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La paradoja de Caixabank: 700.000 clientes menos, pero más actividad y mayores ingresos

La entidad pierde en el tercer trimestre de este año otros 150.000 usuarios, aunque eleva la vinculación y se mantiene líder de la banca en España

La paradoja de Caixabank: 700.000 clientes menos, pero más actividad y mayores ingresos

El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar | Caixabank

Caixabank acumula una fuga de algo más de 700.000 clientes desde que absorbió Bankia, en marzo de 2021. El grupo catalán no ha parado de perder usuarios desde entonces. En el tercer trimestre la huida ha sido de unos 150.000, según los datos recabados por THE OBJECTIVE. Con ello, la suma de particulares y empresas a los que ofrece sus servicios y productos se sitúa en 18,37 millones en España. Una cifra que, pese a esta evolución negativa, le permite seguir siendo líder.

La mayor parte de esta salida de clientes se ha producido en los que llevamos de ejercicio, ya que un total de 450.000 se han dado de baja de Caixabank desde enero. Una situación que contrasta con la captación que están teniendo algunos de sus principales competidores. Por ejemplo, el Santander ha logrado aumentar sus usuarios en nuestro país en 600.000 en este 2022.

La pérdida que está sufriendo Caixabank se debe en parte a los efectos de la integración. Hay que tener en cuenta que por lo general los procesos de fusión conllevan un descenso de el número de clientes, por solapamientos y por cambios en las condiciones de los productos.

Caixabank eleva la actividad y la vinculación pese a la fuga

A pesar de contar con un volumen menor de particulares y empresas, la entidad que dirige Gonzalo Gortázar está experimentando crecimientos de la actividad y los usuarios que conserva cada vez están más vinculados. Dos puntos que permiten un ascenso de los ingresos. Una facturación que, además, ha empezado a notar ya los impactos positivos del alza de los tipos de interés por parte del BCE y de la remontada histórica del euríbor.

De acuerdo con las cifras que maneja la propia Caixabank, los clientes que tienen más de un producto contratado alcanzan ya el 70% del total. Cuando culminó el proceso de fusión, este porcentaje se encontraba por debajo del 66%, por lo que ha mejorado en más de cuatro puntos.

En cuanto a la actividad, su cartera de crédito ha registrado un incremento interanual de 11.500 millones, hasta rozar los 351.5o0 millones. Caixabank, que presentó este viernes los resultados de los tres primeros trimestres del ejercicio, subraya que este crecimiento se debe al «fuerte aumento de la nueva producción». Con ello, el saldo de préstamos que tiene concedido a empresas ha subido un 7%, mientras que el de consumo lo ha hecho en un 3,6% y el de hipotecas, en casi un 1%.

Caixabank destaca en el caso de las hipotecas, ya que la nueva concesión se ha duplicado con respecto al mismo periodo de 2021. Hasta septiembre había prestado 10.527 millones para la adquisición de viviendas, con lo que su cuota de mercado llega al 23%. Unas hipotecas que, en su práctica totalidad, se han firmado a tipos fijos. En concreto, un 90% de las mismas cuentan con cuotas inamovibles y, por tanto, no dependen de la evolución del euríbor, aportando así seguridad de pago a los clientes en un momento de elevada incertidumbre.

Desde hace siete años Caixabank viene apostando por potenciar las hipotecas a tipo fijo. De hecho, es la única entidad que no publicita ni promociona las variables. El resto, además, ha llevado a cabo rebajas de precios en estas últimas para impulsar su venta desde que el euríbor comenzó a escalar tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En el caso del grupo catalán, el 72% de sus hipotecas desde 2015 están a tasas fijas.

En cuanto a su volumen de recursos de clientes, estos descienden ligeramente como consecuencia de la caída de los mercados financieros, hasta los 612.500 millones. Sin este efecto subirían un 1,8%. Caixabank resalta que pese a la volatilidad e incertidumbre, sus captaciones netas en fondos de inversión y de ahorro ascienden a casi 11.000 millones, lo que le está permitiendo elevar su cuota de mercado.

La entidad, gracias a estos números, se siente cómoda y con fortaleza, pero advierte de un 2023 complicado debido a las consecuencias de la ralentización económica y la inflación. Caixabank espera una moderación generalizada de la actividad crediticia. «No va a haber ningún filón de crédito», señala Gortázar. Un enfriamiento del negocio que se producirá en un momento en que la morosidad también se incrementará.

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