Así son los consejos de ahorro energético que plantea el Gobierno para empresas y hogares
Llevar al día el mantenimiento y las revisiones de la calefacción, y comprobar que se cumplen las recomendaciones de mejora, puede suponer un ahorro del 15%
Usar el agua caliente con prudencia, desconectar los electrodomésticos cuando nos ausentemos de casa por un período largo o sustituir progresivamente las bombillas incandescentes y halógenas por tecnología LED son algunas de las recomendaciones que lanza a los hogares el Ministerio para la Transición Ecológica con el fin de ahorrar energía bajo su plan Más Seguridad Energética (+SE).
Tras recabar distintas propuestas de las administraciones públicas y agentes en el proceso de consulta para la elaboración del plan +SE, la cartera que dirige Teresa Ribera publica una «serie de recomendaciones o buenas prácticas» que pueden contribuir, en función de las posibilidades en cada caso, a reducir los consumos energéticos en los hogares, empresas y la administración pública.
En referencia al uso del agua caliente, aconseja usarla con «prudencia» y poner atención para que nunca se quede un grifo abierto más tiempo de la cuenta. También indica que, con carácter general, una temperatura del agua entre 30 y 35 grados centígrados puede ser suficiente.
Electrodomésticos
Por otro lado, el documento señala que llevar al día el mantenimiento y las revisiones del sistema de calefacción, y comprobar que se cumplen las recomendaciones de mejora, puede suponer un ahorro del 15%. Otro punto que destaca es que se deben ventilar las viviendas minimizando el impacto en la climatización. «En verano conviene abrir las ventanas por la noche o a primera hora de la mañana para aprovechar las horas más frescas. En invierno, suele ser suficiente con abrir las ventanas unos pocos minutos para renovar el aire minimizando la pérdida de calor en casa, y es aconsejable aprovechar al máximo la luz natural», añade.
Transición Ecológica también hace hincapié en el uso adecuado de los electrodomésticos. En este sentido, destaca la necesidad de desconectarlos cuando nos vayamos de vacaciones, especialmente el frigorífico y congelador, ya que consumen hasta el 30% del total de la vivienda. También recalca evitar dejarlos en stand by (consumo fantasma) porque siguen gastando, así como aprovechar las horas de sol en verano para el secado de la ropa.
Otra alternativa es sustituir, en la medida de lo posible, las bombillas incandescentes y halógenas por otras con tecnología LED. Estas últimas emplean una potencia diez veces menor que las incandescentes y tienen una vida útil diez veces mayor, ahorrando hasta un 85% de la energía.
El autoconsumo eléctrico es otra de las opciones que destaca el plan. En la actualidad, hay ayudas enfocadas específicamente al autoconsumo y almacenamiento, además de energías renovables térmicas para el sector residencial. Estas se articulan a través de seis programas que se dirigen tanto a los diferentes sectores económicos (servicios y resto de sectores productivos) como al residencial, sector público y tercer sector. En principio se puso en marcha una dotación de 660 millones de euros, que se regionalizan a través de las comunidades y ciudades autónomas por todo el territorio nacional hasta 2023. Algunas regiones ya han agotado la primera asignación y el Gobierno ha ampliado el programa en 500 millones. Este puede llegar a un total de 1.320 millones.
Recomendaciones para empresas
En lo que afecta a las empresas, el Ejecutivo aboga, en función de las posibilidades en cada caso, por acelerar el cambio de los sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria actuales al uso de electricidad con bombas de calor (aerotermia, geotermia), o de otras renovables (biomasa, solar térmica). Para ello, recomienda comprobar los programas de ayudas a la instalación de sistemas de energías renovables térmicas.
Asimismo, insta a que se compruebe regularmente el uso de los espacios calefactados, adaptando la temperatura a la función para la que están destinados, y en función del sedentarismo o de la actividad física asociada al puesto de trabajo, así como verificar periódicamente que la programación del sistema de calefacción se ajusta al horario de trabajo.
Por su parte, otra alternativa es usar la ventilación para regular la temperatura sin gasto de energía cuando las condiciones exteriores lo hagan posible. La ventilación con recuperación de calor es también una opción, al igual que redirigir las rejillas de los conductos de ventilación o instalar rejillas difusoras para lograr una distribución más uniforme de las corrientes de aire y mejorar la sensación de confort de los empleados.
No iluminar zonas no ocupadas, controlar los horarios de iluminación y considerar el uso de sensores de presencia en zonas como pasillos y baños para detectar los movimientos de las personas y optimizan el encendido y apagado de la luz son otras de las recomendaciones.
Otras posibles acciones que Transición Ecológica plantea a las empresas son:
- Divulgar la cultura del ahorro energético entre el personal empleado y la clientela para estandarizar hábitos de consumos racionales y eficientes.
- Sustituir equipamiento y maquinaria antigua por equipos de mayor rendimiento, en producción y tiempo.
- Optimizar la iluminación externa de los edificios, apagando la innecesaria y reduciendo la contaminación lumínica.
- Realizar una campaña de divulgación energética y sostenibilidad que permita adquirir hábitos.
- Informar a la plantilla, de las medidas tomadas por la empresa que contribuyen al ahorro energético, la diversificación energética y la aplicación de tecnologías renovables.
Administración pública
El Gobierno no solo ha publicado recomendaciones para el sector privado y doméstico, sino que también ha elaborado una lista para las administraciones públicas, a las que invita a realizar auditorías energéticas que identifiquen las oportunidades de ahorro y las principales actuaciones a implantar en cada edificio.
«Una buena práctica es la designación de la figura del «responsable energético» del edificio o departamento, como persona de referencia para el seguimiento y la coordinación de actuaciones de ahorro en los edificios público», añade el texto.
En este sentido, aconseja usar solo la climatización cuando sea totalmente necesario, y no se pueda alcanzar la temperatura óptima por medios naturales. «En invierno, la temperatura del aire de recintos calefactados se debe fijar en 19 ºC. La condición de temperatura anterior está referida al mantenimiento de una humedad relativa comprendida entre el 30% y el 70%. Por cada grado por encima, aumenta innecesariamente el consumo energético en un 7%», puntualiza.
Controles periódicos
Además, al igual que a las empresas, recomienda controlar de manera periódica los consumos de energía, analizando y adaptando las tendencias observadas a un mayor o a menor consumo. Se valorará la instalación de un sistema de medida y monitorización de consumos y de gestión energética que ayude a la auditoria continua de los edificios, facilitando la toma de decisiones en cuanto a las actuaciones a realizar para la mejora energética, y estableciendo alarmas por superación de ciertos niveles de consumo.
Bajo el Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización y entre otras medidas, aprobado a principios de agosto, ya se limitó la temperatura a 27 grados en verano y 19 en invierno en comercios, cines, hoteles y edificios públicos. También se impuso el apagado de escaparates a las diez de la noche y el cierre automático de puertas. Ribera ha afirmado que desde entonces se ha producido un ahorro en el consumo de electricidad del 6,4% y un «ahorro aparejado en el consumo de gas» del 3,4%.