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China podrá esquivar los aranceles de la UE al fabricar coches eléctricos en Barcelona

Bruselas anunció este miércoles la posibilidad de imponer aranceles de hasta el 38,1% al automóvil de batería eléctrica

China podrá esquivar los aranceles de la UE al fabricar coches eléctricos en Barcelona

El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, durante una reunión con una delegación de la empresa china Chery y de Ebro-EV Motors, en la sede del Ministerio el pasado mes de abril. | Fernando Sánchez / Europa Press.

La factoría que pondrá en marcha Chery en Barcelona se convertirá en el mejor refugio para los fabricantes chinos de coches eléctricos, tras el anuncio de imposición de aranceles de hasta el 38% por parte de la Unión Europea. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que España pasará a ser la puerta de entrada de esta industria a suelo comunitario, no solo para la venta de estos vehículos, sino que también para Pekín gane cuota el continente sin tener que pagar las elevadas tasas que pondrá en marcha Bruselas.

La Comisión Europea anunció este miércoles la posibilidad de imponer aranceles de hasta el 38,1% al automóvil de batería eléctrica importado desde China, tras concluir que estos fabricantes gozan de una ventaja «desleal» por los subsidios que reciben de su Gobierno. Bruselas sostiene que se ha confirmado que esta «desventaja ilegal» daña al sector del coche eléctrico europeo.

La UE ha enviado sus conclusiones a las autoridades chinas y les ha pedido una «solución compatible» con la Organización Mundial del Comercio (OMC). De no recibir una respuesta satisfactoria, los aranceles empezarán a aplicarse a partir del 4 de julio. Fabricantes que han cooperado con los servicios comunitarios durante la investigación afrontarán una tasa del 21%, mientras que el resto que no han colaborado se les aplicará un 38,1%.

Coches eléctricos en España

Una medida que, sin embargo, no afectará al acuerdo que la china Chery y Ebro firmaron en abril para producir 150.000 coches en 2029 en las instalaciones de Zona Franca de Barcelona. El propio ministro de Industria, Jordi Hereu, se apresuró en señalar que las decisiones de política arancelaria de la UE afectarían a las importaciones chinas, pero no a los automóviles producidos dentro de Europa, como es el caso de la factoría catalana.

Hereu volvió a pedir que se evitaran los choques comerciales entre los dos bloques, haciendo un guiño a Pekín, pese a los mensajes claros que llegan desde Bruselas en relación con el riesgo que representa para el continente y para su industria automotora las subvenciones de Estado que reciben los coches eléctricos chinos.

De esta manera, cuando la fábrica de Chery y Ebro esté a pleno rendimiento, la industria china tendrá en Barcelona una base de operaciones libre de aranceles y desde donde no solo pondrá miles de coches en el mercado, sino que además utilizará a España como punta de lanza de toda su industria, esquivando las duras tasas con las que amenaza la Unión Europea.

Fondos europeos

La Unión Europea ha demostrado que Chery, al igual que todos los fabricantes chinos de coches eléctricos, son empresas totalmente dependientes del Estado y que además reciben cuantiosas subvenciones públicas, laborales y tributarias para salir al mercado con precios sensiblemente más baratos que sus homólogos europeos. Así, es probable que se utilice a esta fábrica como un caballo de Troya o un banco de pruebas de toda la industria pilotada por Pekín.

En Bruselas no entienden que España haya abierto sus fronteras a una fábrica de estas características, y menos que lo haya hecho con una investigación por ayudas ilegales en marcha y que además se haya firmado el acuerdo a pocas semanas de que se decidiera poner en marcha estos aranceles.

Este diario también ha publicado la preocupación que existe en Bruselas porque el Gobierno español ha ofrecido a Chery postular a fondos europeos Next Generation a través del PERTE VEC, con subvenciones totales que rondan los 1.750 millones de euros a repartir entre todos los beneficiarios. No se entiende que España termine otorgando recursos comunitarios a una industria que ya está ‘dopada’ por China y que compite contra las propias fábricas comunitarias.

Reunión bilateral

Tampoco sienta bien en instancias comunitarias el coqueteo de España con la diplomacia china. Hace una semana, el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, pidió a España que presionara a la Unión Europea para que el entorno de cooperación en nuevas energías sea «justo, predecible y no discriminatorio» ante las investigaciones a los coches eléctricos chinos.

De visita en Madrid, pidió que España «anime a la UE a apoyar y alentar ese sector desde la perspectiva de los esfuerzos globales para afrontar conjuntamente el cambio climático y la situación general de la asociación estratégica integral China-UE». Asimismo, en la vigesimonovena Comisión Mixta Económica e Industrial Hispano-China que se realizó hace pocos días, los dos países se comprometieron a fomentar la inversión mutua y eliminar las trabas a las empresas para poder instalarse en ambos países.

Se cree que España está demasiado cerca de China en momentos en que la Unión Europea está intentando fomentar su autonomía estratégica y está realizando acciones para reducir el déficit comercial y reforzar industrias como la de los chips. Una autonomía estratégica que -según la UE- consiste también en aislar a empresas originarias de Pekín de las infraestructuras críticas y digitales.

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