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Economía

España cierra el año con la misma brecha de PIB per cápita con la UE que había con Franco

También existe una brecha entre el crecimiento del número de ocupados y la variación del PIB

España cierra el año con la misma brecha de PIB per cápita con la UE que había con Franco

Pedro Sánchez, con Charles Michel y Ursula Von der Leyen, este pasado viernes. | Europa Press

España apenas ha sido capaz de reducir o de estrechar el diferencial de vida que nos separa de nuestros socios europeos. Al menos así queda reflejado en los datos que el Banco de España y Eurostat manejan, datos que han sido escrudiñados también en el último informe de la consultora Freemarket, y a la que ha tenido acceso THE OBJETICVE, titulado: «No es esto, no es esto… España va camino de perder el tren de la prosperidad».

En este estudio, el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente y socio de la consultora Freemarket Corporative Intelligence, especializada en estrategia y operaciones, analiza la coyuntura económica del momento, no sin antes detenerse en el comportamiento de nuestra economía durante las últimas décadas, observando fundamentalmente el comportamiento del PIB per cápita, variable macroeconómica utilizada para comparar el nivel de vida de los Estados más ricos de la UE-Eurozona.

Y esta comprobación -subraya Bernaldo de Quirós a este diario-, «arroja unos resultados desoladores, ya que, en medio siglo, España no ha sido capaz de estrechar el diferencial de nivel de vida que le separa de sus socios europeos». Y esto -añade- «sólo puede calificarse de fracaso, ya que los Estados que se integran en un área económica y comercial con un PIB per cápita superior al suyo tienden, ceteris paribus, a converger hacia el promedio». Lo cierto es que , a día de hoy -señala-, la brecha entre el PIB per cápita español y el de la media de la UE es similar al existente en 1975», con Francisco Franco todavía en el poder.

Esa situación está estrechamente ligada a la incapacidad de elevar la tasa de empleo de la economía española, a la consolidación de un desempleo muy alto y a una productividad con encefalograma plano. Todas esas variables han mantenido un tono muy mediocre a lo largo de las últimas décadas.

Ingeniería estadística

Con la ‘contrarreforma’ laboral se han eliminados los elementos flexibilizadores del mercado de trabajo introducidos por la reforma del anterior Gobierno. Además, se ha realizado un ejercicio de ingeniería estadística cuyo resultado es el falseamiento de los datos reales de desempleo. A través de la modalidad contractual de los fijos discontinuos se considera a los trabajadores acogidos a ella como empleados indefinidos tanto si están trabajando como si no. Además, en los periodos de paro muchos reciben prestación, aunque no computen como parados.

En el cuadro I se trata de explicar esta figura y estimar cuántas personas hay en esa situación en nuestro país:

Gráfico del Informe Freemarcket.

En este gráfico se observa el crecimiento de la ocupación tras la ‘contrarreforma’ laboral del 28 de diciembre de 2021. Sin embargo, se ve también una evolución extrañamente irregular en la serie, por ejemplo, en los datos del tercer y del cuarto trimestre de 2022. Parece evidente que el motivo de esa anomalía es la desaparición de las cifras de paro de los fijo discontinuos que están desempleados y su incorporación al número de los ocupados. Esta ingeniería estadística deja a la EPA sin la información precisa para saber lo que está pasando de verdad en el mercado laboral.

Ante esta brecha, Bernaldo de Quirós se pregunta: «¿Qué es lo que puede ocasionar que, con una variación del número de ocupados de más del 15%, la variación del PIB sea apenas del 8%?». En su opinión, la respuesta es sencilla y no es otra -subraya-que la productividad, clave en este comportamiento, ya que, y según los datos de la EPA y de la Contabilidad Nacional del Trimestre, «en España se está creando más empleo productivo. Se está repartiendo el existente para producir la misma cantidad de output, pero con un mayor número de trabajadores teóricamente ocupados». Y esto significa -concreta-, «que la combinación de una política de reparto del trabajo, con el deterioro de las estadísticas laborales y con la baja productividad del factor trabajo, explican que el aumento de la ocupación no haya tenido el impacto esperable sobre el crecimiento del PIB».

En este sentido -señala el informe- el crecimiento experimentado por los costes laborales unitarios post pandemia resulta exponencial y superior a su ritmo de incremento en la media UE-Eurozona. Y esta dinámica -augura-, que va a persistir e incluso acentuarse con la aplicación de las medidas pactadas entre PSOE y Sumar, «es una rémora para la competitividad de las empresas y, por tanto, para la creación de puestos de trabajo y para la disminución del paro».

Falta de políticas económicas

Así pues, concluye el estudio, «la situación descrita no es producto de ningún mal endémico ni tiene nada que ver, como suele sostenerse, con las singularidades del modelo productivo existente en España, sino con la falta de continuidad o de puesta en marcha de las políticas económicas que hacen posible modificar aquel y converger con los estados de alta renta». Todos los procesos de consolidación presupuestaria y de reformas estructurales emprendidos por unos gobiernos se han visto paralizados o revertidos por sus sucesores -sostiene- «y nunca se han mantenido ni mucho menos se ha profundizado en ellos». Por tanto, determina, «la convergencia de los niveles de renta de una economía con los disfrutados por otras con un mayor desarrollo requiere consistencia temporal; esto es, la permanencia de una estrategia orientada a ese fin. Esto no ha ocurrido en España desde la instauración de la democracia».

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