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Economía

Furor entre los clientes de los bancos a la caza de las últimas 'gangas' en hipotecas

Las entidades no dan abasto para atender la elevada demanda de préstamos para la adquisición de viviendas y se ven obligadas a retrasar operaciones

Furor entre los clientes de los bancos a la caza de las últimas ‘gangas’ en hipotecas

Varias personas, a las puertas de una entidad bancaria. | Europa Press

Los españoles no quieren perder el tren de las últimas ‘gangas’ en el mercado de las hipotecas y se están agolpando en los bancos para poder cazarlas. El sector inmobiliario está en plena ebullición y las operaciones están registrando un repunte tras la invasión de Ucrania y la remontada experimentada por el euribor. En los bancos, según destacan fuentes financieras a THE OBJECTIVE, no dan abasto para atender tanta demanda y muchas transacciones se están retrasando.

Las peticiones de créditos para la adquisición de la vivienda están viviendo una especie de boom y las entidades se están viendo obligadas a tener que aplazar, al menos tres meses, la constitución de los contratos. Un situación que está impidiendo cerrar operaciones, ya que es tan elevado el interés por la adquisición de pisos que en Madrid ni siquiera el parque de viviendas dura un mes a la venta. De esta manera, los vendedores tienen cola y cambian de comprador si hay mucho retraso en una hipoteca.

Los ciudadanos, que cuentan con los ahorros acumulados durante la pandemia (130.000 millones), pretenden conseguir la mejor oferta y defender el valor de su dinero frente a la inflación y la subida de tipos. Los bancos aún están comercializando hipotecas fijas relativamente atractivas, pero cada día que pasa el precio de las mismas sube. Llegará un momento en que éstas no sean competitivas y solo las variables estén al alcance de la mayoría de la población.

Hipotecas fijas por debajo del 2,5%

De momento, en el escaparate de los bancos existen préstamos con tipos inamovibles por debajo del 2,5%, siempre y cuando se contraten todos los productos asociados para lograr la bonificación máxima. Una tasa que es por ahora prácticamente similar a las variables. Éstas, aunque su diferenciales han bajado, el coste total ha aumentado como consecuencia de la remontada abrupta del euribor. Este indicador ha pasado en menos de tres meses del 0,5% negativo a más del 1% positivo.

Los expertos y el mercado apuntan a que el euribor alcanzará pronto el 1,5% y no descartan que en 2023 llegue al 2%. Todo dependerá de los movimientos que haga el BCE en los tipos oficiales. Se espera que el organismo monetario eleve el precio del dinero en julio y que en septiembre vuelva a hacerlo, incluso, con una mayor contundencia, con el fin de contener la inflación.

Los bancos están incentivando la venta de hipotecas variables en estos momentos, porque es la manera con la que pueden mejorar más sus márgenes operativos. Por ello, han encarecido las fijas. Antes de la guerra de Ucrania había ofertas por tan solo un 1,5% o menos. Y han rebajado los diferenciales de las variables, a menos de un 0,8%.

Hay entidades que, ante el cambio tan radical del mercado, han decidido paralizar la comercialización de las hipotecas fijas. A pesar de haber generado un lío en su red de oficinas. Cajamar frenó hace unas semanas en seco la venta de estos productos aunque ya estuvieran comprometidos o apalabrados con los clientes.

Antes de la invasión de Ucrania por Rusia y de la escalada del euribor, la estrategia de los bancos era otra bien distinta. Desde hace años venían impulsando las hipotecas fijas, porque era la manera con la que se garantizaban unas cuotas mínimas en un momento de tipos en negativo a largo plazo. Un escenario que ha terminado de manera sorpresiva y con muchos años de antelación. De hecho, el 70% de la concesión de préstamos para la vivienda se formalizaban a tasas inamovibles.

Los bancos no solo están viviendo un cierto colapso para escriturar los contratos de hipotecas nuevas. También están teniendo que hacer frente a un aluvión de cambios de préstamos variables a fijos. Hay que tener en cuenta que las cuotas de las primeras, tras el arreón de euribor, van a subir entre 800 y 1.000 euros anuales. Por ello, sus titulares están reclamando a las entidades convertir estos créditos en fijos, una práctica que ha crecido un 60%.

Pese a la incertidumbre económica los bancos auguran que el negocio hipotecario continuará con una senda positiva todo este ejercicio, aunque esperan que según vayan pasando los meses la tendencia se vaya aplanando, una vez que la demanda se vaya atenuando y los cuellos de botella actuales se vayan arreglando.

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