El turismo en España llega al 95% de los niveles prepandemia pese a la escalada de la inflación
Ni la subida de precios ni la pandemia han minado al bastión del PIB español, viajes y estancias de residentes y extranjeros, que sobrepasa las previsiones
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. | Europa Press.
El turismo ha recuperado su vigor en 2022, según un informe de Transparencia al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Como adelantó este periódico, pese a la inflación histórica, la actividad turística en España «se recupera con fuerza», y ya alcanza el 95% del nivel registrado en el año récord de 2019, ejercicio prepandemia, a pesar del incremento generalizado de precios.
Como explica el informe oficial, esta dinámica refleja la importante capacidad competitiva de las empresas españolas, en el marco de un contexto internacional que está teniendo un impacto muy significativo sobre el sector exterior. La invasión rusa de Ucrania ha acrecentado la deriva de alza de precios de los combustibles y de los servicios turísticos. Pese a todo, según los datos del Ministerio de Asuntos Económicos, la inflación -que ha llegado a tasas de dos dígitos este año- no ha mermado la demanda turística ni del segmento nacional ni del extranjero.
El turismo ha sido uno de los factores de impulso a la recuperación del PIB desde mayo de 2021, explica el estudio oficial, «en un contexto de elevadas tasas de vacunación y de progresiva retirada de restricciones a la movilidad internacional».
Según las últimas cifras disponibles del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, en consonancia con la proyección que anticipó este diario, en junio el turismo de residentes superó el nivel de 2019, con un 105% de subida, mientras que las pernoctaciones extranjeras llegaron al 90% de las cifras récord prepandemia.
Ello ha derivado en que el Gabinete económico del Gobierno revise al alza la previsión de PIB turístico, del 80% de objetivo frente a las cifras precovid, consignado en el Plan de Estabilidad 2022, enviado a Bruselas, al 95% sobre 2019.
El turismo español
Como consecuencia, hay un alivio para la comprometida situación que atraviesan las economías a escala internacional: se sostiene la capacidad de financiación de la economía española a pesar del adverso contexto internacional, explica el documento de Transparencia. El alza de los precios energéticos ha llevado a la balanza de bienes a registrar un saldo negativo en el primer trimestre de 2022, que se ha visto compensado -parcialmente- por la balanza de servicios y, en particular, por la positiva evolución del turismo extranjero.
En cualquier caso, con los positivos registros del bastión de la economía española, según los datos oficiales, España sigue presentando una capacidad de financiación «elevada», del 1,6% del PIB, lo que viene a significar que, pese a la deuda pública, la inflación y el menor crecimiento conjunto, en sus transacciones internaciones nuestra economía puede resistir gracias al capítulo exportaciones, en el cual se encuadra el turismo.
El economista Javier Santacruz recalca que la mayor parte del turismo fuerte no es estacional y sobre todo corresponde a las islas, como muestran reiteradamente los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Canarias y Baleares no son un destino momentáneo, sino en el que se asientan extranjeros por largos periodos de tiempo, incluso para quedarse a vivir y comprar propiedades inmobiliarias, muchos para la jubilación.
El reto es la inflación
El Gobierno reconoce, en ese informe, como adelantó este periódico antes de que se materializara, que la inflación es «el principal reto de la economía española», aunque rebaja el temor de cara al futuro porque cree que el peso del coste energético se ha ido reduciendo. Soterradamente, admite que viene aumentando «progresivamente» el peso de los alimentos y bienes industriales, que conforman la inflación subyacente, la real, la que se queda y nunca desciende.
Reconoce el Gobierno que el consumo privado y público ha tenido una evolución «menos favorable de la prevista», y que por ello se han recalculado cifras del cuadro macroeconómico, como el deflactor del PIB, un proxy de la inflación, para este ejercicio y el siguiente. Básicamente, el Gabinete económico calcula que los precios no bajarán de repuntes del 4% este año y del 3,2% el próximo, pese a que el IPC oficial esté en el 7,3% a punto de cerrar el año y que la media para subir las pensiones no se desviará mucho del 8,5%.
Especialmente curiosa resulta la apreciación del informe sobre el nonato pacto de rentas: «Cobra renovada importancia un pacto de rentas que proporcione un marco de estabilidad y confianza a trabajadores, empresarios e inversores».
