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El cambio de hipotecas variables a fijas se dispara un 60% por el subidón del euribor

Los bancos, tal y como preveían, han cambiado los intereses a los clientes para protegerse ante un aumento de las cuotas en los próximos años

El cambio de hipotecas variables a fijas se dispara un 60% por el subidón del euribor

La banca, tal y como preveía, se ha encontrado sobre la mesa de operaciones un aluvión de cambios de hipotecas variables a fijas por el subidón del euribor. Los clientes están acudiendo en masa a las oficinas y a los servicios de atención de las entidades para llevar a cabo esta modificación. En marzo, primer mes en el que el euribor cambió su tendencia de manera radical, las entidades incrementaron un 60% estas mutaciones en los préstamos para la adquisición de la vivienda.

Según fuentes del sector consultadas por THE OBJECTIVE, estas transformaciones de los tipos de interés en los contratos han continuado y seguirán en los próximos meses. La oleada de cambios esperada se ha confirmado. Los datos de marzo, reflejados en las estadísticas del INE, indican que la banca materializó 1.060 novaciones de hipotecas para convertir a tasas invariables las cuotas a pagar. Un año antes, estas modificaciones sumaban 660.

Con ello, los clientes han podido ganar tranquilidad ante el más que probable encarecimiento de los créditos variables en los próximos ejercicios. El euribor ha entrado en terreno positivo por primera vez desde 2016 y los pronósticos apuntan a que alcanzará al menos el 1,5% a finales de 2023. Por ahora, las cuotas de las hipotecas vinculadas al euribor (que son el 75% de las concedidas) se han incrementado entre 400 y 600 euros. Un dinero que presiona los bolsillos de los españoles en un momento de alza de precios generalizada.

Precisamente es esta escalada de la inflación, hasta máximos de más de tres decenios, lo que ha provocado que el euribor se haya disparado ante las perspectivas de que el BCE mueva los tipos oficiales. El organismo monetario tiene intención de llevar a cabo el primer giro en su política en julio.

Abaratamiento de los préstamos tras el cambio

Los cambios de las hipotecas, de variables a fijas, además han permitido un abaratamiento de los préstamos, ya que del total de las variaciones de estas últimas la tasa ha pasado del 2,8% al 2,1%. Una disminución que no es nada desdeñable en esta época de dificultades e incertidumbre económica.

Distintas fuentes del sector bancario explican a este periódico que estas modificaciones en un momento dado no serán atractivas para los usuarios. Todo dependerá de la evolución del euribor y de la necesidad de las entidades de retener clientes. Éstos, para mejorar sus condiciones, siempre tienen la posibilidad de acudir a la ventanilla de otro banco para llevarse la hipoteca. Esta práctica se conoce como subrogación y durante la pandemia ha crecido sustancialmente.

La estrategia de las entidades con la hipotecas, un segmento que no para de crecer pese a la incertidumbre económica, ha hado un giro. Los bancos están potenciando ahora la venta de variables, ya que con ellas pueden conseguir más ingresos en el futuro. Hasta la fecha, venían impulsando la comercialización de las fijas para asegurarse una facturación por el euribor en negativo.

Tras el repunte del euribor (se sitúa en el 0,36%) el sector financiero ha encarecido las fijas, hasta más allá del 2% siempre y cuando se contraten todos los productos para la bonificación máxima. Y ha rebajado las variables, para hacerlas más atractivas para sus intereses.

Esta situación, aunque beneficia a la banca, también va a generar un aumento de la morosidad. Unos impagos que ya están afectando a los créditos al consumo y a la actividad hipotecaria. Cuanto más crezca el euribor mayores serán las dificultades para que las familias devuelvan la financiación.

Los banqueros admiten que se prevé un aumento de las insolvencias, pero que será controlado. Por tanto, consideran que no tendrán que hacer provisiones extra muy significativas. Eso sí, algunas entidades (BBVA y Caixabank) ya han destinado dinero a esta hucha por las consecuencias negativas de la invasión de Ucrania. El sector, por la guerra, podría llegar a perder unos 1.200 millones ante un deterioro más acusado de su balance y un menor crecimiento económico.

Las estimaciones apuntan a que la tasa de morosidad general pasará del 4,24% actual hasta un tope del 7%. Este pronóstico no ha variado por la inestabilidad de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y es mucho mejor que el realizado tras el estallido de la pandemia. Entonces, se calculó que podría llegar al 12%, cerca del récord histórico alcanzado en la pasada crisis financiera.

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