La empresa 'celebra' el bloqueo parlamentario de Sánchez: «No podrá subir más impuestos»
La parálisis de los PGE y los problemas para sacar leyes llevan a un escenario que hace imposible imponer tributos
La negativa del Gobierno de Pedro Sánchez a tramitar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2024, sumada a la creciente inestabilidad parlamentaria y las dificultades para sacar adelante nuevas leyes, puede generar un insospechado efecto colateral en los impuestos. Empresarios consultados por THE OBJECTIVE han manifestado a este periódico su alivio porque, pese a la parálisis que se puede producir en el día a día de la economía, el Ejecutivo no tendrá espacio para poner en marcha nuevos tributos ni subir los ya existentes.
Estos empresarios de diversos sectores (algunos de grandes compañías y otros de corporaciones de tamaño medio de capital español) han indicado que vista la actual situación y la radicalización del Gobierno –en manos de sus socios de Sumar y de los independentistas de ERC y Junts– lo menos malo que puede pasar al tejido productivo es quedarse sin Presupuestos y no poder sacar adelante leyes que pueden acarrear «gravámenes insoportables para las empresas».
Economistas consultados por este diario indican que Sánchez tiene un mínimo margen para sacar adelante una ley con medidas tributarias, pese a tener prorrogados los PGE de 2023. Pero deben hacerlo a través del trámite ordinario de una norma legal y no cabe la posibilidad de hacerlo mediante Real Decreto, lo que reduce las posibilidades de que salga adelante por el bloqueo parlamentario que se producirá al menos hasta el verano, tras las elecciones catalanas, vascas y europeas.
Presión de Sumar
Las fuentes consultadas recuerdan que desde que Sánchez comenzó a negociar su investidura en la última parte del año pasado, se han puesto sobre la mesa una serie de nuevos tributos, una mayor carga tributaria a las grandes empresas y el aumento del coste laboral para las pequeñas, medianas y grandes empresas. Una situación que al menos podrá mitigarse sin cuentas públicas y sin la posibilidad de que el actual Ejecutivo pueda sacar adelante un paquete tributario mediante tramitación ordinaria en el Congreso de los Diputados.
Los entrevistados recuerdan que solo días antes de que el Gobierno anunciase que no presentaría cuentas públicas este año por las elecciones catalanas del 12 de mayo y por la imposibilidad de conseguir los apoyos de ERC y Junts en plena campaña, Sumar y Yolanda Díaz seguían presionando para que se aceleraran los PGE y comenzar a cumplir los compromisos de investidura en temas clave como la conciliación, los cuidados, los alquileres o la reforma fiscal.
Los empresarios que han hablado con este diario advierten de que una negociación de Presupuestos en las actuales condiciones y con los socios independentistas intentando sacar el máximo rédito a las votaciones parlamentarias de Sánchez, lo más probable es que hubiesen tenido que aceptarse nuevos impuestos, inequidades entre territorios y aumento de gravámenes en cualquiera de las fórmulas en las que se ha venido negociando en los últimos meses.
Impuestos de Sánchez
Eso sin contar algún «efecto sorpresa» de Sánchez, que en cada PGE saca de la chistera un nuevo impuesto populista que le permita seguir contando con el apoyo de grupos que constantemente atacan el trabajo de las empresas. Así pasó con el impuesto a la banca y a las energéticas que se presentaron con «carácter extraordinario» en las últimas cuentas aprobadas (las de 2023), se aplicaron de manera retroactiva para los años 2022 y 2023 y se aprobaron la última semana de 2022.
Sin embargo, en el paquete de prórroga de medidas de Sánchez contra la crisis (esta vez justificadas por la guerra de Ucrania y la de Gaza) se prorrogaron al menos un año más con las mismas características ¿Qué pasará este 2024? En principio, no tiene que tocarse nada ya que todo este año en curso está cubierto por la última extensión y el Gobierno ha dicho que se revisará ya en los Presupuestos de 2025.
El Ejecutivo ya había deslizado que iba a remodelar el tributo para las energéticas y así evitar que las compañías se replanteen sus inversiones, como ya han advertido Repsol o Iberdrola. Se estaba valorando una deducción de proyectos vinculados a descarbonización, pero ahora todo se posterga un año más. También quedan en nada las esperanzas de la banca que buscaba algún ajuste para reducir el impacto de este gravamen en sus cuentas.
Posición de la CEOE
Con todo, la versión de algunos empresarios recabada por este periódico dista de la oficial y de la que se maneja en las patronales. La semana pasada el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, manifestó su «preocupación» por la renuncia del Gobierno a presentar un proyecto de Presupuestos y llamó a la responsabilidad de PSOE y PP. «Necesitamos la responsabilidad de todos. No es nada bueno para el país quedarse sin presupuestos, las inversiones del Estado no se podrán ejecutar», dijo.
En efecto, estas preocupaciones son compartidas por las fuentes consultadas por este diario, pero también reconocen que ante un escenario de crispación y polarización como el que se espera para los próximos meses, un escenario en el que no se puedan subir impuestos es menos malo que el que se pueda esperar si es que el actual Gobierno de Sánchez tiene plena sintonía con sus socios de investidura.