Las energéticas españolas abren su negocio en Italia en busca de la nueva regulación de Meloni
La regulación flexible y los incentivos de Italia llaman la atención a los inversores de nuestro país
Empresas españolas del sector energético ponen su foco en Italia, atraídas por la regulación flexible y los incentivos a la inversión del gobierno dirigido por Giorgia Meloni. La política energética, que ya se convirtió en uno de los grandes ejes del anterior gabinete presidido por Mario Draghi, es ahora un pilar fundamental para los italianos, que está siendo liderado por el ministro de Medioambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto, y que con su plan está seduciendo capital extranjero, como el español.
Fuentes financieras subrayan a este periódico la gran cantidad de empresas, con sede en España, que está poniendo sus ojos sobre Italia para invertir. «A nivel de renovables, los italianos no paran de recibir inversiones. Se está observando muchas empresas españolas que, aunque mantienen sus activos en España, se han trasladado a Italia para hacer proyectos verdes, porque la regulación que han puesto en pie es muy favorable», aseguran fuentes solventes del mercado energético.
Una de las primeras medidas del nuevo ejecutivo fue el conocido como Plan Mattei, con el que se buscó conseguir independencia energética de Rusia tras desatar la guerra en Ucrania. La iniciativa busca fomentar las relaciones con los países africanos para convertir a Italia en un eje energético entre el norte de África y Europa. Un plan que también aborda la cuestión migratoria ya que trata de ayudar a los territorios africanos en diferentes ámbitos, como la educación, las exportaciones, las infraestructuras, la sanidad y la explotación sostenible de los recursos naturales.
Otra medida en el ámbito energético tomada por Meloni es un decreto aprobado de forma reciente que, entre otros objetivos, permite «la simplificación administrativa de procedimientos en el sector energético, eliminando obstáculos administrativos y procesales que podrían influir negativamente en las actividades económicas, la aceleración de las inversiones en autoproducción de energías renovables, con preferencia por proyectos de plantas fotovoltaicas o eólicas, además de otros fondos e incentivos».
Situación de España
Esta situación de aparente orden contrasta con el de nuestro país. Así, el ministerio del que es titular la ministra Teresa Ribera se ha encontrado desbordado en muchos momentos por la avalancha de proyectos, que ha provocado incluso que se haya recurrido a la externalización, con la ayuda de consultoras privadas en la gestión de expedientes en cada una de las fases de tramitación necesarias para poner en marcha un proyecto eólico o solar. Un escenario que ha frenado proyectos energéticos.
El último decreto económico y social, que fue ratificado por el Congreso de los Diputados hace escasos días, trajo consigo una serie de medidas energéticas que permiten dar un respiro tanto a los empresarios como al propio ministerio. Permitió ampliar los plazos para la construcción y explotación de los futuros proyectos donde había en juego había varios miles de millones.
Un corredor de hidrógeno
Por otro lado, una de las joyas de la corona del plan del Palazzo Chigi es el SoutH2Corridor, un tubo de 3.300 kilómetros preparado para el transporte del hidrógeno y que se espera que sea la principal red de transporte en Europa. Nace en los yacimientos de Argelia y concluye en Alemania. Se estima que para antes de 2030 esté operativo. Tendrá una capacidad de cuatro millones de toneladas al año de hidrógeno, que equivale a 133,2TWh/año.
El predecesor de Meloni, Mario Draghi, ya avanzó acuerdos con Argelia relacionados con el gas natural. Así, alcanzó un acuerdo de cooperación que permitió duplicar los suministros del hidrocarburo a la península italiana, hasta llegar a 20.000 millones de metros cúbicos en 2022, volumen que se preveían ampliar a los 36.000 millones de metros cúbicos durante los siguientes años. Unos meses más tarde, la actual presidenta firmó el proyecto de hidrógeno verde.
Una situación que se dio mientras España tensaba su relación con los argelinos tras el reconocimiento por parte del presidente del Gobierno del Sáhara Occidental como provincia autónoma de Marruecos. Un pueblo, los saharauis, aliados históricos de Argelia. Con el paso de los meses, la relación con España se ha destensado, aunque continúan efectos perversos por dicha decisión. Mientras tanto, los italianos han aprovechado para fortalecer sus relaciones diplomáticas con un país clave en la producción de gas en el Mediterráneo.