La guerra de Ucrania paraliza las fusiones de las 'telecos' en España

La invasión de Rusia a Ucrania ha frenado las fusiones e integraciones que se han estado negociando en Europa desde comienzos de año. Esto supone que las conversaciones que se estaban sosteniendo a nivel comunitario, en especial las que afectan el mercado español de las telecomunicaciones, se han paralizado a la espera de que el entorno macroeconómico se aclare y se pueda calibrar el verdadero impacto del conflicto armado para el mundo financiero.

Fuentes del sector y analistas han señalado a THE OBJECTIVE que la actual incertidumbre e inestabilidad podría retrasar las fusiones en Europa y que, de hecho, ha obligado a los equipos negociadores a poner una pausa para dar paso a un periodo de reflexión. Esto no significa que se frenen estas integraciones, pero sí que se podrían replantear algunas condiciones dependiendo del impacto que pueda tener la guerra en la economía mundial.

Este diario ya ha contado que en España se lleva produciendo un verdadero baile de fusiones durante las última semanas en la que Orange, Vodafone y MásMóvil negocian a varias bandas las mejores opciones de integración. KKR, el dueño de MásMóvil, tiene un agresivo plan de crecimiento en nuestro país que incluye una posible integración con Orange o Vodafone, mientras que estos dos últimos mantienen contactos por su cuenta.

Fórmulas para las fusiones

Hasta ahora todas estas negociaciones estaban en etapas más o menos preliminares y se centraban en la valoración de los activos, en fórmulas de canje para eventuales joint venture y en acercamientos respecto de la eventual formulación de la gestión de las empresas resultantes. Procesos muy activos que se han paralizado desde hace unos días, como ha podido constatar este diario.

Las conversaciones se llevan desde París y Londres, centros financieros que prácticamente han frenado sus operaciones estos últimos días. Es verdad que España podría verse menos afectada por la guerra, pero todos los movimientos y negociaciones se están haciendo con una perspectiva europea, por lo que el impacto del conflicto debe medirse en términos comunitarios.

«Desde luego hay ahora mucho más cautela», dice un directivo del sector a este diario. Y no hablamos solo de la incertidumbre de tener una guerra en la frontera este de Europa, sino que además del temor a una grave crisis económica y a un entorno menos favorable para las integraciones y la financiación, con una inminente subida de los tipos de interés.

Subida de los tipos de interés

La Reserva Federal de Estados Unidos ya anunció que este mismo mes subirá los tipos un 0,25% para frenar la inflación y «enfriar» una economía que parece desbocada, al menos en este país. Una situación que podría anticipar que el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo (BCE) tomen una decisión similar.

Hay expertos que creen que una retirada masiva de estímulos de todos los bancos centrales podría generar tensiones en el crecimiento del PIB, además de cerrar el grifo a las financiaciones milmillonarias que hasta ahora se venían produciendo en el sector de las fusiones y adquisiciones (M&A).

Por otro lado, este diario ya ha publicado que las grandes empresas españolas ven con preocupación la guerra en Ucrania y las consecuencias económicas que puede tener para todo el continente. Fuentes de compañías que cotizan en el Ibex 35 trasladaron a este diario su convencimiento de que el riesgo de una recesión económica es muy alto si es que el conflicto se prolonga en el tiempo.

Crisis económica

El impacto de una guerra de larga duración en Europa puede ir más allá de una caída del negocio de empresas que tienen vínculos con estos dos países y puede afectar a todas las industrias en las que desarrollan su actividad. No solo hablamos de energía, sino además de banca, tecnología, logística, transportes y manufacturas.

Sacar a Rusia del tablero económico mundial podría desestabilizar la cadena de componentes, el flujo financiero y el suministro de la energía por todo el continente. Unos problemas que podrían disparar aún más la inflación, hacer caer el consumo de los hogares ante el aumento de los precios y que se retrasen operaciones empresariales ya en marcha.

En definitiva, las grandes empresas consultadas por este diario temen un escenario en el que el dinero no fluya generando una nueva recesión justo en momentos en el que mundo y España parecían salir de la crisis de la pandemia y -de la mano de los fondos europeos- se esperaba una dinamización empresarial y productiva. Un desbarajuste que afectaría directamente a un desplome en el PIB.

Ingresos de las ‘telecos’

En este negativo contexto no sería aconsejable acometer operaciones de fusiones de manera inminente pese a que el sector de las telecomunicaciones las necesita de manera urgente en España. Telefónica redujo un 2,1% de sus ingresos mayoristas en 2021, prueba de que la guerra comercial y la canibalización de precios también pasa factura al principal operador. Su Ebitda se redujo un 33% por el impacto de su Plan de Salidas Incentivadas (PSI)

Orange registró una caída del 12,7% en sus beneficios operativos (Ebitda) hasta los 1.251 millones (182 millones menos) en 2021; y un retroceso de sus ingresos del 4,7% hasta los 4.720 millones. Vodafone ingresó en España 3.167 millones de euros en los primeros nueve meses de su año fiscal (de abril a diciembre), lo que representó un crecimiento interanual del 2% respecto de los datos de 2021. En este mismo periodo, los ingresos por servicios cayeron un 0,9% hasta los 2.805 millones. 

La hipercompetitividad del sector y el auge del bajo coste han hecho que estas empresas lleven años acumulando caídas de sus ingresos. Una situación que se hace aún más acuciante en momentos en que se necesitan ingentes cantidades de dinero para desarrollar las futuras redes de 5G. En este sentido, las fusiones se ven como la mejor solución para reducir la competencia y forzar a un pacto que acabe con la guerra comercial.