La naviera MSC estudia dejar la inversión del Puerto de Valencia por el retraso del Gobierno
En juego hay 1.200 millones de euros de la empresa suiza que podrían fugarse a otro país
El puerto de Valencia. | EuropaPress
El empresariado valenciano está inquieto. La ampliación del Puerto de Valencia sigue estancada, los socios del posible futuro gobierno central presionan para que esta siga así y, mientras tanto, la empresa elegida para llevar a cabo su ampliación, la naviera suiza MSC, estudia si retirarse de este proyecto e invertir en otro país. En juego hay 1.200 millones de euros comprometidos por la segunda empresa de transporte de mercancías más importante del mundo.
Fuentes empresariales aseguran a THE OBJECTIVE que en «MSC España -filial de la matriz, que se encuentra afincada en Ginebra (Suiza)- muestran su preocupación por esta situación de incertidumbre porque los argumentos para mantenerse en el proyecto del Puerto de Valencia se les están acabando frente a MSC a nivel global».
Las mismas fuentes sostienen que aunque Puertos del Estado asegura que es «urgente» y que la infraestructura se debe «hacer ya», el Gobierno, que es quien tiene la última palabra, lo mantiene aún metido en el cajón. La razón de este necesario trámite de pasar por el Ejecutivo es que la inversión que tiene que hacer la Autoridad Portuaria por esta infraestructura -a través del Ministerio de Transportes- es de unos 400 millones de euros. Una cantidad que obliga a pasar por el filtro del Consejo de Ministros.
Por otro lado, MSC descarta llevar su inversión a otro puerto de España, como pudiera ser el de Barcelona, que se encuentra más al norte y que es, además, histórico rival del de Valencia. La razón de esto se debe a que los cálculos que manejan en cuanto a la eficiencia del transporte de mercancías lo desaconsejan. Por lo que el lugar perfecto en España es Valencia y, si no, lo será otro enclave de otro país.
Las grandes navieras, como Maersk y MSC, están invirtiendo en el transporte de combustibles verdes a través de sus buques. El objetivo es crear futuras autopistas en el mar que lo lleven de un punto a otro del planeta. De hecho, Moncloa firmó hace un año con la primera de estas navieras mencionadas un acuerdo para adecuar dos puertos en Andalucía y Galicia a esta demanda del sector. Pero este escenario actual, sin embargo, mantiene perplejo al empresariado valenciano: «Si no estamos preparados y no ampliamos el puerto, Valencia se convertirá en un enclave que ya no servirá de enlace sino de reparto. Esto significa que solo desembaracarán los barcos pequeños, de generaciones además obsoletas, que son los que más contaminan».
El Partido Popular eligió a una técnico al frente de la Autoridad Portuaria de Valencia. Su nombre es Mar Chao y tiene una dilatada experiencia en el sector. El objetivo de los populares con este perfil es tratar de negociar con éxito con el Gobierno central para que desatasque esta operación. Por otro lado, hoy la Autoridad Portuaria está tratando de levantar una subestación eléctrica para que todos los barcos que desembarquen en el puerto puedan conectar sus máquinas a esta electricidad y evitar así la contaminación de sus motores.
«Tenemos que preparar al puerto para los retos que vienen. Los nuevos buques portacontenedores son importantísimos poder captarlos porque son los que más respetan el medioambiente ya que por el mismo viaje llevan muchos más contenedores. Además, el transporte marítimo es el menos contaminante del mundo, incluso menos que el ferroviario», aseguran fuentes empresariales.
Hace unos días, una de las fuerzas que sustenta al posible futuro gobierno central, el partido político de la Comunidad Valenciana, Compromís, anunció su rechazo a la ampliación del Puerto de Valencia. Así, entre sus condiciones para apoyar la investidura está precisamente este asunto. Aseguran desde la formación que «van a exigir una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para que no vuelva a ser un caso Castor».
Desde el Partido Popular, que lleva gobernando varios meses la comunidad y la capital tras su victoria en las elecciones autonómicas y municipales, critican esta postura. «Es una aberración económica y social. Demuestra una vez más su nula y nefasta defensa de los intereses de los valencianos. No es el momento de titubear. Debemos de estar todos juntos en la defensa de la construcción de una infraestructura fundamental para la competitividad de la Comunitat Valenciana donde están en juego 15.000 futuros puestos de trabajo», sentencian.
