BBVA emula al Santander y pone en alquiler 354 sucursales cerradas tras el ERE
El banco pretende rentabilizar con arrendamientos anuales la mayor parte de la red que ha clausurado en los últimos meses en el marco de los despidos
BBVA sigue la estela del Santander y busca sacar rendimiento al último cierre de oficinas. El grupo que preside Carlos Torres ha sacado al mercado del alquiler 354 de las sucursales que ha clausurado desde el pasado verano, según ha podido saber THE OBJECTIVE. La entidad llevó a cabo un ajuste de 480 agencias en el marco del ERE de casi 3.000 trabajadores para ahorrar costes.
El banco, por tanto, pretende con esta iniciativa rentabilizar de manera anual la mayor parte de los locales vacíos a través de los arrendamientos. Una estrategia que ya puso en marcha el Santander con la creación de una compañía específica para la gestión de su millar de oficinas cerradas.
BBVA alquilará las sucursales clausuradas a través de su firma inmobiliaria y con ayuda de la start up Madiva, una empresa que adquirió en 2018 para impulsar la comercialización de hipotecas por sus sistemas de valoración de edificios. Eso sí, la entidad también ofrece la posibilidad de adquirir los locales, aunque no todos. Solo para la aproximadamente mitad de los mismos.
Fuentes oficiales de BBVA sostienen que el grupo realiza «una gestión profesionalizada y ad hoc para los locales de antiguas oficinas llevando a cabo procesos de comercialización orientados tanto en modalidad de venta como de alquiler». Asimismo, señalan que a través de un QR disponible en los inmuebles vacíos se llega al portal habilitado para tal fin.
Precios de los locales
La cartera puesta en renta por el banco está repartida por todo el país, aunque más del 40% (142) está ubicada en Barcelona, la provincia que más recorte de red ha sufrido con el últimos cierres. En función de los metros, la ubicación y el estado el precio de las oficinas vacías es diferente. Así, por ejemplo, los inversores se pueden encontrar en Castellón con un arrendamiento de 11.000 euros al año o en la Ciudad Condal, de poco más de 26.000 euros.
En el caso de que la operación sea de compraventa, las sucursales salen con un coste promedio de 330.000 euros en la provincia catalana; de 270.000, en Alicante; o de 73.000 euros en Guadalajara.
BBVA lanzó el año pasado una reducción de red y de empleados para mejorar su eficiencia operativa y adaptarse al entorno cada vez más digital. Un recorte que ha sido generalizado en todo el sector. El conjunto de la banca va a despedir a 19.000 trabajadores y clausurar más de 4.000 oficinas.
Pero, además, BBVA ejecutó un ajuste adicional de personal a través de planes ordinarios, al margen del ERE, que sumaron otras 1.500 salidas. Pero ahora, se dispone a realizar contrataciones (350) para atender mejor a los clientes mayores tras haber ampliado los horarios de caja como sus rivales.
El ERE, unido a estas diminuciones, ha llevado a la plantilla a estar hastiada. Algo de lo que el banco ha tomado nota y ha iniciado un plan para levantar el ánimo de sus trabajadores con el comienzo de diferentes iniciativas.
Menos gastos para las sucursales aún operativas
BBVA, con el fin también de rentabilizar su red, ha acordado la recompra de 662 sucursales que tenía arrendadas a Merlin. Una operación que le va a costar cerca de 2.000 millones, pero con la pretende rebajar sus gastos a medio y largo plazo. Asimismo, está analizando todas las facturas tras la escalada de los precios por la guerra de Ucrania y ha quitado el agua gratuita para sus empleados.
El sector financiero, como todas las industrias, están mirando con lupa sus gastos como consecuencia de la subida en espiral del IPC. Principalmente aquellos relativos a la energía, que son los que más se han encarecido desde el pasado verano y después de la invasión de Ucrania.
Los bancos temen las consecuencias del conflicto bélico para la economía y, por ende, para sus balances y resultados. BBVA considera que se ha abierto un nuevo orden mundial y reclama que se utilicen ya los fondos europeos para impulsar las energías renovables.
Pese a la incertidumbre la entidad azul se muestra relativamente optimista, ya que se encuentra con posición sólida. Un estado que se debe en parte al exceso de capital que tiene por la venta millonaria de su filial de Estados Unidos. Un superávit que tiene previsto destinar a crecer, además de aumentar su participación en el turco Garanti y a dividendos extraordinarios.