BBVA lanza un plan para levantar el ánimo de los empleados, hastiados tras los despidos
El banco pondrá en marcha medidas concretas en varias líneas de actuación en los próximos dos años, con el fin de mejorar el clima laboral de la plantilla
Una sucursal de BBVA | Europa Press
BBVA ha decidido tomar cartas para levantar la moral de una plantilla completamente desapegada tras el ERE y otros ajustes de personal. La entidad, consciente de la situación en la que se encuentran sus trabajadores, ha puesto en marcha un plan para mejorar su situación y que el clima laboral sea aceptable. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el proyecto estará vigente dos años y en él se incluirán medidas concretas con varias líneas de actuación.
La iniciativa está siendo comandada por la dirección de Talento y Cultura, que lidera Yolanda Martínez-Bajo, en coordinación del área de España, comandada por Peio Belausteguigitia. Ambos responsables están preocupados por el desapego de los empleados del grupo en nuestro país. Algo que podría acarrear una bajada de las ventas por la falta de motivación.
Todos los sindicatos manifestaron el viernes infinidad de críticas a la cúpula sobre el estado en el que se encuentra, sobre todo, la red de sucursales. Durante la junta de accionistas, los representantes de los trabajadores expresaron sus lamentos. Presión comercial, carga de trabajo, sueldos estancados y baja reputación por el caso Villarejo y la atención a los mayores fueron las principales quejas.
BBVA contratará a varias consultoras
El plan arrancará con la contratación de distintas consultora independientes para que lleven a cabo una análisis sobre el deterioro del ánimo de la plantilla y sugieran fórmulas para su mejora. Una vez detectados los problemas, BBVA adoptará las decisiones pertinentes, empezando por aquellas que sean más acuciantes.
Desde el banco apuntan a que esta iniciativa tiene una base: la encuesta que realizó el año pasado y diferentes focus group para tener una impresión. Además, sostienen que forma parte de un proyecto global, para todas las geografías, con el fin de poner fin al efecto brazos caídos generalizado tras las pandemia. Por tanto, en cada país donde opera BBVA habrá propuestas concretas para corregir las deficiencias.
Las medidas atacarán, en principio, varias líneas. Entre ellas, destaca la flexibilización en el trabajo y sus modalidades para permitir que se haga desde la oficina o desde casa. También, la sostenibilidad con la disposición de productos específicos para la plantilla como se ha hecho con la clientela, como préstamos para la instalación de placas solares.
El desmantelamiento de las oficinas, según algunos sindicatos como CGT, está provocando tensiones y desánimo en buena parte del personal. Hay que tener en cuenta que BBVA pactó el año pasado un ERE para casi 3.000 trabajadores y llevó a cabo ajustes para reducir otros 1.500 empleados. Por este motivo, según fuentes oficiales del banco, en España el punto central del plan estará centrado en las sucursales, que llevaron la peor parte del ajuste.
El ERE, al Constitucional
Precisamente, CGT ha llevado al Tribunal Constitucional recientemente el ERE tras no haber prosperado su demanda en la Audiencia Nacional. La fuerza sindical considera que fue ilegal por no obedecer a cuestiones económicas, como se argumentó BBVA para su ejecución.
La situación de la plantilla de BBVA no se aleja mucho de la que viven la mayor parte de los trabajadores del sector. En las últimas semanas el malestar de los empleados de prácticamente todas las entidades están manifestando un desapego y un tensión que va en aumento.
Un malestar generalizado en el sector
El conjunto de los bancos ha acordado un ajuste de 19.000 trabajadores y el cierre de más de 4.000 sucursales. Una medida que culminará. a lo largo del presente ejercicio. Algunos grupos financieros, eso sí, escapan de estos recortes y de un mal ambiente laboral. El caso más destacado es ING, que va a incrementar en 200 empleados el número de sus profesionales.
La presión de los directivos, además, es cada vez más elevada, ya que las entidades necesitan aumentar los ingresos para elevar la rentabilidad. En los últimos ejercicios, el sector ha sufrido el lastre de los tipos de interés negativos y ha centrado el foco en el ahorro de los costes operativos. Una vez materializados la reducción de plantilla, la única palanca con la que cuenta es el incremento de las ventas y la captación de nuevos clientes.
Aunque es cierto que tendrá, previsiblemente, con un aliado nada esperado hasta hace poco tiempo: la subida de los tipos por parte del BCE para contener la inflación. No se descarta que a finales o principios del próximo ejercicio el organismo comunitario se vea obligado a mover el precio oficial del dinero.
