La UE publicará en verano las conclusiones de la consulta sobre la aportación de las 'big tech'
El objetivo de la Comisión Europea es poder un borrador de la normativa antes de finales de año para discutirlo durante 2024 y aprobarlo en 2025
La Comisión Europea prevé publicar antes del verano las primeras conclusiones sobre la consulta que busca definir cuál debe ser la aportación de las plataformas como Netflix, Google o Meta en el nuevo ecosistema tecnológico. Fuentes cercanas al proceso confirman a THE OBJECTIVE que Bruselas quiere realizar una tramitación exprés de la iniciativa consciente de la necesidad de definir estas nuevas reglas del juego cuanto antes para asegurar las inversiones en redes en el continente y consolidar un nuevo modelo que no deje a Europa rezagada en el desarrollo digital mundial.
Esto supone -siempre según los plazos que se ha impuesto la Comisión Europea- tener antes de julio un borrador con las conclusiones de la consulta que comenzó el 23 de febrero y que finalizará el 19 de mayo. Tras el análisis y discusión de este primer documento se prevé lanzar un borrador de la normativa antes de finales de año, aunque en Bruselas son conscientes de la burocracia comunitaria y de que no será fácil poner de acuerdo a los 27, por lo que se darían por satisfechos con tener antes de diciembre una guía con recomendaciones o una comunicación formal.
De esta manera, este segundo borrador sería la base del futuro reglamento que se prevé lanzar durante el año 2024 -mejor el primer semestre que el segundo- para así poder someterlo a discusión de los países miembro y aprobarlo para tenerlo en vigor como tarde en el año 2025. La UE confía en que durante todo este proceso se logren acercar posturas entre los estados miembro ya que hasta la fecha existe una importante división: mientras que España, Francia e Italia están a favor de buscar fórmulas para que los gigantes digitales estadounidenses contribuyan en el despliegue de redes, Irlanda y los países nórdicos se oponen frontalmente. Alemania que aún no ha hecho pública su postura.
Bases de la consulta
En este sentido, todo el proceso parte sobre la necesidad de alcanzar un acuerdo de mínimos. La Comisión Europea -y así lo ha indicado el comisario de mercado Interior, Thierry Breton- defiende que Netflix, Google, Meta y todos los gigantes digitales deben contribuir en el desarrollo de las redes y que a partir de la consulta hay que definir cómo y en qué condiciones deben hacerlo. De esta manera, el abanico es inmenso y va desde el pago por usar redes que piden las operadoras de telecomunicaciones hasta un trabajo conjunto para emprender desarrollos digitales.
La consulta denominada «The future of the electronic communications sector and its infrastructure« («El futuro del sector de las comunicaciones digitales y su infraestructura«) parte de la necesidad de «un diálogo abierto con todas las partes interesadas sobre la necesidad potencial de que todos los actores que se benefician de la transformación digital contribuyan de manera justa a las inversiones requeridas«, dice la propia Comisión Europea.
Según Bruselas, «el objetivo es recopilar puntos de vista sobre el cambiante panorama tecnológico y de mercado y cómo puede afectar al sector de las comunicaciones electrónicas. También aborda los tipos de infraestructura y la cantidad de inversiones que Europa necesita para liderar la transformación digital en los próximos años». La UE se refiere a nuevos entornos como los datos en la nube, la transición al edge computing, el metaverso, la inteligencia artificial o la realidad virtual, además de la cambiante situación geopolítica y económica.
Argumentos de las ‘telecos’
La Comisión Europea cree que ahora es el momento para analizar el sector de la conectividad a través de una consulta y recopilar las opiniones de las partes interesadas sobre dónde se encuentra el sector de las comunicaciones electrónicas y dónde estará y debería estar en el futuro. Un planteamiento abierto en el que ya están opinando no solo los actores digitales tradicionales como las operadoras de telecomunicaciones o los suministradores de redes, sino que además está abierta a que las plataformas digitales estadounidenses puedan dar su visión de estos asuntos.
En cualquier caso, los puntos de encuentro entre las operadoras de telecomunicaciones -precursoras de esta consulta- y los Netflix y Google son casi inexistentes en estos momentos. Una división que comienza incluso en el uso del lenguaje: lo que para el sector telco es fairshare para las plataformas es una network tax. La telecos, entre las que se encuentra Telefónica, Orange, Vodafone o Deutsche Telekom, llevan años advirtiendo de que el aumento del tráfico generado por estas plataformas se está haciendo insostenible y que la única manera de seguir desplegando redes en condiciones óptimas es hacerlo con la aportación de todo el ecosistema digital y no solo con el esfuerzo de las operadoras de telecomunicaciones.
Un punto de inflexión ya que en los últimos cinco años las mismas telecos habían tendido puentes para colaborar con las grandes compañías digitales en desarrollos y en poner en marcha aplicaciones comunes. No obstante, la negativa de los gigantes de EEUU en colaborar en la financiación de las redes ha cambiado completamente el panorama. El tráfico de Internet en la Unión Europea crece a un ritmo del 32% anual y con la llegada del metaverso, podría suponer un crecimiento de 30 puntos porcentuales adicionales. De esta manera, las seis OTT representan más del 55% del tráfico de la UE, según ETNO. Y en España es aún más elevado con el 58%.
Razones de las tecnológicas
Las operadoras defienden que han invertido más de 500.000 millones de euros durante los últimos diez años y que los objetivos marcados por la agenda digital europea exigirán unas inversiones de 300.000 millones, las que será imposible abordar para el año 2033, marcado como objetivo de la Década Digital europea. Indican que sin la colaboración de todo el ecosistema digital, Europa volverá a quedarse a la cola de los desarrollos tecnológicos en la nueva era del 5G.
En el caso de las tecnológicas, sostienen que el usuario ya paga al operador por una conexión a internet que le entregue el contenido que solicita. Aplicar un impuesto también a las plataformas equivaldría a gravar por duplicado el mismo servicio, consideran. Por otro lado, señalan que sin los contenidos de las grandes plataformas como Meta, Google o Netflix, no existiría un incentivo para que los clientes contratasen servicios de internet. Por otro lado, creen que condicionar el uso de la red al pago de una tasa daría a las compañías de telecomunicaciones el poder de discriminar entre diferentes contenidos.
En el caso de la inversión en infraestructuras digitales se defienden indicando que ya lo hacen en grandes centros de datos, que permiten el almacenamiento de los contenidos, o infraestructuras de interconexión y entrega de servicios. También recalcan que realizan cuantiosas inversiones en infraestructura física, como es el caso diversos cables submarinos, responsables de gran parte del tráfico que se produce en la red. Dos tipos de desarrollos que también realizan las operadoras de telecomunicaciones.