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Bankinter cambia las reglas para que la plantilla convierta sus hipotecas variables en fijas

La entidad permite a los empleados modificar las condiciones de precio de los créditos de manera temporal, hasta finales de año, ante la escalada del euribor

Bankinter cambia las reglas para que la plantilla convierta sus hipotecas variables en fijas

La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa | Bankinter

Bankinter ha modificado las reglas internas para permitir a toda su plantilla convertir las hipotecas variables en fijas ante la escalada del euribor, que cerrará junio en torno al 0,8%. La entidad ha suspendido temporalmente durante 2022 su política de limitación establecida para sus empleados en los cinco primeros años de un préstamo para la vivienda de no poder cambiar el tipo de interés del contrato, según ha podido saber THE OBJECTIVE. Una medida que ya ha comunicado a los posibles beneficiarios de tal decisión a través de un correo electrónico.

La iniciativa responde a la remontada que ha experimentado el euribor ante la subida de los tipos de interés oficiales por parte del BCE para contener la inflación. El organismo monetario tiene previsto elevar el precio del dinero en julio e intensificar, si fuera necesario, los aumentos a partir de septiembre.

Bankinter, como el resto de bancos, han visto en los últimos meses cómo los clientes habían disparado sus demandas para transformar sus hipotecas variables en fijas para protegerse del subidón del euribor. De hecho, tal aluvión de peticiones ha incrementado un 60% estos cambios.

Bankinter cobra más a empleados que a clientes

Ahora, Bankinter abre la mano con sus propios trabajadores para que puedan también beneficiarse de una novación de los contratos en los préstamos. Desde CCOO califican la decisión de «muy buena noticia» y se felicita por ella, pero se queja de los elevados tipos fijos a los que tendría que cambiarse frente a las tasas que ofrece el propio grupo financiero a través de su filial digital, Evo.

De acuerdo con las condiciones, la plantilla tendría que modificar el precio de las hipotecas a un fijo de entre un 2,25% a 5 años de vencimiento hasta un 2,5% a un plazo de 30 años. Por su parte, los clientes de Evo pueden contratar un crédito para la vivienda con una tasa del 1,45%, siempre y cuando se cumplan todas las condiciones para una bonificación máxima.

El sindicato ha reclamado ya a la dirección de Bankinter que reajuste estos criterios, ya que cobraría un 72,5% más a un empleado que a un cliente. Hablamos además de un usuario que no es especial y, por tanto, tiene mayores riesgos de impago en un momento en que se espera que la morosidad vaya a subir como consecuencia de la financiación ICO y la incertidumbre.

El BCE ha dejado claro que hará todo lo esté en su poder para reducir la inflación. Un IPC que ha puesto contra las cuerdas a la economía. Tan es así, que el propio organismo comunitario ya ha advertido de que Europa podría entrar en recesión en 2023. Un escenario que complicaría la evolución de España, pero que ni el Gobierno ni los bancos contemplan por ahora. El Ejecutivo y las entidades se muestran optimistas y consideran que nuestro país está en una situación muy distinta a la de otras crisis.

El mercado apunta a que a finales de 2023 el euribor alcanzará un mínimo de un 1,5%. Un tipo que podría ser más elevado si el BCE es más agresivo en su política restrictiva para que la inflación vuelva al objetivo del 2%. Hay que tener en cuenta que este indicador, que sirve para fijar el precio de un 70% de las hipotecas en España, estaba a principios de este año en un 0,5% negativo.

Esta escalada del euribor, la inestabilidad, la falta de activos en los invertir y el ahorro de las familias durante la pandemia está acelerando, precisamente, la contratación de hipotecas por la alta demanda de pisos. Los bancos en las últimas semanas no dan abasto y están tendiendo que retrasar operaciones.

Las entidades (también Bankinter) consideran que el mercado inmobiliario seguirá a lo largo de este ejercicio con buena dinámica, aunque esperan que, una vez se pase el boom actual, el crecimiento de este segmento regrese a niveles más normalizados.

Además, hay que tener en cuenta que es tanta la incertidumbre que es muy complejo realizar pronósticos. Si finalmente Europa entra en recesión, algo que es probable, España podría verse seriamente afectada y la inversión tanto de empresas como de familias decaería. Una inversión que incluye al ladrillo y, por ende, al crédito hipotecario.

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