La clave de la guerra por Talgo: es la puerta de entrada a Europa del Este… y a Rusia
El interés del Gobierno por controlar el fabricante ferroviario encaja en una estrategia expansionista por el continente

Tren AVE 'Avril' de Talgo | Agencias
Hasta cinco propuestas han estado o están sobre la mesa para hacerse con Talgo: la fallida de los húngaros Magyar Vagon (bloqueada por el Gobierno), la abortada de los checos de Skoda, la de la vasca Sidenor, la de la polaca Pesa y la de la india Jupiter Wagon, estas dos últimas todavía en fase de estudio. ¿Qué tiene el operador ferroviario español para atraer tanto interés y de sitios tan diferentes en todo el mundo?
Lo primero que hay que tener en cuenta es la tecnología de la rodadura desplazable, que permite la circulación de un tren por anchos de vía distintos. Este sistema posibilita que los vagones que construye Talgo puedan desplazarse entre diferentes tipos de raíles sin importar la forma de su construcción. En otras palabras, faculta el trayecto de un convoy por diferentes países haciendo compatibles los carriles ferroviarios de la mayoría de ellos. Es además una tecnología única en el mundo y que -hasta el momento- no ha logrado desarrollar ningún otro fabricante, ni en el competitivo mercado francés, ni en el alemán, ni en el estadounidense.
El solo hecho de tener en propiedad esta tecnología de rodadura desplazable hace más que justificable el interés internacional. Y explica que el Gobierno español niegue la entrada a cualquier socio extranjero, pese a que estamos ante una compañía con poco atractivo financiero: factura 652 millones de euros, mantiene 241 millones de deuda y tiene sobre sus espaldas una reclamación de Renfe por el retraso de la entrega de trenes por más de 116 millones.
Intereses por Talgo
Los números indican que Talgo no vale más de los 478 millones que tiene actualmente de capitalización bursátil, pero la guerra de pujas eleva su valor por encima de los 600 millones que están dispuestos a pagar Pesa y Jupiter. Y eso sin contar con que el nuevo inversor debe hacer una fuerte inyección de liquidez para sacar adelante una abultada cartera de pedidos y sentar las bases de un gigante europeo que actualmente no tiene capacidad, ni tamaño, para sacar adelante sus planes de expansión por todo el continente.
Este lunes, el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, dijo que Talgo cuenta con una tecnología «novedosa, única en el mundo,made in Spain, made in Euskadi y no la podemos perder». Y no le falta razón, ya que la rodadura desplazable abre la puerta a todos los mercados del continente, en especial a la integración de la vieja Europa con sus vecinos del Este.
Directivos del sector con los que ha hablado este diario subrayan que no es casualidad que una empresa pública húngara (Magyar Vagon), otra checa (Skoda) y una polaca (Pesa) -todas de Europa del Este- hayan manifestado interés por Talgo, ya que su know how abre la puerta a todos los mercados y a cumplir el gran sueño panauropeo de unir todo el continente con un solo tipo de tren. Una empresa que tenga acceso a la tecnología del fabricante español abarata considerablemente el coste de la integración de las vías ferroviarias.
Ucrania y Rusia
En este contexto, las posibilidades de negocio son ilimitadas y no solo se circunscriben a la Europa comunitaria, sino que también puede ser clave en la integración ferroviaria con Ucrania, una vez que se acabe la guerra con Rusia. Si se resuelve favorablemente su candidatura para entrar en la UE y en la OTAN, el país recibiría importantes cantidades de recursos para la reconstrucción y las infraestructuras de trenes serán una de las prioridades. Y ahí Talgo puede hacer muchos negocios.
Del mismo modo, en el sector se cree que cuando se firme la paz con Rusia -algo que deberá ocurrir tarde o temprano- el país euroasiático también apostará por una integración ferroviaria y por recuperar los lazos comerciales con la Unión Europea. Y ahí nuevamente el papel de Talgo puede ser fundamental. Ahora mismo, en plena guerra, nadie imagina hacer negocios con Moscú, pero las fuentes consultadas recuerdan que la guerra pasará, y que la historia demuestra que pueden reconstruirse las relaciones económicas con el continente.
En cualquier caso, antes debe resolverse la venta de Talgo. Como ha explicado este diario, el Gobierno quema sus últimas naves para intentar que la vasca Sidenor se haga con el operador ferroviario antes de verse obligado a entrar en el capital con una participación pública de la SEPI. Y es que la española ha presentado una oferta inferior a lo que pide el fondo Trilantic que además tiene propuestas de la polaca Pesa y la india Jupiter Wagon sobre la mesa. Todo debería resolverse antes de mediados de febrero, fecha límite impuesta por el actual dueño del 29% de Talgo para recibir ofertas por su participación que tiene la llave del control de la compañía.