Sanidad oculta el nombre de las farmacéuticas a las que multó en 2023 por cese de suministro
El ministerio justifica esta decisión por «afectar a los intereses económicos y comerciales» de las empresas
Sanidad oculta el nombre de las farmacéuticas a las que multó en 2023 por cese de suministro. | EP.
El Ministerio de Sanidad, con Mónica García al frente, se niega a facilitar el nombre de las farmacéuticas que han sido sancionadas en 2023 por dejar de producir medicamentos esenciales, a pesar de que en 2022, cuando Carolina Darias estaba al frente de la cartera, el Ministerio no tuvo objeción alguna en proporcionar estos datos.
Según una resolución a través del Portal de Transparencia, tras una petición de este medio, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) reconoce que en 2023 dos laboratorios fueron sancionados con 25.000 euros por «infracciones leves», sin facilitar el nombre de estos amparándose en el Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que establece que la proporción de los datos identificativos de las empresas «entraría en conflicto con el cumplimiento de la normativa en materia de protección de datos».
Además, su omisión –explican– quedaría también encuadrada dentro de los límites al acceso que contempla el artículo 14 de la Ley de Transparencia y Derecho de Acceso a la Información Pública (LTAIBG), que especifica que la información se podrá limitar «cuando pudiera afectar a los intereses económicos y comerciales», ya que la divulgación de esos datos «causaría un daño a la imagen de las empresas».
25.000 euros de sanción
En el documento, firmado por la directora general de la Aemps, María Jesús Lamas, señala que el primer laboratorio fue sancionado «por la comisión de una infracción relacionada con problemas de suministro, más concretamente, con motivo de la falta de comunicación en relación al problema de suministro de uno de sus medicamentos». Al ser catalogada como leve, recoge la misiva, se le impuso una sanción de 25.000 euros.
A la otra farmacéutica a la que también se le abrió expediente sancionador en esta ocasión fue por «incumplimiento de las obligaciones establecidas para los distribuidores de productos sanitarios contenidas en la reglamentación aplicable». Al igual que en la anterior, también se le impuso el pago de una multa de 25.000 euros.
No obstante, en 2022, fueron seis las farmacéuticas que fueron multadas por dejar de producir medicamentos esenciales, como adelantó THE OBJECTIVE. Las multas por entonces oscilaron entre los 90.000 y los 400.000 euros, y los laboratorios sancionados, Janssen Pharma (400.002 euros), Bayer (90.001 euros ), Sanofi (220.000 euros), Valneva Suecia (165.001 euros), Cheplapharm Arzneimittel GmbH (200.001 euros) y Reig Jofre (230.000 euros ).
Estos seis laboratorios, según la resolución de Transparencia, fueron sancionados «por infracción muy grave» al considerar probado que cesaron la distribución de ciertos fármacos «impactando negativamente en el sistema sanitario».
Récord de desabastecimiento de medicamentos
El desabastecimiento de medicamentos alcanzó su récord en 2023: hasta 1.000 fármacos llegaron a faltar de las farmacias españolas en septiembre cuando un año antes, por las mismas fechas, eran unos 500, como contamos en este medio. Así, las farmacias españolas sufrieron durante el año pasado una media semanal de faltas de suministro significativas en 92 medicamentos, cifra que supone un 30% más que las 71 registradas en 2022 y el triple de las 29 de 2021, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
Los motivos de la falta de estos fármacos son multifactoriales. Normalmente suele ser por «problemas relacionados con la adquisición de principios activos», la mayoría, provenientes de países asiáticos. Y es que alrededor del 80% de los principios activos de fármacos usados en Europa y Estados Unidos se producen en India y China, conocidos como la despensa farmacéutica del mundo debido a sus bajos costes y elevada capacidad de producción.
También puede deberse a errores en el cálculo de la demanda por parte del laboratorio o, y aquí el quid del problema, a la retirada voluntaria del medicamento por parte de la farmacéutica que lo produce como parte de su estrategia comercial. Fuentes del sector cuentan a este periódico que los medicamentos con precios más bajos o menos rentables para las empresas suelen tener más problemas de suministro. Así, es «habitual» que las farmacéuticas retiren voluntariamente ciertos fármacos del mercado para presionar a las autoridades en la negociación de precios o para favorecer la entrada de otros productos de mayor interés comercial para la empresa.
