España es de los países de la UE que más usa fertilizantes, pero el sector estima una caída

España es de los países de la Unión Europea que más fertilizantes consume, según los últimos datos publicados por Eurostat. Junto con Francia, Polonia, Rumanía, Italia y Alemania, es de los Estados que más compra fertilizantes basados en fósforo.  

En total, el consumo de estos seis países en el año 2021 supuso casi tres cuartos del total del uso en la Unión Europea, apunta el documento de Eurostat, que señala que este mayor consumo de fertilizantes está relacionado con la mayor producción agraria de estos países, ya que son de los principales productores de la UE. 

En cuanto al uso de fertilizantes basados en nitrógeno, España también está en la parte alta de la lista, y junto con Francia, Alemania y Polonia representa la mitad del consumo total de la Unión Europea. 

Aunque el uso de estos productos lleva registrando una ligera caída constante desde el año 2017, cuando hubo un «pico relativo» y tras lo que ha caído un acumulado del 6,4%. En 2021, comparado con 2020, la caída fue del 2,2%, según estas cifras. 

Mirando cifras más concretas, en los fertilizantes basados en nitrógeno el consumo para agricultura cayó un 2% en comparación con el año anterior, también una cifra similar a las caídas vistas desde el año 2017. «Sin embargo, el consumo general de estos fertilizantes volvió a un nivel similar a la de la década anterior», señala Eurostat. 

Los precios y la sequía causan una bajada en España

Las últimas cifras disponibles, tanto europeas como españolas, publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, corresponden al año 2021, cuando todavía no había estallado la invasión rusa de Ucrania, que ha afectado notablemente a los precios de los fertilizantes. 

Una situación que, sumada a la sequía, ha provocado un descenso en el consumo de estos productos que, aunque todavía no se ha reflejado en los datos oficiales, las empresas productoras ya han notado. 

Desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe) apuntan que aunque todavía es pronto para conocer las cifras reales, la caída se estima mucho más acentuada en España en 2022 debido a la sequía y al incremento de los precios desde el comienzo de la guerra en Ucrania. 

Según las fuentes del sector consultadas por THE OBJECTIVE esta caída en la compra de fertilizantes puede llegar hasta el 25% en comparación con el año anterior. Algo que no ocurre en la misma medida en el resto de países europeos, ni siquiera en los más afectados por la sequía, como son los del sur del continente, según lo estimado por el sector en base a lo comunicado por las empresas de distintos países.  

Una situación que, afirman, es «la pescadilla que se muerde la cola», ya que la bajada de la compra de fertilizantes se debe también a la menor cosecha por la sequía, pero el menor uso de fertilizantes, afirman los fabricantes, afectará precisamente a esta cosecha, que se verá reducida. 

La fabricación de fertilizantes también cae 

El hecho de que los últimos datos sean anteriores a la guerra en Ucrania supone que no tienen en cuenta los efectos de la misma tanto en el consumo de fertilizantes como en su producción. 

«Es importante mencionar que la agresión militar en Ucrania y la aplicación de sanciones a Rusia ha llevado a un gran incremento de los precios de los fertilizantes, que probablemente impactará en el uso para agricultura en Europa», avisa Eurostat en su publicación. 

Y es que los fertilizantes basados en nitrógeno dependen de energía procedente del gas para su fabricación, cuyo precio está ligado al del petróleo y, en el caso de Europa, especialmente al procedente de Rusia. Por otra parte, los basados en fosfatos suelen proceder de fuera de la Unión Europea, por lo que sus precios se han incrementado en este caso debido al aumento de los costes de transporte. 

Una situación de la que alertó tras el verano de 2022 la patronal europea del sector de los fertilizantes que, como contamos en este periódico, alertó de que la capacidad productiva se había reducido en Europa en un 70%. 

Desde Anffe ya avisaron de que la subida de precios del gas y de otras materias primas habían llevado a cerrar algunas plantas de producción y la caída de la producción, lo que reduciría inevitablemente las prácticas de abono en la agricultura y, por tanto, la reducción de las cosechas, algo especialmente preocupante en un momento en el que la sequía ya está haciendo estragos.