Marc vuelve a contar historias
Marc Marginedas es libre. Seis meses secuestrado y sin contar historias han sido demasiados. Seguro. Volveremos a tener ojos en la guerra, allí donde el ser humano se destruye.
Marc Marginedas es libre. Seis meses secuestrado y sin contar historias han sido demasiados. Seguro. Volveremos a tener ojos en la guerra, allí donde el ser humano se destruye.
Marc Marginedas es libre. Seis meses secuestrado y sin contar historias han sido demasiados. Seguro. Volveremos a tener ojos en la guerra, allí donde el ser humano se destruye, allí adonde muy pocos se acercan, allí donde los protagonistas de la vida desaparecen de un día para otro.
Argel, Chechenia, Irak, Afganistán, Líbano, Libia… Marc nos llevaba a todas las guerras. Ponía nuestra mirada donde las balas cortaban el viento y las bombas acallaban las voces.
El pasado 4 de septiembre, la redacción de El Periódico esperaba su crónica desde Siria. No llegaba. Fallos de internet, pensaban. Al día siguiente, Marc tampoco había enviado nada. No había podido. Una facción del ejército que lucha contra el régimen de Al Asad (el mismo que había facilitado la entrada de Marc en el país) le retuvo. Le callaron. Nos callaron. Le vendaron los ojos y nos los vendaron.
Le acusaron de espiar para occidente. Solo tenían razón en parte. Marc espiaba para nosotros. Sus crónicas nos susurraban detalles. Sus letras juntaban testimonios y experiencias. Hablar árabe le servía para conocer en primera persona; para que lo que él quisiera contar no pasara por ningún filtro. Las crónicas que escribía reflejaban su mirada. Una mirada llena de “bondad”. Miguel Ángel Jimeno, profesor de la facultad donde estudió, contaba que esa bondad se veía con tan solo mirarle a los ojos.
Ahora es libre. Somos libres. Su cabeza, llena de escenas que solo sus ojos han filmado, estará estructurando la historia de su cautiverio. Sus manos empezarán a escribir rápido, para no olvidar los detalles.
Pronto llegará a casa. Sus compañeros de redacción cuentan que solo viaja con una mochila, un teléfono y un ordenador. Cambia la paz por la guerra de un día para otro. El equipaje es ligero y seguro que vuelve a hacerlo dentro de poco.
Siguen quedando vendas y mordazas en Siria. Las cifras dicen que son en torno a 30 los periodistas retenidos. Quizá haya más, quizá menos. A España tienen que volver Javier Espinosa y Ricard García Vilanova. Les esperamos. De momento, Marc vuelve a contar historias y eso es una gran noticia.
