La banca sufre un repunte de los impagos hipotecarios en vísperas del agujero de los ICO
Los préstamos para la compra de viviendas con alguna cuota sin abonar se elevan hasta el 4,3% del total y ponen en alerta al conjunto de las entidades
La banca ha sufrido el primer el repunte de los impagos en los préstamos hipotecarios. Y lo ha hecho en la antesala de que las insolvencias crezcan por el fin de los periodos de carencia de la financiación avalada por el ICO. Las hipotecas que tienen alguna cuota vencida y no satisfecha han experimentado un deterioro, indica en un informe reciente la Asociación Hipotecaria Española (AHE). En concreto, el 4,3% no está al corriente de pago a finales de 2021, frente al 4,1% de junio del año pasado y del 4,2% de diciembre de 2020.
Este ligero ascenso ha puesto en alerta a los bancos, según fuentes del sector consultadas por THE OBJECTIVE, que señalan, sin embargo, que no esperan grandes agujeros en la cartera de hipotecas, ya que es lo último que se deja por pagar. Aun así, sostienen que este cambio de tendencia se está analizando y se están monitorizando todos los contratos, caso por caso.
Este dato no está incluido en las cifras que reporta el Banco de España, ya que incluye no solo los créditos considerados como morosos (al menos tres meses sin pagar) como aquellos en los que se han dejado de pagar una cuota. Los números registrados por el supervisor aún reflejan una caídas de los dudosos, ya que ha pasado del 3,9 al 3,3% en el último ejercicio. En concreto, las hipotecas residenciales de particulares acumulan una tasa de morosidad del 2,7% frente al 6% de las hipotecas comerciales suscritas por empresas o particulares.
El sector espera una morosidad contenida
La AHE, por ello, señala que «hasta el momento, la banca no parece haberse visto afectada en términos de riesgo crediticio por la crisis sanitaria, gracias a las medidas de apoyo fiscal, monetario y económico que se han puesto en marcha». Además, agrega que «a la luz de los datos de la cartera y del panorama económico para este año se espera que los niveles de dudosidad se comporten de forma estable».
Si bien, la asociación añade que «la coyuntura presente y futura requiera continuar con un seguimiento pormenorizado de las distintas exposiciones, las cuales a su vez vendrán condicionadas por la evolución del contexto macroeconómico y las decisiones que adopte el BCE».
Una coyuntura que dependerá en buena parte por las consecuencias de la guerra de Ucrania y del impacto en los bolsillos de las empresas y familias de la escalada de la inflación. No se descarta que en España alcance más del 10% en los próximos meses.
Fin de la carencia en los préstamos ICO
El leve deterioro hipotecario se produce antes de que a partir de abril las compañías tengan que afrontar las cuotas completas por los préstamos ICO al finalizar el periodo de gracia concedido por el Gobierno. Hasta ahora solo pagaban por los intereses y se estaban ahorrando la amortización del capital principal.
Los expertos y la banca auguran que este cambio impulsará los préstamos impagados, aunque en menor medida de las estimaciones iniciales. Unos cálculos que pueden ser revisados en función de la evolución del conflicto ucraniano. Por ahora, el sector financiero no ha reclamado al Gobierno, según financieras, un nuevo aplazamiento en la carencia de esta financiación para aliviar las cargas a las compañías.
Según los últimos datos disponibles, los ICO han dejado ya unas insolvencias de 2.600 millones, de los que 2.000 millones los asumiría el Estado. Los 600 millones restantes serán pérdidas para la banca de no poder recuperarse. Las entidades, desde el estallido de la covid-19, ha otorgado cerca de 135.000 millones.
Por tanto, el repunte de los impagos en las cuotas hipotecarias mete más presión a los bancos, que van a tener que hacer una vigilancia global extrema de su cartera crediticia a partir de ahora.
De manera general, las estimaciones apuntan a que la tasa de morosidad se incrementará desde el 4% actual hasta una horquilla del 6-7%. A comienzos de la crisis sanitaria, las previsiones auguraban que podría llegar hasta el 12%. Para hacer frente a este problema, el conjunto del sector llevó a cabo provisiones extraordinarias de 13.000 millones. Una hucha que, según sus proyecciones, serán más que suficientes. De hecho, en 2021 dejó de incrementar estas dotaciones. Y antes de la invasión a Ucrania ya se plantaba incluso una próxima liberación de una parte de las mismas.