Octopus presenta un nuevo modelo de gestión que ahorrará 2.500 millones al sistema eléctrico
Un informe llamado ‘la Flexibilidad de la demanda, clave para el futuro energético’

El CEO de Octopus Energy España, Roberto Giner. | Octopus Energy
La empresa Octopus ha presentado este miércoles un informe llamado ‘la Flexibilidad de la demanda, clave para el futuro energético’ en sus oficinas de Madrid con el que busca impulsar un nuevo modelo de gestión donde la flexibilidad sirva como «un facilitador crítico de la transición energética de España». Según el documento, este modelo «podría garantizar hasta 2.500 millones de euros en ahorros anuales en costes del sistema para 2030, al mismo tiempo que salvaguarda la estabilidad de la red y reduce la dependencia de los combustibles fósiles».
España se encuentra en un momento crucial de su transición energética. Con un objetivo del 81% de renovables en el mix de generación de electricidad para 2031, la flexibilidad para equilibrar la creciente generación intermitente con la demanda será fundamental. Históricamente, las centrales de combustibles fósiles proporcionaban gran parte de esta flexibilidad, pero, a medida que se eliminan gradualmente, la flexibilidad del lado de la demanda (DSF, por sus siglas en inglés) y las baterías delante del contador deben tomar el relevo.
En concreto, la energética detalla los beneficios: «Ahorro de 2.539 millones de euros al año para el sistema eléctrico, 95 euros menos de media anual en las facturas energéticas de los hogares, un propietario de un coche eléctrico podría ahorrar 45 euros al año en 2030; un 73% menos de vertidos de energías renovables; un 11% de la demanda puede ser desplazada a momentos en los que el sistema lo necesita y 1,2 millones de toneladas de emisiones de CO2 evitadas anualmente».
Para ello, es necesario superar una serie de barreras: «Diseños de mercado obsoletos con umbrales mínimos de participación poco
inclusivos y procedimientos complejos que no son adecuados para los recursos distribuidos más pequeños. Además, existen desincentivos económicos derivados de estructuras tarifarias desfasadas que no refuerzan la señal de precio de los mercados mayoristas. Por último, obstáculos técnicos relacionados con la habilitación, la medida, los estándares de comunicación y el acceso a los datos; en particular, los desproporcionados requisitos de medida en tiempo real para todos los mercados».
Según relata la comercializadora, «la flexibilidad por el lado de la demanda permite empoderar a los consumidores para que estos puedan aportar valor al sistema adaptando su consumo energético en respuesta a las señales del mercado o las necesidades de la red. A medida que España avanza hacia un sistema eléctrico descarbonizado, seguro y rentable, la DSF representa una herramienta vital para gestionar esta transición. Al permitir que los consumidores adapten su demanda a las condiciones de la red y la disponibilidad de energía renovable de bajo coste, la DSF contribuirá a mejorar la estabilidad del sistema, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y reducir los costes generales de la electricidad».
«A pesar de su reconocida importancia estratégica, el potencial de la DSF en España permanece en gran medida desaprovechado debido a una compleja red de barreras regulatorias y de mercado. Actualmente, en España los mercados y la regulación energética están anclados a una gestión del sistema eléctrico del siglo pasado», sentencian desde la energética. Por último, aseguran que «sin reformas urgentes, España corre el riesgo de crear un sistema eléctrico de alto coste, incumpliendo sus objetivos energéticos para 2030 y desaprovechando miles de millones de euros en ahorros para los consumidores».
