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Economía

El precio del aceite de oliva dispara las ventas de las mezclas de peor calidad

La venta de aceites refinados ha subido un 5,19% con respecto al mismo periodo del 2022

El precio del aceite de oliva dispara las ventas de las mezclas de peor calidad

Aceites de diferentes tipos en un lineal de un supermercado | Europa Press

El precio del aceite de oliva se ha incrementado en el último año en un 38,8%. La semana pasada el litro de este producto clave en la dieta mediterránea alcanzó los 10 euros en algunos lugares, algo impensable hace apenas un año. Un incremento en los precios que, tal y como hemos contado en este diario, está pasando factura al consumo y también a las exportaciones. 

En su conjunto, las ventas de aceite de oliva en estos siete primeros meses del 2023 ascendieron a 147,48 millones de litros, cifra un 18,22% inferior al acumulado del 2022, según los datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac). 

Entrando en el análisis de las diferentes categorías, el virgen extra ha alcanzado los 63,54 millones de litros (un 13,59% menos respecto a 2022), el suave ha llegado a los 47,40 millones de litros (un 28,53% menos de ventas respecto a 2022) y el intenso 19,76 millones de litros (19,87% menos que en 2022).

Mientras los consumidores empiezan a mirar otras grasas vegetales, las organizaciones agrarias lamentan que esta subida no esté repercutiendo en los productores y sí en otros eslabones de la cadena de valor. No obstante, el sector constata el temor por el giro en la tendencia de consumo. «En este momento, la preocupación es que las cifras constatan la tendencia en la que estamos desde la primavera con una reducción del consumo. La expectativa está en saber qué va a pasar, si vamos a tener o no una cosecha ligeramente mejor a la actual -mucho mejor no se espera- y si eso va a permitir que se frene la subida de precios», explica Primitivo Fernández, director de Anierac a THE OBJECTIVE. 

Otros aceites refinados

Según los datos de la industria envasadora, en el grupo de otros aceites refinados, las ventas del refinado de girasol durante el mes de julio han ascendido a 21,92 millones de litros. Lejos de estas cifras están las ventas del refinado de semillas, con 9,62 millones de litros. El resto corresponden a cantidades mucho menores de colza, soja, maíz, pepita de uva y cacahuete. 

En su conjunto, las ventas de los aceites de este grupo ascienden a 31,91 millones de litros, mientras que cifra acumulada de los siete primeros meses de este año es de 204,90 millones de litros, un 5,19% superior a la del mismo periodo del 2022, según los datos de Anierac. «Estos datos de julio, con pequeñas variaciones, son los mismos que en los anteriores. La tendencia que comenzó en primavera se mantiene», reconoce.

Los datos de la patronal de envasadores son fundamentalmente de consumo de hogares, tal y como explica Fernández en conversación con THE OBJECTIVE. «En los hogares se sigue manteniendo prudencia a la hora de comprar aceite de oliva», asegura. «A pesar de la subida de precios que estamos sufriendo tan elevada, el consumidor español sigue manteniendo una cierta afinidad por el aceite de oliva. No estamos teniendo una pérdida escandalosa con una subida de precios tan elevada», reconoce.

Dentro de las diferentes opciones de aceites vegetales que se encuentran en el mercado, «curiosamente el girasol no sube. Lo que está subiendo son las ventas de refinados. Fundamentalmente, la mezcla de refinados de varias semillas es un poco mas barata y la gente la está buscando», añade.

Cualquier aceite vegetal -ya sea de oliva o de otro vegetal- es calificado como virgen o refinado en función del modo de extracción utilizado por su fabricante. Si la extracción se ha llevado a cabo por presión, se califica como un aceite virgen. Pero si la extracción se realiza mediante disolventes, es cuando nos encontramos con los aceites refinados.

Con el actual precio del aceite de oliva virgen extra y la caída consiguiente del consumo, el sector también ha notado crecimiento en el consumo de otro tipo de aceites de oliva, como el de orujo. «La gente lo está buscando, en cifra de ventas del mes de julio es una cosa notable teniendo una cuota muy reducida», asegura Fernández.

Desplome de las exportaciones

No solo cae el consumo interior, el incremento de precios también está pasando factura a las exportaciones. Los últimos datos de comercio exterior del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo muestran que España exportó 281.000 toneladas de aceite de oliva (-39,5%) por valor de 1.471 millones de euros (-11,9 %) hasta mayo. Este periodo aún no refleja las mayores bajadas de la exportación española, que se irán notando durante los próximos meses, según aseguran fuentes exportadoras, que creen que este año no se llegará a las 650.000 toneladas vendidas al exterior. El volumen de exportación medio está entre un 1.100.000 toneladas y 1.15o.000 toneladas».

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