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Economía

El 'plan B' de Sánchez si destituyen a su presidenta en RTVE

La destitución de Elena Sánchez obligaría al Gobierno a activar por la vía de urgencia la designación de un presidente permanente de RTVE en las Cortes

El ‘plan B’ de Sánchez si destituyen a su presidenta en RTVE

La presidenta interina del Consejo de Administración de RTVE, Elena Sánchez Caballero, interviene durante la presentación del nuevo programa de Playz ‘Gen Erasmus’ en Torrespaña. | Alberto Ortega (Europa Press)

Pedro Sánchez tiene un problema si es que finalmente los consejeros rebeldes de RTVE logran forzar la destitución de la actual presidenta interina, una directiva designada directamente por Moncloa y que garantiza fidelidad de la televisión pública al presidente de Gobierno. THE OBJECTIVE ha informado este fin de semana de las intenciones de este grupo y de que solo estaban a un voto de conseguir los apoyos necesarios para nombrar a un nuevo primer directivo de la cadena, una situación que obligará a Moncloa a buscar soluciones de emergencia.

Las fuentes consultadas indican que si es que finalmente no consiguen frenar la rebelión contra Elena Sánchez -como ha informado este diario- todos los esfuerzos se centrarán en que el mandato del nuevo presidente interino sea lo más breve posible. Esto supone activar casi de inmediato, y por la vía de urgencia, la designación de un presidente permanente con el aval de las Cortes. Una solución paradójica porque precisamente este es el procedimiento que el Ejecutivo lleva negando a la oposición durante cuatro meses con la excusa de buscar la estabilidad de la cadena pública.

Sin embargo, no les quedará otra alternativa si es que pierden el control de la presidencia, algo que Sánchez no puede permitirse en pleno año electoral. En este sentido, para intentar imponer a su propio candidato deberán también activar las negociaciones con la mayoría de la investidura, junto con PNV, ERC y Junts, además de Podemos y Bildu si fuese necesario. El problema es que el tiempo juega en contra de los intereses de Moncloa y si quieren que el nuevo presidente de RTVE se elija de manera exprés deberán asumir nuevas concesiones a sus socios parlamentarios.

Elena Sánchez y Moncloa

Por la experiencia de la actual legislatura se puede inferir que los apoyos de los socios de Sánchez no salen baratos y que las concesiones pueden tener un alcance insospechado. La clave está en poner en la balanza la importancia de RTVE y lo que tenga que ceder el Gobierno de coalición para conseguir su apoyo a un nuevo candidato que asuma el control de la cadena pública. En cualquier caso, no será fácil y desde luego será una solución de emergencia, ya que como ya contó este diario, la idea de Moncloa es poder bloquear la rebelión contra su presidenta.

Y es que la confianza del Gobierno en Elena Sánchez es absoluta. Impulsó su nombramiento como presidenta interina en octubre cuando Unidas Podemos retiró su apoyo en el consejo a José Manuel Pérez Tornero, y además le dio poderes ejecutivos mediante un polémico decreto ley para modificar los estatutos de la corporación que evitó que se produjese una presencia rotatoria como en anteriores periodos de vacío de poder en RTVE. Un decreto resistido dentro del propio consejo y denunciado ante el Tribunal Supremo por sindicatos de la cadena pública.

Realmente el mandato de Elena Sánchez nació viciado y así se ha demostrado en todas las reuniones del consejo de administración que se han sucedido desde octubre. La presidenta ha ido perdiendo todos los apoyos a medida que ha intentado sacar adelante sus principales decisiones, hasta el punto de hacer su gestión ingobernable. Las críticas van desde la lentitud en publicar las oposiciones a la corporación, pasando por sus bajas audiencias y terminando por su predilección por trabajar con productoras de televisión cercanas.

Consejo de RTVE

Esto ha generado que los consejeros rebeldes busquen los votos necesarios para forzar su destitución. Al menos cuatro miembros apoyarían la salida de Elena Sánchez: Carmen Sastre (PP), Jenaro Castro (PP), Consuelo Aparicio (PP) y Ramón Colom (PSOE), que en las últimas reuniones del consejo ha manifestado su oposición frontal a la presidenta. Considerando que es casi imposible conseguir el apoyo de Concepción Carrascosa (PSOE) y de José Manuel Martín Menem (UP) y Roberto Lakidain (UP), todos sus esfuerzos se centran en convencer a Juan José Baños.

El consejero designado por el PNV ha votado en contra de las decisiones de la presidenta y no tiene especial apego a su gestión, pero todavía no ha confirmado su adhesión al bando de los rebeldes. «Las cosas están muy abiertas y puede pasar cualquier cosa, el último consejo estuvo especialmente tenso por lo que si se logran los apoyos su destitución es posible», dicen fuentes de la cadena pública a este periódico. Una situación que Moncloa intenta frenar con todo su aparato parlamentario.

Desde el punto de vista legal, Elena Sánchez puede ser destituida por mayoría simple del consejo, aunque tenga funciones ejecutivas tras la última modificación de los estatutos aprobada por un decreto del Consejo de Ministros. Una decisión que fue denunciada por algunos consejeros de la cadena como una usurpación flagrante de funciones reservadas por ley exclusivamente al Parlamento.

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