Empresas, industria y hogares recortan aún más su consumo de gas: en julio el 30%
La demanda está incluso por debajo de los datos de julio de 2020, en plena pandemia y con la actividad económica aún bajo mínimos tras el confinamiento
La demanda convencional de gas natural, destinada al consumo de hogares, comercios e industrias continúa su descenso. En julio, la bajada ha alcanzado el 30% en comparación con el mismo mes del año anterior, mientras que en comparación con junio el retroceso se eleva en diez puntos porcentuales.
Según previsiones del sector gasista facilitadas a THE OBJECTIVE, el consumo se situará en torno a los 14.000 gigavatios hora (GWh), lo que supone que esté incluso por debajo de los datos correspondientes a julio de 2020 (18.538 GWh), en plena pandemia y con la actividad económica aún bajo mínimos tras el confinamiento.
Enagás, operador del sistema gasista, publicará los datos definitivos la semana que viene, aunque los del semestre ya arrojaron una importante caída del 10,3% respecto a la primera mitad del año pasado, hasta los 136.835 GWh. El menor consumo se explica por los altos precios, que han obligado a la industria a acometer paradas porque no pueden pagar la factura.
De hecho, el 26 de julio, los contratos europeos de futuros del gas natural, negociados en la plataforma holandesa TTF, llegaron a alcanzar una cotización de 200 euros por megavatio hora (MWh), en el contexto de los problemas de suministro en el Viejo Continente por parte de Gazprom y la reducción en el consumo acordada a nivel europeo. Hay que señalar que precios por encima de los 80 euros son prácticamente inasumibles para la industria.
La industria reclama líneas de ayuda
Con el fin de hacer frente a la espiral de precios, la industria ha adelantado paradas por mantenimiento de sus plantas e intentan usar otras fuentes de generación. No obstante, cuando ya no tienen más opciones, las empresas industriales tienen que parar la producción.
La presidenta de la asociación que aglutina a los grandes consumidores de gas (GasIndustrial), Verónica Rivière, señala a este medio que el sector ha pedido al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que se pongan en marcha todas las herramientas posibles y medidas disponibles, así como que se abran más líneas de ayudas alineadas con el REPowerEU, para mitigar el impacto del alza de los precios energéticos, destacando que las industrias españolas consumen el 60% del gas que llega al país.
El Real-Decreto ley de ahorro energético obliga a limitar las temperaturas de calefacción y refrigeración de las grandes superficies (27 grados en verano, 19 en invierno), disponer de cierres automáticos en puertas de acceso en locales para impedir que queden abiertas y apagar el alumbrado de escaparates y edificios públicos a partir de las 22.00 horas. Sin embargo, no existe ninguna mención a la industria.
En el lado totalmente opuesto se encuentra la demanda de gas del sector eléctrico, totalmente disparada por la generación de electricidad a través de los ciclos combinados. De enero a junio crece un 73% frente al primer semestre de 2021, hasta los 55.778 GWh. En total, en este periodo se han registrado 36.491 GWh de electricidad generados con ciclos combinados, frente a los 22.488 GWh de un año antes, es decir, un 62,2% más. Destacan los meses de junio y julio, con la ‘excepción ibérica’ ya en vigor.
La generación de electricidad mediante gas en España está por las nubes debido a la mayor demanda de energía en verano por las altas temperaturas y a una menor aportación de las renovables al mix de generación, con la hidráulica en mínimos históricos. A esto hay que sumar una alta exportación de electricidad a Francia.
Bajo este escenario, los Veintisiete han alcanzado un acuerdo para reducir un 15% el consumo de gas hasta primavera ante el posible corte de suministro por parte de Rusia, aunque España podría aplicar una bajada de entre un 7% y un 8% de forma voluntaria. Esta excepción, bajo la que podrían ampararse los países que cumplan los criterios como España, Portugal e Italia, queda recogida en el texto del reglamento que precisa que los países de la UE que cuenten con infraestructuras que permitan transferir gas pueden actuar de esta forma.
No obstante, esta reducción en la ambición de ahorro de consumo de gas no sería automática, sino que los Estados miembro tendrían que demostrar que cumplen una serie de criterios estrictos, según fuentes comunitarias. Así, para poder aplicar esta derogación de la norma y reducir la ambición de recorte de consumo de gas del 15% al 7%, los países deben tener una baja conexión con sus países vecinos en comparación con el tamaño de su mercado. Un elemento que muy pocos países cumplen en la UE.
Planes de contingencia actualizados en septiembre
Además, para acceder a esta excepción y rebajar la ambición de ahorro, deberán demostrar que pueden utilizar su capacidad exportadora en caso de que los países vecinos lo necesiten y que han hecho un buen uso de su capacidad para redirigir gas natural licuado (GNL) al resto del mercado comunitario.
España es uno de los países con mejores niveles de reservas de gas de toda Europa gracias a sus plantas de regasificación y tanques de almacenamiento. Puede convertirse en el ‘gran almacén’ de gas de la UE, ya que cuenta con casi un 30% de la capacidad de regasificación de toda Europa y el 30% de las reservas de GNL. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, el país está «muy bien posicionado», con una capacidad de almacenamiento actual en el entorno del 70%.
La comunicación de la Comisión no señala qué industrias tendrán que acometer un mayor esfuerzo de ahorro, sino que lo deja en manos de los gobiernos nacionales. Verónica Rivière confía en que España no impondrá paradas obligatorias a la industria porque ya lo hace por sí sola ante los elevados precios.
Será en septiembre cuando los Estados miembro presenten a Bruselas una actualización de sus planes sus planes de contingencia, que deberán poner el foco en lograr una diversificación del suministro y no depender así de Rusia. El Ejecutivo comunitario también se guarda la posibilidad de declarar una «alerta europea» y tomar medidas excepcionales.