La industria española destruye empleo en octubre y confirma el escenario de recesión

Los datos de paro y afiliación de octubre -hechos públicos este jueves por los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social que dirigen, respectivamente, Yolanda Díaz y José Luis Escrivá- pese a su buena apariencia, encubren un mal síntoma que confirma el escenario de inminente recesión, según los economistas consultados por THE OBJECTIVE.

La industria ha destruido empleo el pasado mes, lo cual concuerda con el temible horizonte al que apuntaba el día anterior el dato del índice de gestores de compra PMI referido al sector fabril, que se situó muy por debajo de los 50 puntos -situándose en 44,7 puntos, en mínimos de 2020-, lo que anticipa una contracción económica.

Dos registros seguidos en el mismo sentido apuntan a una pérdida de fuelle de la actividad, explican a este periódico los expertos consultados. Según el economista de S&P Global Market Intelligence, Paul Smith, las empresas españolas optaron en octubre por reducir sus plantillas ante la combinación de exceso de capacidad y el pesimismo creciente respecto del futuro.

De hecho, desde la patronal Cepyme, se ha resaltado este jueves la preocupación por el sector industrial, «que fue el único que destruyó empleo en octubre, rompiendo la tendencia de crecimiento de los últimos años en este sector. Según los datos de afiliación media mensual a la Seguridad Social, la agricultura ganó 406 cotizantes; la construcción, 16.489; los servicios, 87.968; mientras la construcción perdió 1.364 cotizantes respecto a septiembre.

Cuatro descensos seguidos en la actividad de la industria

Ello ha ocurrido en el mismo mes en que el indicador de actividad de las fábricas españolas bajó hasta los 44,7 puntos desde los 49 de septiembre, lo que supone su cuarta contracción mensual consecutiva y su peor lectura desde mayo de 2020 según S&P Global Market Intelligence.

Cuando el PMI se sitúa por debajo de 50 puntos, anticipa una caída del PIB. En el caso de las fábricas españolas, tras cuatro descensos seguidos, este debilitamiento de la actividad industrial ya ha calado en la afiliación del sector.

El economista Javier Santacruz indica a este periódico que el dato de empleo industrial hecho público este jueves concuerda con la última lectura del PMI no solo porque es uno de sus componentes fundamentales -junto con la producción, pedidos y exportaciones, entre otros-, sino también porque es uno de los elementos clave de anticipación ante cambios en la producción del más inmediato futuro.

Prosigue Santacruz explicando que «las industrias que prevén crecer requieren previamente hacerse con el personal necesario para ello, y que -por lo tanto- es evidente que en octubre, las industrias cuantitativamente más importantes, como las del automóvil y el sector de bienes de equipo, han prescindido de personal adicional para contratar».

Añade el experto que aunque presenta mejoras de afiliación en términos interanuales, la industria luce el ritmo más bajo de todos los sectores que se desglosan en los datos de afiliación con respecto a octubre de 2021, solo por detrás de la agricultura, que en esta comparación anual -y tras la crisis de materias primas y la sequía- registra destrucción neta de empleo.

Expectativas de mayor retroceso

El profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles indica que la industria, que padece más que otros sectores la carestía energética, no solo está destruyendo empleo, sino que las expectativas son de un mayor retroceso en la actividad industrial, como apunta el PMI manufacturero.

Reflexiona Robles que la industria es de los sectores que mejores sueldos pagan y que cada expulsado del puesto de trabajo carece de fácil encaje en otros sectores, y menos con iguales condiciones laborales, lo que supone un paso más hacia el empobrecimiento al que paso a paso se está sometiendo a la clase media.

«Las empresas respondieron recortando drásticamente la actividad de compras y los puestos de trabajo, especialmente debido a que estos momentos no se vislumbra un itinerario claro para la crisis», añade Smith, advirtiendo de que las expectativas de alta inflación y la incertidumbre económica persistirán en los próximos meses.

Debilidad en hostelería y turismo

Por otra parte, y pese al dato agregado de subida de afiliados en el sector servicios, como explica el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, por subsectores se detectan también debilidades. Indica Abad que «el pequeño comercio y la hostelería están en una situación gravísima, con pérdidas de afiliación muy acusadas, con miles de comercios cerrando y sin una solución que frene esta auténtica tragedia ante los últimos datos de empleo».

Según datos oficiales estudiados por UPTA, en el sector de hostelería se han destruido 4.272 puestos de empleo en el último mes y en el de turismo 3.013, con lo que acumulan también cuatro meses de pérdidas en más de 7.000 en el primer caso y más de 10.000 en el segundo.

Además de esto, indica Abad que las grandes corporaciones han aumentado sus ventas un 3% frente la disminución del 8% del pequeño comercio, y considera que esto es causado por una «desestructuración del comercio tradicional» que atrae a las familias hacia las grandes empresas.

Desde Cepyme se hace hincapié en que las pymes, que tienen menor capacidad para trasladar estos incrementos de costes a los precios, están sufriendo una reducción de márgenes y pérdida de rentabilidad, sin que existan medidas paliativas de ningún tipo ni se vislumbre un horizonte de recuperación a medio plazo.

Mientras, UPTA ha pedido al Gobierno y las comunidades autónomas facilitar un bono energético para los sectores que más consumen, dado que estima que el aumento del precio de este factor, así como la inflación, está causando el cierre de pequeños negocios de hostelería.