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La banca española se desangra por la guerra de Ucrania: pierde 19.500 millones en bolsa

El Sabadell se convierte en la entidad más castigada por los inversores, que se deja un 23% desde que estalló el conflicto bélico

La banca española se desangra por la guerra de Ucrania: pierde 19.500 millones en bolsa

Un edificio del Sabadell | Europa Press

La guerra de Ucrania está asestando un duro golpe a las cotizaciones de la banca española. A pesar de que su exposición al país y a Rusia es muy residual, el posible impacto en el sistema financiero y en la economía están haciendo mella en las valoraciones de las entidades, que están siendo castigadas por los inversores. Desde el estallido del conflicto, el 24 de febrero, han perdido 19.500 millones en conjunto. Siendo así el sector más afectado por el conflicto bélico.

El Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja acumulan desplomes que llegan al 23% en el peor de los casos. Un hundimiento que ha borrado por completo el rally alcista de principios de año. Los analistas consultados por THE OBJECTIVE consideran que esta sangría no ha terminado y auguran nuevos batacazos para las próximas semanas. Eso sí, la intensidad dependerá de la evolución de la guerra.

Entre los riesgos existentes, además del colapso de la economía rusa (la décimo segunda del mundo) por las sanciones internacionales, destacan una subida todavía más acusada de la inflación, un deterioro de los activos, una escalada de los impagos y un aplazamiento de la subida de los tipos de interés. Estas son las causas de la espantada de los inversores de las entidades en seis jornadas.

El Sabadell, el peor parado

La peor parte se la ha llevado el Sabadell, que se ha depreciado casi un 23%. Desde el jueves de la semana pasada el grupo catalán se ha dejado en el parqué unos 1.000 millones de valoración. En la actualidad, su cotización se sitúa en poco más de 3.600 millones. En la jornada del viernes sus acciones bajaron un 9%, siendo la empresa del Ibex más castigada.

Pese a estos descensos, el Sabadell mantiene subidas en 2022, ya que hasta antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia había firmado un avance del 60% debido a las expectativas a un alza del precio del dinero en Europa a finales de año. Un escenario que se ha borrado por completo. Para el Sabadell un alza de los tipos es clave para confirmar su recuperación desde que rompió las negociaciones de fusión con BBVA y decidió seguir en solitario.

El banco español que está sufriendo el menor castigo es Caixabank. Los títulos de la entidad han caído desde el estallido del conflicto un 13%. Con ello, su cotización se ha recortado en unos 3.400 millones. Por su parte, el Santander ha perdido 8.700 millones tras bajar un 15%; BBVA, unos 5.400 millones (-14%); Bankinter, 550 millones (-17%); y Unicaja, 500 millones. Tras esta hecatombe, los seis bancos cotizados tienen un valor bursátil de 111.000 millones.

La salida a bolsa de Ibercaja, en el aire

La guerra de Ucrania podría echar por tierra la salida a bolsa de Ibercaja. Una operación que ya paralizó en febrero por la incertidumbre que generaba la posibilidad de una invasión de Ucrania por parte Rusia. La intención de la entidad es empezar a cotizar en primavera, pero su salto solo se producirá si las condiciones lo aconsejan.

Ibercaja tiene de plazo hasta finales de este año para debutar en el parqué con el fin de cumplir con las exigencias regulatorias. De lo contrario, su principal accionista (La Fundación Ibercaja) tendrá que llevar a cabo una dotación extraordinaria de 300 millones.

La hoja de ruta de la entidad aragonesa para colocar entre los inversores institucionales en torno a un 40% de su capital y lograr una valoración de entre 1.600 y 2.100 millones. Sin embargo, en la primera tentativa solo pudo conseguir un precio global de unos 1.300 millones. Una cantidad que a la cúpula del banco le pareció escasa y, por ello, aplazó la operación. Este retraso la ha convertido en el nuevo objeto de deseo del sector para explorar una eventual fusión.

La banca, como el conjunto de las empresas, temen un fuerte impacto de la guerra en sus cuentas y sus balances. Auguran que la economía entre en recesión si el conflicto se alarga. Una visión que contrasta con las estimaciones del Gobierno, que acota el efecto a una mayor inflación por falta de suministros y un aumento de los precios de la energía. De hecho, algunas compañías ya han incluido entre sus riesgos las consecuencias de la batalla bélica.

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