la operadora británica es consciente del valor de sus activos y de que su marcha comercial y financiera comienza a recuperarse en un contexto de crisis del sector en nuestro país. Por ello, consideran que sería un error realizar una venta de su negocio cediendo el control total a Orange o a MásMóvil.
Una estrategia global en la que Vodafone no está dispuesto a malvender sus filiales, aunque negocia a varias bandas para monetizar de la mejor manera sus activos e intentar seguir siendo un actor relevante en los mercados en los que participa después de la oleada de fusiones paneuropea.
El mejor ejemplo de esta estrategia lo hemos vivido en Italia. El pasado 10 de febrero Vodafone rechazó la oferta por su filial del país transalpino presentada por Iliad y Apax Partners valorada en 11.250 millones de euros. Los británicos señalaron que la operación «no responde a los mejores intereses para los accionistas».
Fusión en Italia
«Vodafone añade que su consejo de administración y su dirección continúan enfocados en crear valor para los accionistas a través de su estrategia de crecimiento a medio plazo y la optimización de su portfolio de activos», agregaron en un hecho relevante remitido a la Bolsa de Londres.
Vodafone sigue interesado en integraciones en todo el continente con Italia, España y Reino Unido en el punto de mira, pero siempre como un actor «activo y relevante», es decir en una posición de control o al menos en igualdad de condiciones con sus eventuales socios. Consideran que las fusiones son la única solución para poder reducir la presión comercial y garantizar las futuras inversiones en redes, pero no cualquier integración es válida para la operadora.
Si esto lo extrapolamos a España, Vodafone quiere situarse como protagonista de estas fusiones como así lo señaló su CEO Colman Deegan en una tribuna en Expansión publicada en diciembre. A partir de estas declaraciones todo se ha acelerado y se han establecido contactos a varias bandas y niveles, para explorar posibles integraciones tanto con MásMóvil como con Orange.
Mejora en bolsa
Sin embargo, quieren mantenerse en el centro del tablero siendo el catalizador de este proceso, pero siempre en una posición en la que sus activos tengan el valor que merecen. Consideran que están en una posición inmejorable y que solo Vodafone -y no el mercado ni sus competidores- pueden decidir el futuro de sus activos en España.
Una posición que ha sido valorada por el mercado. Desde que anunciaron que están siendo activos para buscar integraciones, la compañía ha mejorado un 20,10 % en la Bolsa de Londres desde el 1 de enero. Un crecimiento que ha superado el de Orange, que ha mejorado un 15,5% en este periodo, a British Telecom con un alza del 14,8% y a Telefónica que ha remontado un 13,5%. Deutsche Telekom ha tenido el crecimiento más discreto con un 5,7%.
En términos de ingresos, los números de Vodafone no están peor que Orange o los de Telefónica. La facturación total acumulada en España mejoró un 2% (3.167 millones de euros) en los nueve primeros meses de su año fiscal, principalmente por el incremento de la venta de dispositivos conectados y terminales. Una estrategia para compensar la erosión en ingresos por servicio.
Números de Vodafone
En un contexto de destrucción de valor con los operadores low cost ganando más de la mitad de las nuevas altas de líneas, Vodafone España ingresó 2.805 millones de euros, un 0,9% menos. Pese a ello, ha logrado recuperar el segundo lugar de los ingresos minoristas en nuestro país después de cinco años. En el tercer trimestre de 2021 registró una cuota de 17,4% frente al 17,1% de Orange.
Esto demuestra que la compañía está teniendo éxito en su apuesta por la gestión del valor por cliente ya que con menos altas que su competidor le ha superado en ingresos. Lo opuesto a la filosofía de crecimiento a cualquier precio en número de clientes de las operadoras low cost.
En los clientes de empresas, Vodafone también está en una buena posición competitiva con un crecimiento a doble dígito en este mercado y posicionándose como una alternativa a Telefónica en la asesoría a Pymes, corporativo y Administraciones públicas. Este negocio supone aproximadamente el 30% de los ingresos de la compañía con un potencial de crecimiento importante de cara a los fondos europeos Next Generation.
‘Joint venture’ con MásMóvil
En cuanto a la posibilidad de integrarse con MásMóvil, Vodafone sigue estando muy por encima en ingresos totales. Con los datos de finales de 2020, Vodafone facturó 4.166 millones frente a la suma de 2.627 millones de MásMóvil incluyendo Euskaltel. La deuda de Vodafone llega aproximadamente a los 3.000 millones frente a los 6.640 millones del grupo MásMóvil, lo que obliga a estos últimos a pagar unos 300 millones de euros anuales de intereses.
En un eventual canje de acciones para constituir una joint venture -ya que es casi imposible que MásMóvil pueda asumir el pago de entre 5.000 a 7.000 millones por Vodafone – la operadora británica tendría el tamaño suficiente para poder exigir al menos el 50% de la compañía resultante.
En el caso de una eventual integración con Orange, los ingresos de los naranjas siguen siendo superiores ya que llegan a los 5.000 millones al año. Sin embargo, en una negociación de valoración de activos, la ecuación no estaría tan desequilibrada para Vodafone. Otra cosa son las trabas regulatorias que puedan surgir en esta operación y que harían muy difícil que se pudiese producir en un contexto rentable para los dos actores.
Operadores industriales
Otra situación que puede favorecer a Vodafone es la posición del Gobierno español, que prefiere favorecer operaciones en las que los players industriales sean los que tomen el control de las compañías resultantes de las fusiones.
Como ya contó este diario en el Ejecutivo son conscientes de que las infraestructuras digitales serán la gran palanca del Plan de Recuperación y Resiliencia y que operadores como Orange, Telefónica o Vodafone son los que mejor pueden llevar a cabo los futuros desarrollos de redes de fibra óptica y, en especial, de los despliegues de 5G.
Por contra, en el caso de los fondos de inversión dueños de MásMóvil se cree que la eventual compra de los activos de Vodafone en España -lo que les convertiría en el segundo actor del mercado local- sería un paso atrás en este objetivo de desarrollar estas imprescindibles infraestructuras digitales.
MásMóvil y KKR
La realidad indica que desde que KKR compró MásMóvil hace dos años junto con Cinven y Providence -y luego adquirió Euskaltel un año después- la inversión en redes ha seguido siendo muy inferior a sus otros tres competidores. Gran parte de sus clientes de fibra óptica utilizan la red de Orange y no tienen despliegue de 5G, red que también alquilan al operador francés.
MásMóvil tampoco pujó por el espectro de 700 MHz que servirá para desarrollar el 5G fuera de las grandes ciudades y para usos industriales. Una subasta realizada en verano pasado por el Gobierno en la que Telefónica, Orange y Vodafone invirtieron 1.000 millones, más de 300 millones cada uno. Por el contrario, MásMóvil prefirió invertir en el 5G de Portugal destinando 70 millones de euros.