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España busca 700.000 trabajadores en la construcción: los inmigrantes no son la solución

Los inmigrantes no resuelven el envejecimiento del sector y los profesionales piden medidas

España busca 700.000 trabajadores en la construcción: los inmigrantes no son la solución

Obreros en una construcción. | Alejandra Svriz

España se está construyendo un problema que pone en jaque su futuro: faltan albañiles, trabajadores de la construcción y profesionales de obra que hagan frente a la enorme cantidad de trabajos proyectados de cara a los próximos años. Aunque durante mucho tiempo la solución más rápida ha sido la contratación de inmigrantes, esta vez no parece ser suficiente. La Confederación Nacional de la Construcción considera que hacen falta, al menos, 700.000 personas para poder cumplir con las obras que se encuentran en el Plan de Recuperación.

¿Pero qué ha pasado en los últimos años? La evolución de empleados en este sector ha caído en picado desde 2008, con el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando se encontraba rozando el umbral de los 3 millones de trabajadores, y ahora se encuentra en el millón cuatrocientos mil. Las causas son varias y cada una permite dibujar el retrato de la crisis que está por venir: la de un sector esencial incapaz de renovarse porque los jóvenes (y los no tan jóvenes) ya no quieren participar en él tanto como antes.

Fuentes de la patronal de la construcción añaden que esos 700.000 empleos son una cifra que se queda corta y que, por ejemplo, no tiene en cuenta las reformas y construcciones de 200.000 viviendas prometidas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que provocarían un aumento muy superior de la demanda y el consiguiente pico en la mano de obra especializada. Además, ese dato hace referencia a todo el sector, que incluye los empleos de mayor y menor especialización, pero se puede poner el foco en, por ejemplo, la necesidad de medio millón de trabajadores de obra.

Un sector que envejece

Desde la CNC tienen claros los baches que hay para cubrir las vacantes pendientes. Mariano Sanz, secretario general de la patronal, señala que este es un problema europeo y que tiene su principal razón en el envejecimiento de la población en los últimos años y la falta de nacimientos. En este sector ha tenido una especial relevancia, pues únicamente el 9,2% de los trabajadores tienen 29 o menos años (datos de 2022) frente al 25,2% que este segmento de población constituía en 2008.  En ese tiempo, los trabajadores con edades entre 30 y 59 años eran el 71,2% en 2008; en la actualidad representan el 83,4%. La plantilla con más de 60 años también se ha doblado, pasando en ese periodo del 3,6% (2008) al 7,4% (2022).

En los últimos 20 años, la población total ha crecido un 13,4%. Sin embargo, en el mismo período, la población de 16 a 24 años ha descendido un 10% (ahora hay 490.000 jóvenes menos que en 2008). Los problemas de la falta de mano de obra nueva en el mercado laboral se potencia porque la proporción de los mismos que quiere trabajar (tasa de actividad) ha caído 11,5 puntos porcentuales, bajando desde 48,4% hasta 36,9%, según el último informe sobre el reto de las vacantes en España elaborado por Cepyme.

Obras de remodelación del Camp Nou. Foto: Xavi Urgeles (Zuma Press).
Obras de remodelación del Camp Nou. | Foto: Xavi Urgeles (Zuma Press)

Los jóvenes se bajan del andamio

¿Por qué los jóvenes han decidido abandonar la obra y se han marchado a otros sectores? Los diagnósticos son variados. El director de Estudios de Cepyme, Diego Barceló, detecta como causas el aumento de las prestaciones y ayudas, que permiten no tener que asumir ciertos empleos, así como una tendencia detectada en la juventud a la hora de elegir entre estudiar o trabajar, reduciendo el desempeño simultáneo de ambas actividades. Además, estima que la sobrecualificación de los empleados (con un nivel educativo muy superior del registrado en anteriores generaciones) provoca que esperen ingresar al mercado con unas condiciones mucho más favorables al haber invertido varios años en estudiar una carrera y en algunos casos un máster.

Sanz afirma que otra de las causas de esta espantada juvenil en el sector se debe a la mala fama que arrastra la construcción, vista como precaria, de largas jornadas, con trabajos que requieren un enorme esfuerzo y una remuneración muy por debajo de otros empleos. Nada más alejado de la realidad. La estimación de la patronal afirma que el salario medio está un 30% por encima del SMI y con jornadas que con el paso de los años han mejorado mucho. 

Se ha intentado espolear la formación profesional como respuesta al descenso, pero los jóvenes no parecen estar interesados. Según el informe La Formación Profesional en Edificación y Obra Civil del Observatorio Industrial de la Construcción, hay un 46% menos de alumnos matriculados en este tipo de FP que en el boom de 2008, todo ello a pesar de que el interés en este tipo de estudios va a la alza en los últimos años.

La inmigración: una tirita en un boquete

Los inmigrantes no son una solución, aunque pueden ser una muleta. A corto plazo, puede parecer atractivo resolver problemas puntuales a través de mano de obra extranjera, pero según las estimaciones de Cepyme no son suficientes en el largo plazo al no rejuvenecer la fuerza de trabajo debido a que la media de edad media de las personas inmigrantes ocupadas en España ha aumentado más que la de las españolas.

«Una forma rápida de moderar el incremento de la edad media de la fuerza de trabajo es la inmigración de trabajadores jóvenes. Sin embargo, no es el caso de España, en donde la edad media de los ocupados extranjeros ha crecido proporcionalmente más que la de los españoles: entre 2008 y 2023, la edad media de los ocupados de nacionalidad española aumentó poco más de cuatro años, mientras que la de los ocupados inmigrantes lo hizo en más de 5 años. De hecho, mientras en 2008 los ocupados de nacionalidad española eran el único grupo que superaba los 40 años de edad, ahora los trabajadores procedentes de países europeos no comunitarios tienen una edad media que supera la de sus colegas españoles», zanja el informe sobre vacantes de Cepyme.

La respuesta, al menos a ojos del sector, se encuentra en recuperar a todos los trabajadores que lo abandonaron tras la crisis del ladrillo a base de mejoras en las condiciones, promesas de estabilidad y una mejor explicación de lo que supone trabajar en la obra. La CNC llama a superar los estereotipos. De acuerdo con otro estudio del Observatorio Industrial de la Construcción -realizado entre personas con edades comprendidas entre los 16 y 29 años-, la construcción se presenta ante la gente joven como un sector desconocido. No obstante, esa misma encuesta trae esperanzas: una vez que la población joven accede a la construcción, la percepción en general es diferente.

De este modo, entre los consultados que ejercen en el sector, una abrumadora mayoría se muestra satisfecha y predispuesta a continuar. De no conseguirse el relevo y un aumento de empleados, no solo no se podrán concluir todas las obras pendientes y futuras, sino que, además, se perderán muchos conocimientos de un oficio al que le llevan saliendo canas varios años.

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