Así sostiene Sánchez la economía: 78.000 millones más de gasto público en cinco años
Los expertos mantienen que los recientes indicadores de la economía están ‘dopados’ por el gasto público y, por tanto, que el crecimiento es artificial
Los indicadores macroeconómicos de España están experimentando una ligera mejoría. La inflación crece a un ritmo más lento que la explosión que sufrió el año pasado por estas fechas y los organismos especializados revisan al alza el crecimiento del PIB, si bien ninguno se atreve a apostar por el 2,1% que mantiene el Gobierno en sus previsiones para el año 2023.
No obstante, instituciones como el Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria señalan en Las perspectivas económicas de la primavera que la economía sigue en una senda de desaceleración, y aunque es cierto que los indicadores se están comportando mejor de lo esperado, el sostén actual de la economía española se debe en buena parte a una subida extraordinaria del gasto público, un gasto público extra que en cinco años ha visto cómo solo el techo de gasto (sin contar todas las administraciones públicas) ha subido hasta en 78.387 millones de euros; es decir, 6,5 puntos de PIB.
En efecto, el Observatorio de la Universidad Francisco de Vitoria mantiene que, nuestra economía, «pese a las revisiones al alza de algunos indicadores, mantiene su senda de desaceleración. Y es cierto -remacha-, que dichos indicadores han tenido un comportamiento mejor del esperado, pero a base de un ingente gasto público que ha mitigado el deterioro a costa de incrementar el gasto, impedir la reducción del déficit público pese al exceso de recaudación derivado de la inflación, aumentar la deuda pública y dificultar la transmisión de la política monetaria con la presión artificial sobre los precios vía gasto público».
En nuestro país, -desarrolla el informe del Observatorio UFV-, «si bien hay otro efecto estadístico de bajar la tasa anual -el simple resultado de la comparación con el nivel ya alto del año anterior-, la inflación hace mucho daño, lo que ocurre siempre entre los de menores ingresos». Este camino de desaceleración -rubrica el informe- «se complica aún más por los efectos de la crisis económica mundial, con un contexto internacional que se caracteriza por la inestabilidad e incertidumbre, especialmente en las relaciones comerciales entre países» . Esto -remata- tiene cierta repercusión en nuestro país, especialmente en términos de disminución de las exportaciones y caída de los precios de ciertos productos y servicios. Además, este contexto dificulta la atracción de inversión y financiación extranjera». La otra gran cuestión -advierte el informe del OFV, dirigido por el economista José María Rotellar- es «la inflación subyacente que presenta unos registros que son los más elevados de la serie histórica, y esto empobrece mucho a dichas personas y merma el consumo del conjunto de la población, así como la capacidad de ahorro, esencial para poder canalizarla hacia la inversión»
*(El Observatorio de la Universidad Francisco Vitoria está formado por los economistas Pedro Schwartz, Francisco Cabrillo, Jaime García-Legaz, Gregorio Izquierdo y José María Rotellar. Posteriormente, se han incorporado también al mismo Fernando Merry del Val y Pedro Cortiñas).
Un crecimiento de la economía moderado
Convencido de que la economía española y su crecimiento se sustenta gracias al potente gasto público, Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), señala que, con los datos conocidos hasta ahora, el crecimiento de la economía española está siendo «complejo y muy moderado», y ese 0,2% de crecimiento del IV Trimestre de 2022 se debe «al aumento del consumo público, pues nuestro país, no en vano, va con retraso en el proceso de convergencia, y realmente está el último de la UE, y es el único que no ha recuperado los niveles precovid».
El economista Daniel Lacalle también secunda esta idea: España está creciendo por debajo de su potencial y está teniendo una «recuperación aberrante», mantiene. Y el poco crecimiento que experimenta -explica- atiende al gasto público, mientras que las familias pierden renta disponible respecto a su poder adquisitivo y, encima el sector privado se ha convertido en el cajero automático del sector público».
El profesor de Economía José María Rotellar insiste por su parte en que el PIB crece «por la inflación nominal, con un crecimiento artificial engordado por un gasto estructural, con ingresos coyunturales muy altos por la elevada inflación, y con 30.000 millones de más por la recaudación del IVA con motivo de la inflación». También apunta, «el menor ahorro por parte de las familias, pendientes de los tipos de interés, y cuyas condiciones hipotecarias tendrán que renegociar muchos ciudadanos (en breve)».
Los gestores administrativos denuncian el arrastre de pequeños negocios
Desde el punto de vista empresarial, el último Barómetro de los Gestores Administrativos arroja que el 64% de encuestados considera que la subida del SMI va a afectar al nivel del empleo, pues podría abocar a que no se hagan nuevas contrataciones. Un 7% de ellos considera que se van a producir despidos. Frente a un 23% que sostiene que la subida del Salario Mínimo Interprofesional no va a afectar al empleo.
Preguntados por su opinión sobre el futuro de la evolución de la situación económica, los gestores muestran un grado de confianza de 5,2 sobre 10, «y eso se debe -señalan- a que están viendo cómo los pequeños negocios siguen arrastrándose, sin poder levantar cabeza, a pesar de lo cual no se toman las medidas necesarias para que puedan remontar”, afirma Fernando Jesús Santiago Ollero, presidente del Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos.