El aceite de girasol no despega pese a los altos precios del de oliva
Los consumidores han reducido el consumo de aceite en general y no hay un trasvase de consumo como otras veces
El aceite de girasol no está sustituyendo al aceite de oliva a pesar de la bajada de su precio y de los altos precios de este último. Según los últimos datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), las ventas de aceite de girasol han caído un 9,5% en comparación con el año anterior, menos que la mayoría del resto de aceites, pero aún una cantidad significativa.
Tras el aceite de oliva, líder indiscutible en el mercado, el de girasol sigue a la cabeza a pesar de las caídas, pero sorprende que, como ha pasado en otras ocasiones, no haya aumentado su consumo en sustitución del de oliva, que ha perdido presencia en los hogares debido a la escalada de precios del último año.
Aunque los datos de Anierac no son de ventas directas al consumidor, sirven de indicador de la cantidad que va a salir al mercado y se pondrá a disposición del consumidor, según explica a THE OBJECTIVE Primitivo Fernández, director de Anierac.
Además, la tendencia coincide con la que muestran los datos anteriores del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que corresponden al mes de abril.
El último informe «El aceite mes a mes» muestra que el aceite de girasol perdió un 15,7% de intensidad de compra con respecto al periodo anterior. El consumo por persona fue de 2,7 litros de media, una cifra a la baja en comparación con la del periodo anterior, cuando fue de 3,22 litros.
Sí ha crecido en valor, un 24,8%, debido a la subida de los precios que también experimentó durante meses este producto. Según los datos del Ministerio de Agricultura, experimentó el crecimiento en precio medio más acusado de la categoría (48,2%), cerrando en 2,43 €/litro, lo que supone pagar 1,57 €/litro más que hace un año.
«La situación económica no es en absoluto normal»
El director de Anierac admite que esta situación es extraordinaria. «Estamos todos un poco plateándonos la misma cuestión», dice, porque «en otras épocas anteriores, cuando el aceite de oliva subía, nunca como ahora, pero cuando subía de una manera sensible veíamos que había un trasvase de consumo», algo que no está pasando en este momento.
«Está cayendo el consumo de aceite de oliva y de girasol», apunta Fernández, que admite que los motivos de este comportamiento no están claros. «En condiciones normales, había un trasvase y habitualmente se recuperaba el girasol, pero las condiciones no son normales y la situación económica no es en absoluto normal».
Fernández apunta como posible motivo a que los españoles han ido gastando ahorros durante los últimos meses, pero ha llegado un momento en el que los consumidores ya no están dispuestos a gastar el ahorro que se generó durante la pandemia, por lo que se está empezando a recortar el consumo de algunos alimentos, como es el caso del aceite.
De hecho, los hogares redujeron un 13,8% la compra de aceite al cierre del año móvil de abril de 2023, según informa el Ministerio de Agricultura. Cada individuo realizaba en esa fecha una ingesta de 9,63 litros al año, una cantidad un 14,3% inferior a la realizada en el periodo anterior, mientras que el gasto por persona en la compra de aceite ascendía a 38,53 euros, una cantidad superior en un 12,3%.
Aun así, el aceite de girasol tiene una cuota de mercado «más que notable», apunta Fernández. «Está presente en muchísimas casas y en muchas cocinas de la hostelería, de hospitales y colegios», señala.
En cuanto al consumidor de este alimento, por lo general es un hogar formado por parejas con hijos, de áreas no metropolitanas y de clase socioeconómica baja donde el responsable de las compras no está en activo y supera los 500 años, según los datos del informe del Ministerio de Agricultura.
Un perfil que contrasta con el del consumidor de aceite de oliva virgen extra, el más caro de todos y considerado el más saludable, que compran principalmente hogares formados por individuos de clase alta y media alta, sin niños y cuya edad supera los 50 años.
Más presencia de las mezclas de semillas
Lo que sí se ha notado es un aumento de las ventas de aceites refinados, especialmente los que son mezcla de varias semillas, debido a que su precio es más bajo, según señalan desde Anierac.
«Hay una categoría que se vende en el mercado y que está teniendo la presencia ahora mismo mayor de la que tenía tradicionalmente, que es una mezcla de semillas, una mezcla de dos o más de los aceites vegetales que están autorizados en la legislación española y donde no entra el aceite de oliva», explica Primitivo Fernández.
Este producto ha crecido bastante en los últimos meses, aunque no tanto como lo que ha caído el girasol, añade. «Es ligeramente más barato que el de girasol, por lo que probablemente ahí está una parte del consumo».