España reduce su jornada laboral: ya se trabaja una hora menos que antes de la covid
El Banco de España adelanta que la parcialidad irá en aumento y el número de horas caerá hasta en 121 al año
Según el último informe del Banco de España, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, las jornadas laborales de los españoles alcanzan ya una hora menos que antes de la crisis sanitaria, con áreas especialmente afectadas, como las relacionadas con el contacto social y el comercio.
De cara al futuro, señala el órgano regulador regido por Pablo Hernández de Cos, factores como el envejecimiento demográfico, el peso creciente de las ramas de servicios y la tendencia al aumento de la tasa de parcialidad sugieren que esta situación podría prolongarse, y con ello, la tendencia descendente en las horas por ocupado. El ejemplo de ello es la evolución del mercado laboral alemán.
La pandemia, según explica el informe, intensificó el descenso de la jornada laboral media, aunque los datos más recientes muestren una recuperación. Sin embargo, en general, las jornadas laborales son ahora inferiores en algo más de una hora que antes de la crisis sanitaria. En concreto, la duración de la jornada en el comercio permanece alejada de su perfil histórico.
Más parcialidad en las jornadas laborales
A lo largo de las últimas décadas, en España la jornada semanal del trabajador medio a tiempo completo se ha reducido en casi cuatro horas entre 1987 y 2019 (de 38 a 34,3 horas), según subraya el informe. Por su parte, la jornada del trabajador a tiempo parcial se ha mantenido por debajo de la mitad de la jornada completa (en torno a las 17 horas).
A este descenso del promedio de horas trabajadas a la semana, añade el Banco de España, contribuyó adicionalmente el fuerte empuje observado en la ratio de parcialidad, que se elevó desde el 5,2% en 1987 hasta el 14,6% en 2019. Este incremento de la tasa de parcialidad contribuyó en cerca del 40% a la reducción de la jornada laboral, mientras que el recorte de la jornada a tiempo completo fue el responsable del resto.
En gran medida, este aumento de la parcialidad ha venido de la mano de la incorporación de la mujer al mercado laboral. En las últimas décadas, la tasa de participación femenina -definida como el porcentaje de mujeres activas sobre el total de mujeres en edad de trabajar- se ha incrementado significativamente, desde el 30% al inicio de 1987 hasta el 53,3% en 2019.
En paralelo, según aclara el Banco de España, ha aumentado el empleo a tiempo parcial, ya que, dentro del conjunto de ocupados con un contrato de este tipo, hay una diferencia sustancial entre la proporción de hombres y la de mujeres, que es muy superior. En concreto, en 2019 tres de cada cuatro ocupados a tiempo parcial eran mujeres (una proporción que era incluso mayor a finales de los ochenta, cuando se cifraba en cuatro de cada cinco).
Como resultado, en torno al 22% de la ocupación femenina trabaja a tiempo parcial, frente al 7% en el caso de los varones. La parcialidad ha presentado un perfil creciente en ambos casos, pero menos pronunciado entre los varones, por lo que este diferencial ha aumentado levemente.
Por otra parte, el cambio en la estructura demográfica por edades, según mantiene el órgano regulador, también ha tenido un cierto impacto en la evolución del número de horas trabajadas por ocupado. Desde finales de los ochenta, el colectivo laboral que, desde la perspectiva de la edad, experimentó un mayor aumento relativo fue el de las personas de entre 35 y 54 años
A partir de estos resultados, se pueden proyectar distintos escenarios sobre la evolución futura de la jornada laboral media. Por ejemplo, la estructura demográfica prevista en las últimas proyecciones de población disponibles del INE, de octubre de 2022, implicaría que en 2033 la jornada semanal media se habría reducido, en comparación con la actual, en casi tres horas al
año, bajo el supuesto de que las tasas de ocupación por edades permaneciesen constantes.
El Banco de España estima, otra parte, que si la economía española convergiese hacia una estructura sectorial como la del promedio de la Unión Europea (UE), aumentaría el porcentaje del empleo en los servicios de no mercado, que, como se ha comentado, son las actividades con jornada laboral inferior. Como resultado, el número de horas trabajadas por individuo al año sería unas dos horas y media menor que el observado actualmente.
En un ejercicio en el que la tasa de parcialidad aumentara en España desde el 13,6% alcanzado al finalizar 2022 hasta el nivel de Alemania (un 27,9%, según el último dato disponible, referido a 2021, la jornada anual caería en 121 horas al año (o
casi dos horas y media a la semana), más del 7,5%.
De la educación a la jubilación
El Banco de España determina en su último boletín que si, por ejemplo, se prolongase el perfil decreciente del porcentaje de ocupados con una baja educación en favor del correspondiente a aquellos con educación media, la jornada laboral anual habría aumentado al cabo de 11 años en torno a tres horas y media.
De cara al futuro, incide el Banco de España, resulta previsible que el perfil de caída de las horas trabajadas por ocupado se prolongue en los próximos años. Así, el progresivo envejecimiento demográfico ejercerá una presión a la baja sobre la jornada laboral media, a medida que aumente el peso de los trabajadores de más edad en el conjunto del empleo.
Este último colectivo tiene, por término medio, una duración de jornada menor, aspecto que se verá reforzado por la previsible prolongación de la vida laboral a través del retraso en la edad de jubilación y por los posibles incentivos a la jubilación parcial. Además, cabe esperar que continúe la ganancia de peso de los servicios dentro del conjunto de la actividad económica, lo que también tendería a reducir la cifra media de horas trabajadas.