Ibercaja engorda un 13% el colchón que su fundación necesita para evitar la salida a Bolsa
La entidad tendrá que aportar 357 millones de euros a su accionista de control hasta 2025 al elevar sus activos en riesgo
Ibercaja tendrá que entregar a la fundación que controla su capital un 13,2% más de lo previsto inicialmente para evitar su salida a Bolsa. La entidad aragonesa, que paralizó el proyecto de colocación en el mercado a principios de 2022, deberá al menos destinar hasta finales de 2025 un total de 357 millones de euros, frente a los 316 millones estimados el ejercicio pasado, cuando puso fin a su intención de cotizar en los mercados, según ha podido saber THE OBJECTIVE.
Este dinero, que ha subido sustancialmente como consecuencia del incremento de los activos ponderados por riesgo (APR) de Ibercaja, servirá para la constitución de un fondo de reserva por parte de la fundación de acuerdo con la legislación vigente y en virtud del protocolo firmado con el Banco de España. Un colchón que tiene como fin último garantizar un mínimo de recursos por si fuera necesario en un futuro ante deterioros significativos de solvencia de la entidad.
La cuantía final de dicho fondo de reserva dependerá de los activos en riesgo de Ibercaja, ya que la cifra actual está calculada con los que tenía a cierre de 2022 y el importe del mismo está establecido en un equivalente al 1,75%. La Fundación Ibercaja, que ostenta una participación del 88.04% del banco, ya ha percibido 155 millones de la entidad financiera, vía dividendos, con lo que aún le queda por embolsarse algo más de 200 millones para terminar la hucha y mantener el control.
En los últimos meses, los directivos de Ibercaja -con el consejero delegado, Víctor Iglesias, a la cabeza- no han descartado retomar los planes para salir a Bolsa, pero la decisión adoptada a principios del año pasado de aportar recursos a su máximo accionista para crear dicho fondo de reserva amplía el calendario y resta presiones.
El dinero ya percibido por Ibercaja está invertido en deuda pública
Los 155 millones que ya han sido apostados han sido invertidos por la Fundación en deuda pública española, según explica esta institución en sus cuentas de 2022. En caso de necesidad, estos bonos y obligaciones serían vendidos para tapar agujeros de la entidad de manera inmediata, ya que al no cotizar, Ibercaja no podría llevar a cabo una ampliación de capital ordinaria y apelar a los inversores privados en el mercado.
Tras la pasada crisis financiera y, como consecuencia del rescate del sistema que ha costado hasta la fecha 60.000 millones al Estado, el Gobierno de entonces se vio obligado a establecer una normativa por la que las antiguas cajas de ahorros -caso de Ibercaja- salían a Bolsa en un periodo determinado o sus accionistas -todas ellas fundaciones- estarían obligadas a conformar una hucha especial.
Tan solo la institución aragonesa y la vasca BBK -dueña de Kutxabank– han optado por la vía de mantenerse fuera del parqué y seguir controlando, con más de un 50%, el capital de las entidades. En marzo de este año, la fundación vizcaína ha culminado la dotación establecida de 231 millones de euros con dos ejercicios de antelación.
Previsiblemente, la Fundación Ibercaja no tendrá ningún problema para materializar el fondo de reserva sin llevar a cabo ningún tipo de desinversión e, incluso, antes de que finalice el plazo, ya que con el actual escenario de mayores ingresos para la banca debido a la subida de los tipos de interés, la entidad zaragozana podrá aumentar estos ejercicios el dividendo que distribuye, dado que sus ganancias siguen una tendencia al alza.
Ibercaja ya vio un empuje de los márgenes, aunque el impuesto extraordinario le impidió presentar una mejora de sus beneficios. Pero en junio ha registrado un avance relevante de su cuenta. Los resultados del banco en el primer semestre anotan un aumento del 70%, hasta los 192 millones.
Esta coyuntura haría más factible una salida a Bolsa de la entidad, con la que evitar el colchón a la Fundación siempre y cuando ésta pierda el control, ya que las valoraciones podrían ser más elevadas. El precio ofrecido por los inversores siempre ha estado por debajo de lo reclamado por Ibercaja, con lo que, desde hace al menos cinco años, viene postergando su salto al parqué.
La fundación cuantifica el valor de su participación en 1.382,6 millones de euros, tras acumular un deterioro en el mismo de 1.234 millones de euros. Por tanto, la totalidad de Ibercaja, según estas cifras, alcanzaría los 1.70 millones. El resto de socios del banco son las fundaciones de las antiguas Caja de la Inmaculada (4,73% del capital), Caja de Badajoz (3,9%) y Caja Círculo de Burgos (3,33%).