Repsol alarga hasta final de año su descuento con el diésel rozando los dos euros

Repsol extenderá hasta el 31 de diciembre su descuento en el repostaje. La petrolera ofrece una rebaja de 10 céntimos por cada litro de gasolina y diésel a todos los clientes que usen su aplicación móvil Waylet, que se suman a los 20 céntimos aprobados por el Gobierno en abril dentro del paquete de medidas para hacer frente a la crisis derivada de la invasión de Rusia a Ucrania.

La bonificación de la energética caducaba el 31 de octubre, pero fuentes de la compañía aseguran a THE OBJECTIVE que continuará hasta final de año, en un contexto en el que el precio medio de los carburantes en España encadena su tercera semana de subidas tras dar una pequeña tregua, con el diésel rozando otra vez los dos euros el litro.

En concreto, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de gasolina se sitúa en los 1,76 euros, su nivel más alto desde principios de septiembre, mientras que diésel ha escalado hasta los 1,972 euros el litro, su máximo desde mediados de julio.

Esto provoca una brecha entre ambos de algo más de 20 céntimos y que el precio medio del litro de diésel en España se mantenga por undécima semana consecutiva por encima del de la gasolina. Este importe medio de ambos carburantes incluye los impuestos, pero no refleja el descuento del Ejecutivo ni las rebajas adicionales de las petroleras.

El diésel continuará más caro que la gasolina

El propio consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha advertido de que esta diferencia continuará durante los próximos meses. «No tengo una bola de cristal. En caso de continuar, lamentablemente, en términos sociales, económicos y políticos, con las tensiones geopolíticas actuales en Europa, me parece que estas grietas diésel muy abiertas se van a quedar para los próximos meses», ha subrayado.

En opinión de Imaz, el precio del diésel continuará al alza debido a que durante el invierno este combustible aumenta sus márgenes frente a otros periodos del año, así como por la restricción a la importación del gasóleo ruso. También considera que existe la posibilidad de que algunos países usen diésel para generar energía en vez de gas natural licuado (GNL), lo que aumentará más la demanda y, con ello, el precio.

Bajo este contexto, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) avisa de que no hay suficiente capacidad en las refinerías para producir más diésel. En la última década se han cerrado 24 refinerías en la UE, lo que supone más del 10% de la capacidad del continente, principalmente por el entorno de poca rentabilidad que ha existido en el sector en Europa. El precio de los carburantes depende de múltiples factores, como su cotización específica (independiente de la del petróleo), la evolución del crudo, los impuestos, el coste de la materia prima y de la logística y los márgenes brutos. Además, la evolución en la cotización del crudo no se traslada directamente a los precios de los carburantes, sino que lo hace con un decalaje temporal.

En España, el diésel soporta una menor carga impositiva. En concreto, el tipo general del impuesto especial sobre hidrocarburos es de 0,47 céntimos por litro para la gasolina, mientras que para el gasóleo A es de 0,37 céntimos. Por su parte, el IVA de ambos está armonizado (21%) con la Unión Europea (UE), que exige que se aplique el tipo general en los carburantes.

Según los datos de Bruselas, España se encuentra entre los países con un menor impuesto sobre hidrocarburos, tanto para gasolina como para diésel. La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) explica que el 52% de lo que se paga sobre el PVP de un litro de gasolina 95 corresponde a impuestos. En el caso del diésel, el 48%.

Asimismo, el precio de la gasolina y el diésel en España no tiene relación directa con la cotización del barril de petróleo. El precio final depende de las cotizaciones de ambos en los mercados al por mayor de referencia (Mediterráneo y Norte de Europa en el caso español). Como estos mercados se mueven en dólares, el tipo de cambio euro/dólar también es un factor significativo.

«La tensión en el escenario internacional de precios llevó a Repsol a poner en marcha el pasado mes de marzo, antes que ningún otro operador y anticipándose a la bonificación aprobada por el Estado -que entró en vigor el 1 de abril-, medidas para aliviar el esfuerzo económico de los consumidores», destaca la empresa.

Según datos de Repsol, los descuentos en la venta de carburantes en sus estaciones de servicio en España se han traducido en un ahorro aproximado para sus clientes de 300 millones de euros. Los clientes que no usen Waylet también reciben un descuento, pero en este caso es de cinco céntimos por litro, al tiempo que los transportistas profesionales que dispongan de la tarjeta Solred también se benefician de 10 céntimos por litro.

El Gobierno se plantea extender la bonificación de los carburantes más allá del 31 de diciembre y es algo que no gusta al Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo recomienda que no se apliquen bajadas de impuestos ni se pongan en marcha subsidios generalizados, como ocurre con el descuento de 20 céntimos por litro que se resposta de gasolina y diésel.

Ayuda directa a las familias más vulnerables

En concreto, el FMI aboga por que se ayude directamente a las familias más vulnerables, ya sea con subsidios puntuales o ampliando de forma temporal el presupuesto de los programas sociales. En su opinión, las ayudas generalizadas son injustas porque benefician a los hogares con mayor poder adquisitivo. «Los hogares de ingresos más altos tienden a usar más combustible que los hogares de ingresos más bajos», apunta.

En este sentido, argumenta que «las señales de precios son cruciales para permitir que la oferta y la demanda se ajusten e inducir una respuesta de la demanda, en la que los precios altos animen a las personas a ser más eficientes energéticamente». También considera que las cuentas de los países no pueden permitirse dar ayudas generalizadas ante la elevada deuda a causa de las medidas extraordinarias que se pusieron en marcha por la pandemia.

El Gobierno no aclara, en caso de que decida extender el descuento, si será otra prórroga más o si reconvertirá la medida. Fuentes del Ministerio de Hacienda consultada por este medio tampoco resuelven la duda. «En su debido momento se valorarán las opciones», manifiestan.

Márgenes en cifras récord

Unidas Podemos viene defendiendo que se modifique el decreto de los carburantes para adaptarlo a la realidad social y económica de los usuarios. Esto supondría que se hiciera un descuento progresivo en función de la renta. Hasta ahora es lineal e igual para todos.

Un estudio de Esade publicado en julio situaba el margen bruto de distribución de la gasolina 95 y el diésel, definido como la diferencia entre el precio antes de impuestos y la cotización internacional de referencia, «muy por encima» de los niveles prepandemia y cerca de la cifra récord de 26 céntimos de 2020. Está en una media de 25 céntimos por litro, mientras que entre 2011 y 2018 estaba entre los 14 y 19 céntimos, respectivamente.

Actualmente, en España existen estaciones de servicio divididas entre instalaciones independientes, sin contrato de exclusividad de suministro con un operador al por mayor de productos petrolíferos; instalaciones abanderadas, integradas en la red de distribución de operadores al por mayor con gestión de un distribuidor minorista, y gasolineras de operadores al por mayor.

Según los últimos datos disponibles, las primeras suponen un 40% del mercado, mientras que los otros dos grupos completan el 60% restante. Dentro de este último destaca Repsol, operador con mayor presencia en el mercado con un 25% de las instalaciones de suministro. Le siguen Cepsa, con un 12,5%, y BP, con un 6,6%. En conjunto, estas tres compañías suman más del 40% de las estaciones de servicio.