THE OBJECTIVE
Matias Costa

El placer, con su permiso

Madonna, esa hedonista criada en los suburbios de Detroit que convirtió su exhibicionismo y su frescura en una de las fórmulas más copiadas en la música pop

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El placer, con su permiso

Madonna, esa hedonista criada en los suburbios de Detroit que convirtió su exhibicionismo y su frescura en una de las fórmulas más copiadas en la música pop

En nuestra cultura, digamos esa que coincide con la tradición judeocristiana, la manifestación de felicidad suele llevar implícita una contrapartida o deuda con el resto de la comunidad. De algún modo estar bien es una infracción del consenso generalizado de que éste es un valle de lágrimas y aquí se viene a sufrir. El que tiene algo de lo qué quejarse, lo hace con fruición, se recrea en los detalles y muestra su malestar como un tesoro. Al que le va bien te responderá con un escueto “tirando”, “ahí vamos”, o algo similar. Expresiones que funcionan como salvoconducto para el osado infractor feliz, que de algún modo te está avisando de que su fortuna es perecedera.

Hay algo de la cultura norteamericana que me atrae: su relación sin culpa ni remordimiento con el éxito y el placer. Algo que tiene que ver en origen con su profesión de la religión protestante, igual que en nuestra cultura la salvación por la vía del sufrimiento tiene relación con el catolicismo y el judaísmo. Pero en ambas sociedades está tan imbricado ese sentimiento que no es necesario ser religioso para interiorizar una cultura del placer o del padecimiento, según donde se haya nacido.

Este año, una vez más, el paradigma del sueño americano vuelve a ser la Virgen pagana por excelencia: la incombustible Madonna, que ha sido la artista mejor pagada de 2013. “Pobre es el hombre cuyos placeres dependen del permiso de otro”, susurraba en la sensual “Justify my love” en 1990 siendo ya un mito. Era evidente que merecía la pena escuchar y tomar nota de lo que decía -y sobre todo de cómo lo decía- esta hedonista criada en los suburbios de Detroit que convirtió su exhibicionismo y su frescura en una de las fórmulas más copiadas en la música pop.

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