De profesión: Miedo
A veces a instantes de una catástrofe, a veces a centímetros de ella. Juglares de nuestro siglo, contadores de historias en imágenes. ¿Es suficiente su arma para mantenerle a salvo?
A veces a instantes de una catástrofe, a veces a centímetros de ella. Juglares de nuestro siglo, contadores de historias en imágenes. ¿Es suficiente su arma para mantenerle a salvo?
Apuntándole, sostiene su arma con mano firme, no pierde a su objetivo de vista, las balas silban a su alrededor, quizá ninguna de ellas va destinada a él pero las balas no lo saben, ellas solo saben de líneas rectas. Sólo, completamente sólo y a miles de kilómetros de casa tras una pared de rocas el latido de su propio corazón marca el adagio de su miedo. ¿Su arma lo protege?
Vuelve a apuntar y dispara de nuevo, huele a metálico en un ambiente sofocante, un segundo después decide cambiar de posición justo a tiempo para ver como la pared tras la que se resguardaba se viene abajo por el estruendo de un mortero. Alguien grita, enfoca su arma al sonido, se agacha y acude reptando a la llamada, dispara de nuevo mientras intenta mantenerse neutral y cuerdo ante lo que ve.
Con manos sudadas revisa su arma y reza a un dios que no es de esta tierra, solo puede esgrimir su arma como pasaporte para seguir vivo.
Dispara y dispara, a veces a instantes de una catástrofe, a veces a centímetros de ella. A veces la luz se apaga y como en una cámara oscura todo rojo y negro nos despedimos de él, inmortalizada su vida por lo que sus ojos vieron. Juglares de nuestro siglo, contadores de historias en imágenes. ¿Es suficiente su arma para mantenerle a salvo?
Delante de él dos hombres aparecen envueltos en polvo apuntándole y haciéndole señas para que se levante y suelte su arma. La cámara de fotos cae al suelo.