Ibercaja incrementa un 8,5% los costes de las indemnizaciones por despidos
La entidad aragonesa provisiona otros 12,8 millones sobre los 151 de 2020 para hacer frente a esta factura en pleno proceso de salida a Bolsa
Ibercaja se ha visto en la obligación de elevar el coste de los trabajadores despedidos en su último Expediente de Regulación de Empleo (ERE). La entidad ha tenido que aumentar un 8,5% la hucha para hacer frente a las indemnizaciones y jubilaciones anticipadas. El grupo aragonés, según ha podido saber THE OBJECTIVE, ha llevado a cabo una dotación contra las cuentas de 2021 de 12,8 millones de euros. Una cantidad que se suma los 151 millones que acumuló en 2020 para afrontar esta factura.
Estas mayores provisiones obedecen al retraso y cambio de fecha en determinadas salidas de los 750 empleados que se vieron afectados por el ERE sellado en diciembre de hace dos años. El plan de bajas está aún en curso y se espera que finalice el próximo mes de junio. Este coste extra también tiene que ver con contingencias derivadas de costes laborales de procesos de ajuste anteriores por modificaciones en la legislación de la Seguridad Social el ejercicio pasado.
La entidad puso en marcha un recorte para mejorar su eficiencia, que es la peor de entre sus principales competidores, y elevar así la rentabilidad. Dos parámetros que tiene que elevar para atraer a los inversores en su proceso de salida a Bolsa. Un estreno que se ha visto aplazado por la incertidumbre de la guerra de Ucrania.
Tras este aumento de las provisiones y el gasto por los pagos efectuados, la hucha para despidos de la entidad se sitúa en la actualidad en los 133 millones. En 2021 desembolsó 89 millones para abonar los compromisos adquiridos con la plantilla afectada por los ajustes de 2014,2015,2017 y 2020. Si bien, en 2020 llevó a cabo una liberación de fondos de 19 millones por la prescripción de contingencias ligadas al antiguo Cajatres -entidad que absorbió-.
Salida a Bolsa, en el aire por Ucrania
Ibercaja continúa con su idea de saltar al parqué antes de que termine 2022 para cumplir con la ley de las antiguas cajas de ahorros. Su Fundación, socio de control, tiene hasta entonces para rebajar su participación del 88% a menos del 50% y evitar tener que hacer un fondo de reserva de 300 millones.
El grupo liderado por Víctor Iglesias tiene todo listo para colocarse en el mercado, pero los inversores no están dispuestos a pagar el precio que exige por cada acción. El objetivo del banco es debutar con una valoración global de entre 1.600 y 2.100 millones de euros. Pero, en el último intento solo logró demanda por 1.300 millones como máximo.
La intención de Ibercaja es poder salir a Bolsa y seguir independiente. Por ello, descarta participar en cualquier proceso de integración. No obstante, diferentes grupos financieros empezaron hace semanas a realizar números ante el aplazamiento de la colocación ante la posibilidad de que finalmente se abra una oportunidad en la concentración del sector.
Ibercaja, en el foco del sector para una fusión
Ibercaja tendría que vender activos para que su Fundación pudiera hacer frente al fondo de 300 millones si la entidad no materializa su estreno en el parqué. Entre las opciones que baraja el banco con sede en Zaragoza se encuentra la desinversión de su buque insignia, la gestora de fondos y seguros. Con esta división logra buena parte de los ingresos por comisiones, que representan el 40% de la facturación total.
Para intentar convencer a los inversores, Ibercaja también ha decidido limpiar una parte de sus créditos deteriorados y presentarse con mejor aspecto. La entidad vendió a finales del ejercicio pasado, según detalla en su informe de 2021, que traspasó una cartera de créditos impagados por 51,2 millones de euros. Los compradores de este lote fueron LMIVB y Axactor. Si bien, esta operación conllevó una pérdidas para el banco de 9,6 millones.
Subida de tipos descartada
El conflicto de Ucrania ha modificado por completo el escenario y el sector financiero ha sido uno de los más castigados. Aunque en las últimas jornadas ha remontado algo, en la primera semana de bombardeos por parte de Rusia los bancos españoles perdieron 19.500 millones de su cotización. El temor a una recesión y el aplazamiento de los tipos de interés por parte de BCE son las principales causas de esta debacle.
Hay que tener en cuenta que una de las bazas con las que contaba Ibercaja para salir a Bolsa era la esperada subida del precio del dinero en Europa para finales de este año. Algo que previsiblemente no va a ocurrir y que los expertos descartan de plano tras el estallido de la guerra. Un alza de los tipos impactaría positivamente en los ingresos que obtiene por su cartera de préstamo, clave para la recuperación de la rentabilidad.