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La opa de Berlusconi permitirá a Mediaset funcionar en España como Netflix

Mediaset España se integrará en Media for Europe, una sociedad con domicilio social en Ámsterdam (Países Bajos) y con residencia fiscal en Italia

La opa de Berlusconi permitirá a Mediaset funcionar en España como Netflix

Sede de Mediaset España, en una imagen de archivo. | AGENCIAS

Media for Europe (matriz de Mediaset Italia) anunció el pasado martes el lanzamiento de una oferta por el 44% que no controlaba de sus negocios en España. El objetivo final es sacar a la compañía de bolsa e integrarla con sus negocios italianos, una situación que convertirá Mediaset España en una filial sin independencia operativa que, entre otras cosas, le permitiría actuar como lo hace Netflix en España, sin la totalidad de las obligaciones fiscales ni compromisos que tienen las cadenas establecidas en nuestro país.

Mediaset España se integrará en Media for Europe, una sociedad con domicilio social en Ámsterdam (Países Bajos) y con residencia fiscal en Italia. Coincidentemente, Netflix también tiene su sede central en Países Bajos desde Netflix International B.V, y en el caso español parte de su responsabilidad sigue estando soportada por su sede en Ámsterdam. En ambos casos, sus negocios españoles no serían más que filiales de sus sociedades matrices.

En la práctica, la «españolidad» de Mediaset queda en el aire a todos los efectos. Un dato que no es menor si consideramos que en el caso de las obligaciones fiscales, de aportación a la producción audiovisual y a RTVE, lo que prima para el Gobierno español es el principio de país de origen. Esto supone que todo lo que tenga que ver con responsabilidades depende de la empresa matriz; en el caso de Netflix y ahora de Mediaset, su sede en Países Bajos.

Facturación de Mediaset

El primer debate es el pago de impuestos. En la presentación de la operación la compañía ha anunciado que «Mediaset España también permanecerá en España a efectos fiscales, asegurando que los impuestos se seguirán pagando íntegramente en el país». Sin embargo, al quedar con una estructura similar a la de Netflix, el Gobierno no puede obligarles a declarar completamente su actividad en nuestro país.

Históricamente Netflix ha pagado en España impuestos por una mínima parte de su facturación en nuestras fronteras. En el último ejercicio fiscal declararon 54 millones entre sus dos sociedades que operan en España, aunque advirtieron que tras una reorganización empezarían a declarar los ingresos de todos sus suscriptores en nuestro país a partir de 2021. Unos resultados que todavía no se publican en el Registro Mercantil.

Siguiendo este ejemplo, Mediaset España, con una facturación de 876,3 millones en 2021, saldrá de bolsa en los próximos meses, lo que le permitiría no tener que declarar trimestralmente sus resultados y sus cuentas pasarán solo a ser un apéndice de los resultados generales de la compañía controlada por Silvio Berlusconi. La evolución de sus ingresos y pago de impuestos solo se podría seguir a través de las cuentas que envíen al Registro Mercantil, como Netflix.

Lenguas oficiales

En el caso de las obligaciones, la Ley Audiovisual que desde hace unos meses está en el Congreso de los Diputados, obliga a los prestadores del servicio de comunicación audiovisual televisivo lineal a reservar el 51% del tiempo de emisión a obras audiovisuales europeas. De ese porcentaje, el 50% se reservará a obras en la lengua oficial del Estado o en alguna de las lenguas oficiales de las Comunidades Autónomas. De esta subcuota, RTVE reservará un mínimo del 15% a obras audiovisuales en alguna de las lenguas oficiales de las CCAA.

Sin embargo, en el caso de los prestadores del servicio de comunicación audiovisual televisivo a petición entre los que se encuentra Netflix, no se les pudo obligar a reservar un 30% de su catálogo a obras europeas. Originalmente se les quiso obligar a que la mitad (15%) de esta cuota debería ser obras en lenguas oficiales en España y, de esa subcuota, el 40% deberán ser obras audiovisuales en alguna de las lenguas oficiales de las CCAA.

Sin embargo, aplicando el país de origen, ninguna empresa con sede central fuera de España podría ser obligada a cumplir estas cuotas. Algo a lo que perfectamente se podría acoger Mediaset cuando culmine su nueva estructura.

Sinergias de 55 millones

Por otro lado, Media for Europe se ha encargado de subrayar que las actividades operativas de Mediaset España permanecerán en España, «al igual que todos los trabajos y la producción de contenidos locales». Es loable establecer este compromiso, pero también es cierto que si los negocios en España se integran en un nuevo conglomerado se producirán una serie de duplicidades y cargos que tendrían la misma función en la empresa integrada.

La compañía ha indicado que espera sinergias de 55 millones de euros al año y parece difícil cumplir este objetivo si se mantiene la actual estructura. No parece que tenga mucho sentido mantener un presidente no ejecutivo o una serie de directores de área cuando realmente la compañía pasará a ser una filial de un gigante audiovisual con personalidad propia.

Mediaset también se ha comprometido a proteger el pluralismo y la diversidad cultural. Media For Europe «mantendrá, con carácter prioritario, las diversas identidades y la protección de la diversidad cultural en todos los países en los que opera, así como las obligaciones conexas en materia de pluralidad, transparencia y responsabilidad informativa, producción de contenidos originales y empleo», han indicado.

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