Sánchez fracasa con su política de ayudas a Marruecos: los contratos quedan desiertos
Las empresas marroquíes rechazan los contratos ofrecidos por no tener un precio asumible
Marruecos ha sido uno de los principales beneficiarios extranjeros de las ayudas del Gobierno y de los contratos, financiados por la Unión Europea, para el control de las fronteras. Sin embargo, los últimos pliegos han quedado desiertos o anulados por el desinterés de las potenciales adjudicatarias. Muchas de estas compañías eran marroquíes, una fórmula que beneficiaba por doble vía al país norteafricano. Las causas más habituales por las que estos importantes contratos quedan desiertos son por no tener un precio de mercado o por no tener un precio asumible por los contratistas.
Después del reconocimiento del Ejecutivo de la postura de Rabat sobre el Sáhara, que propició una ruptura comercial con Argelia y la tibia respuesta a la actuación de la Policía marroquí en la valla de Melilla, las ayudas no han dejado de llegar… hasta ahora. El último contrato, valorado en 2,4 millones de euros, ha quedado solo parcialmente resuelto, según ha podido comprobar THE OBJECTIVE. El objeto del contrato era el suministro de 200 visores nocturnos y 190 cámaras térmicas no refrigeradas.
El primer lote -el de visores- ha quedado desierto, ya que las empresas finalistas, una búlgara –Opticolectron Group– y una UTE española, Planificaciones San Adrián del Valle-Visión Target, quedaron fuera por superar el precio máximo de licitación. En el lote de las cámaras se ha propuesto como adjudicatario a la UTE, pero todavía no se ha formalizado.
Mientras, el contrato para «apoyar a los poderes públicos en las labores administrativas y de gestión logística de las actividades del proyecto (Lote 1) y en la interpretación y traducción a los idiomas castellano y/o francés, y árabe (Lote 2)», también ha quedado parcialmente desierto. Bastante más modesto económicamente, el primer lote ha quedado desierto. El segundo ha recaído en la empresa marroquí Poly Services-Traduction et Interpretation.
Camiones y visores para Marruecos
Otro pliego con problemas ha sido el relativo al suministro, en régimen de adquisición, de diferentes tipos y unidades de vehículos. Valorado en 4 millones de euros, el pliego refleja cuatro lotes. Los tres primeros se los han repartido empresas españolas y marroquíes, que están exentas de IVA. El cuarto, el referente a camiones frigoríficos, ha quedado desierto. El pasado 29 de septiembre se ha rectificado el pliego.
Tras estas subvenciones está la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP). Este ente tutelado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación es el motor para que el dinero procedente de la UE llegue a Marruecos. El germen de FIIAPP es la Fundación Iberoamericana de Gobierno y Políticas Públicas, que nació en 1998. Desde año se han producido constantes cambios en su estructura hasta llegar en 2000 a su nombre actual.
Según consta en el Portal de Contratación, decenas de contratos han facilitado entregas a Marruecos de vehículos todoterreno, camiones e instrumento de seguridad para vigilar la frontera y evitar, entre otros casos, los saltos de la valla. En total, más de 19,5 millones en material financiado por la UE.
92 millones en subvenciones
Pero la ayuda no solo ha llegado a través de estos contratos. También las subvenciones se han producido de forma habitual. Así, Marruecos ha sido protagonista en el reparto de subvenciones a organismos extranjeros. Solo en tres años -2019, 2021 (en el mismo mes que se destapó el espionaje con el software Pegasus) y 2022- el Ministerio de Interior del Reino alauí ha recibido 92 millones del Ministerio del Interior español.
El objeto de la subvención es el control de las fronteras. Pero el apoyo de Sánchez a los vecinos marroquíes también se constata con ayudas de 21 millones de euros a la empresa marroquí Jaida. Ésta está dirigida por un estrecho colaborador del monarca alauita Mohamed VI.
Pedro Sánchez ha priorizado la relación con Marruecos y Mohamed VI para intentar frenar la entrada de ciudadanos subsaharianos a través de Ceuta y Melilla. Es un cambio de calado, ya que antes de la llegada del actual presidente a La Moncloa las ayudas iban dirigidas a los países de origen y tránsito de la inmigración, fundamentalmente Senegal y Mauritania.