Caixabank pone fin a la sangría de clientes dos años después de la fusión con Bankia
La entidad se deja en este periodo 770.000 usuarios tras estabilizar el número durante el primer trimestre de 2023, con la bajada de tan solo un 0,5%
Caixabank ha puesto fin a la sangría de clientes dos años después de la fusión con Bankia. La entidad en este periodo ha perdido en España un total de 770.000 usuarios, después de que en los tres primeros meses de 2023 haya estabilizado el volumen de usuarios.
De acuerdo con los datos recopilados por THE OBJECTIVE, el grupo catalán ha finalizado el primer trimestre con un total de 18,21 millones de particulares y empresas a las que ofrece sus productos y servicios en nuestro país. Un número que tan solo ha bajado un 0,5% con respecto al pasado diciembre.
Este descenso ha reducido en solo 10.000 los clientes, lo que permite a Caixabank dar por concluido el proceso de salida que se inició con la absorción de la extinta entidad nacionalizada y que, en algunos trimestres, le llevó a padecer fugas de hasta 200.000 clientes.
El proceso de ajuste ha sido paulatino y ya en la recta final del ejercicio pasado el banco liderado por José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar logró frenar de manera significativa la pérdida de usuarios. Una pérdida que prácticamente ya se ha dado por concluida en este arranque del nuevo curso.
Caixabank pierde un 4% de usuarios desde la integración
Hay que tener en cuenta que todas las fusiones conllevan un descenso de la clientela como consecuencia de los ajustes de red y personal, que en el caso de Caixabank han sido elevados, y por el cambio de condiciones de los productos. como pueden ser las comisiones por las cuentas. El grupo catalán, debido a todo el proceso de integración, se ha dejado en el camino un 4% de los usuarios.
Sin embargo, la entidad ha logrado mejorar la vinculación en este periodo, uno de sus ejes estratégicos con el fin de elevar la rentabilidad. En el primer trimestre el porcentaje de clientes particulares de Caixabank que cuenta con diferentes contratos asciende al 70,5%.
Entre enero y marzo de este ejercicio, la entidad ha incrementado este porcentaje ligeramente gracias, en parte, al lanzamiento de la cuenta nómina remunerada, con la que ofrece hasta un 5% de rentabilidad. El banco ha conseguido, según sus cifras, aumentar en 433.000 el número de minoristas que tienen domiciliados sus ingresos regulares.
Pese a la pérdida de clientes, Caixabank se mantiene líder del mercado en nuestro país, con amplía ventaja sobre sus principales rivales. El Santander, el segundo mayor grupo financiero, opera para 14,5 millones de usuarios en España. Por tanto, la diferencia es clara, a pesar de que en los últimos meses la distancia se ha visto mermada, ya que el banco cántabro ha venido ganando clientela.
El Santander cerró el mes de marzo con una captación trimestral de 200.000 clientes, a pesar de haber sufrido una salida de depósitos y fondos de inversión importante (32.000 millones de euros). El resto de entidad no ofrecen datos concretos de usuarios, pero en el mercado se estima que BBVA sería el tercero por importancia, con cerca de 10 millones de hogares y empresas. Después estaría el Sabadell, como cuarto gran grupo bancario.
A partir de ahora Caixabank podría ver una remontada en su clientela, aunque todo dependerá de las condiciones generales, ya que se prevé un descenso pronunciado de la actividad crediticia debido a la subida de los tipos de interés por parte del BCE y la disminución del poder adquisitivo.
Por un lado, las hipotecas verán un pronunciado descenso en este 2023 y, por otro, las empresas reducirán sus inversiones. Dos factores que limitarán la capacidad del banco para crecer. En este escenario, Caixabank centrará sus esfuerzo en la comercialización a sus clientes de seguros y fondos de inversión. Con ello, intentará un empuje a la vinculación, uno de los ejes centrales de su plan estratégico.
Las previsiones de la entidad apuntan a que la venta de préstamos para la adquisición de la vivienda caerá este año en torno a un 25%, por ejemplo. Una estimación que es más optimista que la de otros bancos. BBVA espera que este negocio se desplome en torno a un 30% o, incluso más. Eso sí, este hundimiento viene de cifras récord, con lo que la actividad todavía será potente.