Handel y la clave de la ignorancia
Hay algo peor que el aburrimiento; la ignorancia. Situaciones mentales de ‘modo reposo’
Hay algo peor que el aburrimiento; la ignorancia. Situaciones mentales de ‘modo reposo’
Hay algo peor que el aburrimiento; la ignorancia. Situaciones mentales de ‘modo reposo’ que, al contrario que en los ordenadores, hace subir la temperatura hasta llegar a lo tórrido. En España, según el último informe de hábitos culturales de la Unión Europea, sólo nos gana Portugal en nuestra adversidad por los libros.
Decía Einstein que todos somos muy ignorantes, pero ignoramos cosas distintas. Y una de las tentaciones del ignorante -todos- es creernos que todo es igual.
Quizá uno de los temas más tórridos es el nacionalismo. La fotografía de Escocia frente a su aventura independentista incierta tiene un pie de foto en The Objective que merece reflexión. El Reino Unido, la Corona Británica, responde de la ‘parte’ de deuda pública de Escocia. El Imperio responde con la Libra -inglesa…- de las aventuras de sus partes. ‘Britannia rule the waves’, y lo muestra. La factura de las copas del hijo en una noche loca en un club de Chelsea las pagará un buen gentleman antes que dejar en sus salones una duda sobre su lordship.
Se escribe de Cataluña y Escocia, como algo igual, ignorando la ignorancia, y olvidando que la cuenta del club de Chelsea aquí las paga, si llegase el caso, no un lord sino la señora Merkel en la cuenta de un miembro de la Unión Europea donde el Euro ‘rule the lives’. Endeudadas, por cierto.
Oía hoy en la radio pública catalana de música clásica un programa de Historia delirante. El locutor, tras asegurar que el tratado de Utrecht se hizo «para vender y repartir Cataluña» y que Handel era un «traidor a Cataluña» por su creación musical dedicada al traidor Jorge III, daba en la clave: «Debemos luchar antes por lo nuestro que por las verdades». Y así concluía también mi reflexión sobre el calibre al que llega la ignorancia cuando pasa del umbral del fanatismo. Lo tórrido de la estupidez. Y que aún queda el periodismo de TheObjective.