Europa pende de China: la provisión de gas de la UE, en riesgo si Pekín crece por encima del 5%
La demanda de gas de China cayó un 20% el pasado año. La apertura tras su estrategia ‘Covid Cero’ pone en alerta a Bruselas
Los últimos coletazos del coronavirus llegan desde China. La guerra en Ucrania, un año después de la pandemia, ha hecho olvidar un episodio histórico, como fue la pandemia, que puso en jaque a las principales economías de Occidente. Ahora, y tras la dura estrategia empleada por el país asiático para combatir las muertes de la Covid, China invita de nuevo a sus ciudadanos a experimentar la vieja normalidad. Un escenario que tiene un efecto colateral contra los países de la Unión Europea: su aumento en la demanda de gas empujará a la subida de los precios de los hidrocarburos y, por lo tanto, a una posible escasez de provisiones.
La frustrada actividad económica de China el pasado año hizo que su demanda de gas cayera un 20% con respecto al año anterior. Lo que permitió, en parte, a Europa desprenderse de una suma importante de gas natural procedente de Rusia, principal productor de gas del mundo. THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con los analistas de BBVA Research para conocer el impacto económico que tiene sobre Europa la apertura de China.
«Hay una alta incertidumbre sobre la velocidad de China de su política ‘Covid Cero’. La recuperación de China en 2023 es uno de los principales factores de riesgo para la provisión y el mercado del gas europeos. Los riesgos son de falta de provisión de gas el próximo invierno, o de nuevo precios muy elevados de GNL (Gas Natural Líquido) si China tiene un crecimiento muy fuerte, bastante más de lo esperado, que en principio será del 5%», aseguran los investigadores.
No obstante, de momento su realidad es otra distinta. «Nuestro escenario base es que no debería haber problemas de provisión (asumiendo un invierno relativamente normal), y que los precios no vuelvan este año a los niveles vistos en 2022, aunque estarán por encima de los precios anteriores a la guerra. En España, además, los riesgos de falta de provisión son menores, por la menor dependencia de Rusia, pero sí sufriría por un eventual repunte de los precios de gas natural líquido», sentencian.
Restricciones en China
Desde la UE no esconden la subida del precio. «El levantamiento de las restricciones por la Covid es una navaja de doble filo para la economía global. En el corto plazo enfriará el crecimiento económico en China, pero en algunos meses habrá un efecto de rebote, con el impacto global que esto supone», aseguró hace unos días la economista jefe del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), Beata Javorcik. La posibilidad de una escasez de gas es otro de los traumas que tiene Bruselas, y por ello se exigió, hace ya varios meses, a todos los miembros tener los almacenes de gas por encima del 80%.
De esta forma, el fantasma de la Covid vuelve a sobrevolar y hacer temblar los intereses económicos de la Unión. Unos efectos de la pandemia que el pasado viernes España pareció darle un portazo definitivo al publicarse los datos avanzados del crecimiento del PIB del Instituto Nacional de Estadística (INE). Nuestro país volvía a crecer un 5,5%, como en el año 2021. Dos cifras que suman ese 11% que se perdió en 2020, el fatídico año de la pandemia.
Reynés avisa de un aumento de precios
El CEO de Naturgy, Francisco Reynés, alertó el pasado viernes en Barcelona de un aumento del precio del gas en primavera cuando se tuviese que volver a llenar los inventarios de las reservas sin el combustible que procede de Rusia.
Por otro lado, describió las tres razones que a su juicio podrían hacer aumentar el precio del hidrocarburo. El primero es la especulación, que ha asegurado que afecta a la parte de las compraventas de gas que se da en el día a día, y que es el 25% del total, el resto está sometido a contratos a largo plazo. En segundo lugar, la situación geopolítica Rusia, cuyo papel como productor de gas es innegable y «quitarla del medio debe tener algún impacto» y, por último, la recuperación de la actividad en China.
Reynés recordó que el año pasado aún se rellenaron los inventarios usando gas ruso, algo que este año ya no será posible, y ha llamado a evitar que «el espejismo de enero» -con unos primeros 15 días muy cálidos- tape la visión a largo plazo. Por último, el directivo señaló que el gas no solo sirve para el uso doméstico, sino que la mayor parte se usa en procesos industriales y para la generación de electricidad.