Wizink refuerza su cúpula con otro exjefe de Bankia al fichar a Antonio Greño
El banco inició una nueva etapa a principios de año con la designación de Joaquim Saurina como presidente, también procedente de la extinta nacionalizada
Wizink ha reforzado su cúpula con el fichaje de otro exdirectivo de Bankia. El banco especializado en tarjetas de crédito ha designado recientemente a Antonio Greño Hidalgo como miembro de su consejo de administración, según ha podido saber THE OBJECTIVE.
Con esta designación, Wizink fortalece su órgano rector, que está presidido desde principios de este año por Joaquim Saurina, quien fuera responsable de distintos departamentos en la antigua entidad nacionalizada durante el mandato de José Ignacio Goirigolzarri.
Greño Hidalgo llegó a ser consejero de Bankia en su última etapa en solitario, hasta su integración con Caixabank. Entonces, fue miembro de sus comisiones de retribuciones y de auditoría durante algún tiempo, en los que ocupó su presidencia. Con anterioridad, fue una figura clave para el rescate de distintas entidades, ya que formó parte de los equipos de la extinta Catalunya Banc tras su intervención y fue consejero de la matriz de Bankia, BFA, que a día de hoy ostenta el 17% del capital de Caixabank.
En la actualidad, es vocal de entre otras empresas de la sociedad conjunta de la banca para el servicio de pagos y de Liberty Seguros. Esta última ha sido adquirida recientemente de por Generali, con lo que su continuidad no está garantizada.
Wizink completa la reordenación para impulsar el negocio
Con el fichaje de Greño, Wizink completa la reordenación de la cúpula que inició a finales del año pasado, con la salida de varios independientes de su consejo y la sustitución de los primeros espadas, que ha supuesto la salida tanto del consejero delegado como del presidente, Miguel Ángel Rodríguez Sola y José Luis del Valle, en el primer trimestre de 2023. Wizink, cuyo accionista es el fondo Värde Partner, ha incorporado también al consejo de administración a Rick Noel recientemente.
El banco, que durante los últimos años ha estado salpicado y afectado por las sentencias contrarias de las tarjetas revolving, pretende dar un empuje a su negocio, iniciando una nueva fase en su plan estratégico de crecimiento. Esta nueva etapa, a priori, será menos tumultuosa, ya que en principio la entidad y el sector financiero en general verán reducidos los litigios de estos plásticos tras el cambio de criterio del Tribunal Supremo sobre usura.
Wizink ha tenido que afrontar pérdidas de unos 700 millones en indemnización por el cobro de intereses abusivos a sus clientes por las tarjetas revolving. Una cantidad que, a partir de ahora, se limitará considerablemente. Ante tales consecuencias, puso en marcha un proyecto para diversificar su actividad con el empuje de los préstamos al consumo y diferentes funcionalidades, como el fraccionamiento de los pagos.
El banco es optimista en este sentido. En su informe de cuentas de 2022 señala que «tras la sentencia del Tribunal Supremo de 2023, el nivel de certeza para determinar si una reclamación puede tener una sentencia favorable ha aumentado considerablemente».
Si bien, los despachos de abogados están abriendo nuevas vías para las entidades, incluida Wizink, devuelvan cantidades cobradas con las tarjetas, como el tamaño de la letra de los contratos. Algunos jueces ya han sentenciado en contra por la minúscula tipografía en los mismos.
En el primer trimestre de 2023, Wizink logró un beneficio de 800.000 euros, lo que supone multiplicar por 2,4 las ganancias del mismo periodo de 2022. El volumen de créditos concedidos que tenía la entidad a cierre de marzo era de 2.867 millones y el saldo de depósitos alcanzaba los 2.700 millones.
A día de hoy está intentando también potenciar el ahorro de los usuarios, con subidas de tipos de interés en sus imposiciones y cuentas, para atraer clientes, en un momento de alzas del precio del dinero por parte del BCE y cuando los grandes grupos financieros están evitando entrar en una guerra por el dinero de los particulares.
Wizink, que opera en España y Portugal, es un banco online sin sucursales. Es el heredero de todo el negocio de tarjetas del extinto Popular y la actividad minorista del estadounidense Citi. Cuenta con diferentes filiales después de varias adquisiciones realizadas, como las fintech Aplázame y Lendrock.