La OCU señala cuál es el mejor agua del grifo en España
La Organización ha llevado a cabo un estudio de diferentes ciudades teniendo la dureza de este líquido como criterio para la clasificación
Tortilla con cebolla o sin cebolla. Playa o montaña. Norte o sur. Estos son algunos de los debates más comunes en el territorio español. Pero, a pesar de que son los más oídos, no son los únicos. Hay otro que resurge constantemente en los hogares españoles: si es mejor beber agua embotellada o del grifo. Aunque la mayoría prefiere esta última opción, ello da también pie a otra disputa: cuál es el mejor agua de grifo de todo el país.
Para acabar con este debate, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llevado a cabo un mapa de España sobre este tema. En él, muestran, por ciudades, cuál es «la mejor» en este aspecto. Para ello han usado un criterio objetivo: la dureza del agua.
El agua del grifo en España
La dureza del agua hace referencia al contenido en sales de cal y magnesio en el líquido, recogido en grados franceses (ºf). Los valores que recoge la OCU terminan reflejados en una serie de ciudades y provincias. Estas son algunas de las que ha clasificado la OCU en este estudio:
- Dureza blanda (no llega a 12 grados): A Coruña, Pontevedra, León, Valladolid, Burgos, Vizcaya, Gipúzcoa, Madrid, Alicante, Albacete y Badajoz.
- Poco dura (entre los 12ºf y los 30ºf): Asturias, Navarra, La Rioja, Gerona, Barcelona, Ciudad Real, Sevilla y Cádiz.
- Dura (hasta los 40ºf): Tarragona, Murcia y Jaén.
- Muy dura (supera los 40ºf): Zaragoza, Teruel, Valencia y Almería.
Las zonas en las que el agua tiene un contenido alto en sales de cal y magnesio serán también aquellos en los que tenga peor sabor. Para contrarrestarlo, los controles asegurarán que el agua sea de mineralización débil o muy débil. Según los resultados obtenidos, las zonas en las que esto ocurre son sobre todo en la costa mediterránea y en el sur de la comunidad aragonesa.
¿Es mejor del grifo o embotellada?
Según la OCU, el agua del grifo es la mejor opción: supone una opción económica, sostenible y de calidad. Pero, según señala la organización, esto precisa de la colaboración no sólo de los usuarios:
- La Administración: las aguas minerales tienen que indicar su composición analítica, pero la ley no especifica de qué minerales. De esta forma, hay marcas que especifican las cantidades de hasta 9 elementos, mientras que otras solo de 4. Además, no siempre coinciden. Algo que tampoco fija la ley es qué carga de mineral tiene que tener un agua para poder publicitarla como «indicada para la preparación de alimentos infantiles».
- Supermercados y hosteleros: deben ofrecer agua embotellada en la zona para poder reducir, en la medida de lo posible, el impacto ambiental que produce su transporte. Además, en aquellos lugares en los que el agua del grifo tenga un buen sabor, los restaurantes deberían ofrecer una jarra de agua como primera opción, algo que ya hacen en otros países.
- Consumidores: deben tomar conciencia de que tomar agua del grifo es bueno, sin dejar que le afecten las promesas de publicidad, las modas en este ámbito o las afirmaciones pseudocientíficas.
Qué tener en cuenta al comprar agua envasada
- Como el agua es un alimento, debe estar almacenado en condiciones higiénicas adecuadas: el local tiene que estar limpio, sin exceso de humedad ni presencia de olores fuertes. Las botellas tienen que estar al abrigo de la luz del sol y de las altas temperaturas, además de no estar situadas directamente en el suelo.
- En casa hay que conservarlas en un ambiente igual de fresco y seco, sin olores y protegida de la luz solar.
- Hay que comprobar la fecha de consumo preferente.
- Después de abrir la botella hay que consumirla en dos o tres días.
- No hay que reutilizar la botella. Después de abrirla, esta queda expuesta al crecimiento de microbios y, con el tiempo y el calor, el plástico de la botella va migrando al agua, por lo que acabarás bebiéndolo cada vez que la uses.