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Armengol blinda a Sánchez mientras negocia con Puigdemont: no habrá control al Gobierno

La presidenta del Congreso de los Diputados deja la cámara al ralentí a la espera de la investidura

Armengol blinda a Sánchez mientras negocia con Puigdemont: no habrá control al Gobierno

La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol. | EFE

La presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, ha decidido que la Cámara Baja funcione al ralentí y no incomode al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, mientras que negocia la investidura con Carles Puigdemont. Ni exposición en las sesiones de control al Ejecutivo en los plenos ordinarios ni trabajo de las comisiones parlamentarias. Este es el método de trabajo que ha acordado la mayoría absoluta de izquierdas esta semana en la Mesa del Congreso, según ha podido saber THE OBJECTIVE de fuentes parlamentarias.

Tras la constitución de las Cortes y una vez celebrada la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, los populares presentaron un escrito en la reunión de la Mesa de este martes en el que reclamaban la constitución de al menos las comisiones no legislativas: Reglamento, Peticiones y Estatuto del Diputado, como así adelantó este periódico. Sobre todo teniendo en cuenta que el Pleno aprobó una reforma del Reglamento para permitir el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara, sin ni siquiera constituirse la Comisión de Reglamento. El PSOE lo hizo por lectura única y esquivó someterla a esta comisión.

Esta petición del Grupo Popular ha sido aceptada, pero solo parcialmente, ya que en la reunión de la Mesa de este martes se ha aceptado constituir las comisiones de Peticiones y Estatuto del Diputado, pero no la de Reglamento y el resto «ya que se requiere con carácter previo un acuerdo, oída la Junta de Portavoces, en relación al número de componentes de la comisión y el reparto por grupos parlamentarios». A pesar de este acuerdo, los populares siguen reacios a creer que finalmente comenzarán a trabajar: «Una cosa es que no pongan peros y otra es que la impulsen. Es decir, se aprueban, y otra cosa es que la presidenta las convoque. Dejan pasar los días, los meses, y otra vez las tienes que reclamar». Esta falta de actividad está bloqueando la calificación de «un montón de iniciativas. Así estamos».

En relación a la celebración de plenos ordinarios con sesión de control al Gobierno, Armengol tampoco «ha hecho ninguna propuesta ni existe voluntad para hacerla. Si no hay calendario de sesiones plenarias, los plenos solo se configurarán en función de lo que le interese a la mayoría. Si mañana hay que hacer una pleno para la proposición de ley de amnistía, pues se hará», señalan fuentes populares.

Los populares aseguran que Armengol «camina por la senda de la arbitrariedad todos los días» y ha puesto «la institución al servicio de la estrategia de un partido. Es tremendo». Por ello, no descartan presentar otro escrito para pedir formalmente la convocatoria de plenos con sesiones de control, para que Pedro Sánchez y sus ministros puedan responder a las preguntas de la oposición.

Mientras que el Congreso está paralizado para la oposición y solo se activa para tramitar las iniciativas que le interesan al PSOE y a sus socios, el Senado sí que se ha puesto en funcionamiento. De hecho, este martes se celebró un pleno para debatir la moción del PP en contra de la ley de amnistía que Pedro Sánchez ya ha reconocido que está negociando. La mayoría absoluta del PP en esta Cámara le permite no depender de otros grupos para organizar la actividad parlamentaria. Los próximos plenos ya están fijados y se celebrarán el 17 y 18 de octubre, 7 y 8 y 21 y 22 de noviembre. Los plenos de diciembre se convocarán en función de cómo se vaya desarrollando la negociación presupuestaria, ya que el texto tiene que pasar por la Cámara Alta para poder seguir tramitándose.

La polémica sobre la paralización de la actividad del Congreso se suma a la exigencia que realizó este jueves la portavoz popular, Cuca Gamarra, para que Armengol fije ya la fecha de la investidura, como sí hizo con Alberto Núñez Feijóo. Como ya adelantó THE OBJECTIVE, Feijóo no pidió un mes de plazo para la celebración de la sesión sino tan sólo un tercio: «Sólo necesito 10 días», le dijo el líder del PP.  Armengol citó dos fechas: el 29/30 de agosto y el 26/27 de septiembre. La primera fecha conduciría a una repetición electoral el 17 de diciembre, la última fecha posible para no adentrarse en las vacaciones navideñas. Otro inconveniente eran las prisas: Feijóo apenas tenía cuatro días para preparar su investidura y sondear a unos grupos parlamentarios que ni siquiera se habían constituido aún. La segunda fecha, el 26/27 de septiembre, resolvía el problema de la repetición electoral porque llevaría la convocatoria a las urnas hasta el 14 de enero. Como así se hizo, ahora, Armengol le ha dado a Sánchez todo el tiempo que necesite.

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