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El sector de la flor cortada revive en Andalucía gracias al impulso de la Semana Santa

Las flores más demandadas en esta época del año son el clavel, el iris y la matiola

El sector de la flor cortada revive en Andalucía gracias al impulso de la Semana Santa

Paso de Jesús Cautivo y Rescatado de Sevilla | Eduardo Briones

La Semana Santa empuja al sector de la floricultura. La ornamentación de las hermandades y cofradías andaluzas se concentra en la primera semana de abril. «La demanda de flores en Semana Santa supone un 20% de la facturación anual. En las variedades típicas de Semana Santa se incrementan las ventas en un 80%», asegura Moisés Buzón, productor autónomo de flor cortada en Sanlúcar de Barrameda.

El administrador de Samiflor S.L.U, Rubén Buzón, afirma que este año han aumentado las ventas considerablemente, lo que supone el segundo año consecutivo de expansión en el sector. Esta empresa familiar de Chipiona produce y distribuye flores a numerosas cofradías y hermandades andaluzas: «Lo que más se vende es el clavel en cuatro de sus colores: rojo, blanco, sangre y color túnica».

Ricardo Fernández es florista en Sevilla. Es dueño de Floristería Ricardo y en Semana Santa colabora con la Floristería Nervión Suroeste. Su trabajo es la ornamentación de cofradías durante estas fechas. Junto a un equipo de cinco personas, trabaja entre cuatro y ocho horas por encargo. «La inversión de las hermandades depende mucho de la composición y la ornamentación de cada paso, pero estaríamos hablando de entre 4.000 y 8.000 euros los dos pasos», asegura. Muchas hermandades han tenido que recortar la inversión debido al aumento de precios que ha experimentado la flor cortada: «Aunque los vendedores hayan intentado respetar el precio lo máximo posible, hay hermandades que no han podido hacer frente a estos gastos. Algunas hermandades han optado por cambiar el tipo de flor o han pedido menos cantidad», señala el florista sevillano.

Semana Santa es una de las épocas del año más relevantes para la industria de la flor cortada. Los productores andaluces se ven obligados a reforzar su mercancía con compras a terceros. Rubén Buzón asegura comprar claveles de Colombia y Murcia debido a la gran demanda. A la compra de hermandades y cofradías se suman «las ofrendas florales que los feligreses llevan a las iglesias», apunta Moisés Buzón. En España, a pesar de la importancia de la Semana Santa en el sector, hay dos fechas donde la demanda supera con creces a este periodo del año: el Día de Todos los Santos y el Día de la Madre.

Unas condiciones excelentes

Las condiciones en la costa noroeste andaluza son idílicas para el desarrollo de la flor cortada. «En Sanlúcar y Chipiona se dan unas condiciones muy idóneas para estos cultivos. Luz, temperatura, buenas tierras, buen agua. Es una zona muy buena», añade Moisés Buzón. Este contexto deja a los productores españoles en una posición de ventaja con respecto a otros países del norte de Europa.

Algunos productores como Moisés han encontrado en la exportación un buen nicho de mercado, y desde hace años vende su producto en Holanda: «Allí ha subido mucho el gas y otros costes, por lo que es difícil que tengan un producto competitivo. Sobre todo en invierno, ellos no pueden producir y nosotros sí. Durante diciembre, enero, febrero y marzo nosotros tenemos más calidad y mejor precio». La producción del clavel en Holanda cuesta cuatro o cinco veces más que en Chipiona debido al gran gasto que supone en gas, principalmente. Por ello, algunos holandeses apuestan por contratar a agricultores andaluces.

Un triple golpe al sector

Las buenas sensaciones de Semana Santa vienen a contrarrestar las dificultades que ha experimentado el sector en estos últimos años. El estado de alarma se decretó en España en el mejor momento para la industria de la flor cortada. El sector de la floricultura quedó totalmente paralizado y hubo grandes pérdidas. Los productores han asegurado a THE OBJECTIVE que a pesar de las ayudas económicas que se pusieron en marcha, estas no han representado ni el 10% de las pérdidas. «España se paralizó cuando teníamos las plantaciones llenas. Tuvimos que tirar mucha mercancía, porque no se vendía nada. Fue una catástrofe», anota Moisés Buzón.

El pasado mes de febrero, la costa suroeste andaluza fue azotada por una gran granizada, según informaba el Diario de Cádiz. La tormenta dejó al menos 45 litros por medio cuadrado en menos de una hora, lo que provocó destrozos en numerosos invernaderos agrícolas y en plantaciones de flor cortada. A pesar de la solicitud por parte de los alcaldes a la Junta de Andalucía para la concesión de «ayudas rápidas» a los agricultores, todavía muchos productores se encuentran en una situación de vulnerabilidad.

La inflación que España está experimentando también ha afectado al sector de la flor cortada. Según Rubén Buzón, los costes de producción han aumentado en un 50%. «Ha subido la mano de obra, el plástico, los productos fitosanitarios, las mallas, el abono, entre otras cosas. Todo el material para producir ha subido muchísimo». Este incremento en los gastos genera inevitablemente un aumento en los precios que llega a las hermandades. Sin embargo, nada de esto paraliza la Semana Santa en Andalucía.

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