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El BCE cree que el próximo invierno sí correrá peligro el suministro de gas en la UE

Este invierno apenas se ha notado por el descenso del consumo en otros países y por la expansión de la capacidad mundial de exportación de GNL

El BCE cree que el próximo invierno sí correrá peligro el suministro de gas en la UE

Los dos máximos mandatarios del Banco Central. | Europa Press

La escasez de gas volverá a ser este año un quebradero de cabeza para los burócratas europeos. El hidrocarburo se ha convertido en la gran preocupación de una Europa que ha decidido romper relaciones con el que hasta ahora era su gran suministrador, Rusia. Después de los pronósticos de desabastecimiento durante estos pasados meses, donde apenas se notó impacto alguno, ahora el Banco Central Europeo (BCE) advierte de que el verdadero problema lo tendrán los territorios europeos el próximo invierno. Así, en un informe, publicado por el Banco de España, se analiza una serie de factores que limitarán la capacidad gasística europea.

Dentro del documento del Banco Central Europeo (BCE), en un epígrafe llamado ‘Riesgos mundiales para el mercado de gas natural de la UE’, tres investigadores analizan las amenazas a las que se enfrentan los países europeos con relación al suministro de gas, que sigue siendo hoy una de las grandes fuentes energéticas para los europeos. La respuesta de la UE para prevenir cortes de suministro en el actual invierno permitió acumular y almacenar grandes reservas de gas. Unas medidas que, según los investigadores, «proporcionaron ciertas garantías sobre la seguridad de suministro de gas para este invierno».

Sin embargo, el mismo informe advierte lo siguiente: «La UE podría encontrarse con mayores dificultades a la hora de reponer los niveles de almacenamiento de gas antes del invierno de 2023-2024″. «Como el suministro de gas de Rusia ha disminuido, la UE ha tenido que recurrir a los mercados internacionales de GNL. Esta alternativa ha paliado los problemas inmediatos de abastecimiento, pero la consecuencia ha sido que el suministro y los precios del gas en la UE se han vuelto más sensibles a las fluctuaciones de la demanda de energía por parte del resto del mundo, en particular de China», sentencian.

El principal foco para el banco central está en China. «Un repunte de las importaciones de GNL (Gas Natural Líquido) por parte de China podría limitar la capacidad de la UE para garantizar el suministro de gas durante 2023. En 2022 fue posible aumentar las importaciones de gas de la UE, en parte porque se pagaron precios más altos por este combustible, pero también porque la demanda china de GNL registró una caída significativa y fue 22 bcm (miles de millones de metros cúbicos) más baja que en 2021».

Por otro lado, los investigadores afirman que «en paralelo al descenso del consumo en otros países y a la expansión de la capacidad mundial de exportación de GNL, sobre todo en Estados Unidos, la UE ha podido importar un volumen significativamente más elevado de GNL que el año anterior».

«El desplome del consumo de gas puede reflejar la decisión de China de optar por generar más energía en centrales de carbón en un contexto de preocupación por la seguridad energética. Sin embargo, el principal determinante fue la reducción del consumo de gas en el sector industrial, que se vio muy perjudicado por los confinamientos durante 2022. China abandonó su política de covid cero al final de 2022 y, como consecuencia, el aumento de la actividad económica impulsará probablemente el repunte de la demanda de GNL, lo que añadiría presiones significativas sobre el mercado internacional de este combustible«, sostiene el informe.

Una nueva realidad que podría limitar la capacidad de la UE para atraer importaciones de GNL, sobre todo porque China tiene derecho a decidir si compra un volumen acordado previamente de gas natural licuado, lo que representa una proporción sustancial de los cargamentos mundiales de este combustible.

Pero los españoles, de momento, y según publicó en un informe a finales del pasado año el Banco de España pueden estar tranquilos. Así, y según se detalla, «no se vería expuesto a riesgos de desabastecimiento de gas». En el documento asegura que en su escenario más pesimista para el próximo invierno solo se verían salpicados por un posible desabastecimiento siete países de la Unión Europea: Bélgica, Bulgaria, Polonia, Rumanía, Alemania, Austria y Dinamarca. En cambio, en su escenario más optimista, este número sería inferior, reduciéndose a solo dos territorios.

Por otro lado, los lazos con Rusia no están rotos. En España, por ejemplo, ha aumentado incluso el peso del hidrocarburo ruso en las exportaciones de gas. De hecho, y sin ir más lejos, la principal compañía española que opera en Rusia, Naturgy, avanzó a través de su CEO la pasada semana que la empresa va a seguir comprando gas ruso y, por lo tanto, cumpliendo su contrato. Una relación que no finaliza hasta 2041. Por su parte, desde la embajada de Rusia en España también confirmaron su intención de continuar con el contrato.

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