Cae un 12% el consumo de fruta en los hogares españoles: la sandía y la piña, las que más bajan
También hay una fuerte caída de la compra de hortalizas, de un 13,2%, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
Solo las nectarinas, arándanos y aguacates han aumentado su demanda. | Eduardo Parra (Europa Press)
La inflación ha hecho que los consumidores ajusten notablemente su cesta de la compra y ha afectado al consumo de productos de alimentación básicos. Es el caso de la fruta y la verdura, que ha registrado descensos en los últimos meses de los que hay datos hasta llegar a una caída del 12% respecto al año anterior.
También hay una fuerte caída de la compra de hortalizas, de un 13,2% según los datos del mes de noviembre, último del que hay cifras, del Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación consultados por THE OBJECTIVE.
Un descenso de la demanda que se ha ido incrementando a lo largo del año, según muestran los datos desglosados de consumo alimentario en los hogares, y que se puede notar desde principios de 2021, después de un 2020 en el que se vieron aumentos mes a mes en el consumo de estos productos.
Tras el final de las restricciones más duras por la pandemia, unos meses en los que la capacidad de ahorro de las familias creció en España por la caída del gasto en otras áreas, el consumo de fruta y verdura aumentó durante los últimos meses de 2020 e incluso en los dos primeros de 2021, para empezar a caer a partir de marzo.
Durante 2022, las caídas se mantuvieron mes a mes en comparación con las cifras del año anterior, acuciadas por una creciente inflación, especialmente alta en la alimentación, en un año marcado por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
«El fuerte retroceso del consumo en 2022 es muy preocupante», dicen desde la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), que señala que las cifras son peores incluso que antes de la pandemia: «Comparando el último periodo del que se disponen datos oficiales de 2022, de enero a noviembre, con el mismo periodo de 2019, cuando se consumieron 7.162 kilos de frutas y hortalizas fresca, el descenso ha sido del 11%».
Sandía, piña y cerezas, las que más caen
En cuanto a la cantidad de fruta vendida, sin tener en cuenta el valor, casi todas las que incluye el informe han sufrido una caída respecto al mismo periodo del año anterior, con la sandía (25,2 %), la piña (23,8 %) y las cerezas (18,1 %) como los casos más destacados.
También han tenido un gran descenso las peras, melocotones y albaricoques, todos con caídas de entre el 15% y el 17%. Les siguen los limones y naranjas, por el medio de la tabla rondando el 10%, y otros como el kiwi y las fresas, con algo más de un 8%. La fruta que menos pierde de la tabla es la uva, que solo registra un descenso del 0,7%.
Según destaca el Ministerio de Agricultura en el documento, la excepción son la nectarina, el aguacate y el arándano, que incrementaron sus compras un 2,9%, un 0,8% y un 19,2% respectivamente.
En cuanto a las hortalizas, todas las reflejadas en el informe tienen caídas muy fuertes, superiores al 10%. Los pimientos, con un 17,5%, son los que más volumen han perdido en las compras, seguidos de las judías verdes y las cebollas.
Si miramos la evolución en términos económicos y no de miles de kilos vendidos, la situación cambia y muchas de estas frutas y hortalizas presentan valores en positivo, ya que el aumento de los precios ha posibilitado facturar más a pesar de las menores ventas. Este es el caso de las cebollas, los melocotones, las fresas, el melón, la sandía, las peras, los plátanos y los albaricoques.
Menos carne, pescado y leche
La inflación no solo ha afectado a la compra de productos frescos como la fruta y la verdura, sino que los hogares españoles también han reducido su consumo de carne, pescado, leche y otros productos básicos como las legumbres y el pan.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a cierre del año móvil noviembre 2022, los hogares habían reducido las compras de alimentación y bebidas en un 8,7% y el mercado agroalimentario había perdido un 1,7% de facturación.
Los productos cárnicos se vendieron un 12,8% menos; los productos de pesca, un 15,2%; los lácteos, un 6,9%; el pan, un 7,1%; los huevos, un 7,9% y el azúcar, un 17,6%. La bajada más controlada es la de las legumbres, que solo cayeron un 4,2%.
En cuanto a las bebidas, ningún segmento consiguió mejorar las cifras del año anterior. El agua de bebida envasada, así como el segmento de gaseosas y bebidas refrescantes y cervezas redujeron sus compras en un 2,1%, un 6,0% y un 7,5% respectivamente. Por otra parte, la compra de vino y derivados, sidra y bebidas espirituosas perdieron un 11,6%, un 16,6% y 10,8%, respectivamente.
