Bankinter eleva el 15% la paga por horas extra a la plantilla en el primer ajuste en 22 años
Actualiza la compensación por los trabajos fuera del horario laboral en plena subida de la inflación y de las exigencias de los empleados para mejorar salarios
Bankinter ha dado un paso al frente para compensar de alguna manera la pérdida de poder adquisitivo de sus empleados por la escalada de la inflación y ha decidido revisar por primera vez en veintidós años la paga por las horas extra y festivos que realiza la plantilla. El ajuste ha sido al alza y, según ha podido saber THE OBJECTIVE, supondrá una mejora del 15% en los abonado por el trabajo hecho fuera de la jornada laboral.
La medida adoptada por Bankinter se produce después de que los representantes de los trabajadores llevaran al menos dos ejercicios reclamando una actualización de esta compensación y en plenas exigencias a Bankinter y al resto del sector a que eleve los salarios con un incremento de las complementos o la puesta en marcha de una partida extraordinaria.
Las patronales se abrieron a debatir estas reivindicaciones hace unos meses, pero por el momento se niegan a aumentar las retribuciones a sus trabajadores. Este rechazo ha llevado a que los sindicatos hayan amenazado ya con un conflicto en el seno de las entidades a través de protestas y paros si la postura no cambia.
Compensaciones de Bankinter inferiores al convenio
Hasta ahora, según CCOO, Bankinter venía pagando en algunos rangos retributivos por las jornadas fuera del horario laboral importes por debajo de lo que estipula el convenio de banca, por lo que da la bienvenida a la subida económica de esta compensación.
La organización sindical, pese a ello, ha reclamado al banco que equipare las cantidades que abona por el trabajo en festivo. Denuncia que existe una diferencia del 50% superior si hace de manera presencial a si se opera desde casa. Según sus números, para un salario de hasta 30.050 euros la paga que desembolsa Bankinter por festivo alcanza los 276 euros para una jornada completa desde la oficina, frente a los 138 euros desde el domicilio.
Desde que estallara la guerra de Ucrania y la inflación comenzara a repuntar con fuerza, Bankinter ha tenido gestos con sus trabajadores para poder incrementar de alguna manera su poder adquisitivo. Aunque no ha sido el único banco en llevar poner alguna medida para mejorar la situación salarial de su plantilla. En su caso, en junio modificó sus reglas internas para sus empleados pudieran convertir las hipotecas variables en fijas ante la remontada del euribor.
Sin embargo, tuvo que ser el Tribunal Supremo el encomendara a la entidad cambiar sus sistema de bonus para los empleados, con el fin de incluir en el colectivo de beneficiarios a aquellos trabajadores que en la fecha de su cobro hubieran dejado el banco, bien por despido, por jubilación anticipada o por salida voluntaria.
Desde antes de verano, los empleados de todo el sector financiero (también los de Bankinter) está exigiendo aumentos salariales. Por un lado, piden un alza de las retribuciones del convenio sectorial, que podría llevarse a cabo a través una especie de dividendo social mediante varias partidas. Proponen un pago extraordinario que compense la inflación y la mejora de algunos extraordinarios, como el kilometraje ante el encarecimiento de los carburantes o el teletrabajo.
Las entidades son conscientes del mal clima laboral existente en todo el sistema por la presión comercial y la carga de trabajo de sus plantilla tras el ajuste de 19.000 trabajadores desde finales de 2020. Pese a ello, de momento solo están teniendo gestos con decisiones que tienen un coste bajo, como el adoptado por Bankinter este mismo mes.
Hay que tener en cuenta que en el caso del grupo capitaneado por María Dolores Dancausa ha sido una excepción en el sector desde que estalló la pandemia. Bankinter durante este tiempo ha sido la única gran entidad que no ha ejecutado ningún despido colectivo, por lo que el ambiente laboral no está tan crispado como en otros competidores.
Los sindicatos consideran que los bancos pueden afrontar subidas salariales, teniendo en cuenta el crecimiento de sus beneficios en los últimos meses y el previsto ascenso de sus ingresos por el calentón del euribor. El conjunto del sistema financiero facturará en los próximos dos años 12.500 millones adicionales por el alza en las cuotas de los créditos a tipos variables. Un dinero, eso sí, que se verá mermado por el impuesto especial que tiene previsto aprobar el Gobierno por 3.000 millones, precisamente, por este incremento de los márgenes bancarios.